El presidente del Episcopado Mexicano, Monseñor Ramón Castro, hizo acto de presencia en el funeral del Papa Francisco, celebrado en la Plaza de la Basílica de San Pedro.
Antes de que dieran inicio las exequias, el obispo de Cuernavaca se acercó al féretro del pontífice para ofrecer una oración personal, informó el Episcopado Mexicano y destacó la profunda conexión entre la Iglesia mexicana y el legado del Papa Francisco.
Pastor cercano al pueblo
El Monseñor Castro, conocido por su liderazgo pastoral y su compromiso con la justicia social, expresó en declaraciones previas su gratitud hacia el pontífice argentino, a quien describió como un «pastor cercano al pueblo y defensor incansable de los más vulnerables».
Su oración frente al féretro fue un momento de recogimiento que simbolizó el respeto y la admiración de la Iglesia mexicana hacia el Papa que marcó una era de transformación y apertura en la Iglesia Católica.
“Con profundo respeto y gratitud, el presidente del Episcopado Mexicano, Monseñor Ramón Castro, en nombre de la Iglesia en México, reza ante el féretro cerrado del Papa Francisco y agradece su fecundo ministerio.
”Desde el corazón de la Iglesia, participa en la Misa Exequial del primer pontífice latinoamericano de la historia. ¡Gracias, Santo Padre, por guiarnos con fe, humildad y valentía!”, dice la cuenta de X del Episcopado Mexicano.
Con profundo respeto y gratitud, el presidente del Episcopado Mexicano, @MonsRamonCastro, en nombre de la Iglesia en México, reza ante el féretro cerrado del Papa Francisco y agradece su fecundo ministerio.
Desde el corazón de la Iglesia, participa en la Misa Exequial del primer… pic.twitter.com/XIDAaKsVWC— CEM (@IglesiaMexico) April 26, 2025
Reúne funeral a líderes religiosos y políticos
La ceremonia, que reunió a líderes religiosos y políticos de todo el mundo, fue un reflejo de la trascendencia global del pontificado de Francisco.
La presencia de Monseñor Castro subrayó la importancia de la relación entre México y el Vaticano, especialmente bajo el liderazgo de un Papa que siempre mostró un profundo cariño por América Latina.
El gesto del Monseñor Castro no solo fue un tributo personal, sino también un acto representativo de los millones de fieles mexicanos que encontraron en el Papa Francisco una guía espiritual y un modelo de humildad y servicio.