Los cárteles de la droga representan una amenaza compartida para la seguridad nacional de México y de Estados Unidos, coincidieron el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, y el canciller Juan Ramón de la Fuente, tras sostener una reunión en Palacio Nacional con la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Ambos funcionarios ofrecieron una conferencia conjunta en la Secretaría de Relaciones Exteriores, donde destacaron los avances y retos de la cooperación bilateral en materia de seguridad.
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Amenaza común y operaciones conjuntas
Rubio advirtió que los cárteles no solo afectan a México y Estados Unidos, sino que también representan un riesgo para la estabilidad internacional.
En ese sentido, elogió el compromiso del gobierno mexicano en la lucha contra el narcotráfico y reveló que, en los últimos meses, se logró la detención y traslado a Estados Unidos de 55 personas acusadas de narcotráfico, gracias a operaciones conjuntas.
“No fue una operación fácil, pero México demostró gran compromiso. Incluso aviones mexicanos llevaron a estos individuos a cárceles en Estados Unidos”, explicó Rubio, al resaltar el intercambio de inteligencia, el entrenamiento conjunto y la provisión de equipo como elementos clave de los resultados alcanzados.
Principios de respeto y reciprocidad
Por su parte, De la Fuente subrayó que la cooperación bilateral se sustenta en cuatro principios: respeto irrestricto a la soberanía e integridad territorial, responsabilidad compartida, confianza mutua y colaboración coordinada sin subordinación.
“El trabajo coordinado bajo estos principios nos ha permitido contar con una frontera más segura, reducir el tráfico de fentanilo y avanzar en esquemas de mayor colaboración en el intercambio de información”, afirmó el canciller.
Grupo de alto nivel y medidas específicas
Ambos gobiernos acordaron establecer un grupo de implementación de alto nivel que se reunirá periódicamente para evaluar avances y asegurar que los compromisos se traduzcan en acciones concretas.
Entre las medidas contempladas se incluyen: combatir los flujos financieros ilícitos, frenar el robo de combustibles, desmantelar túneles clandestinos en la frontera, intensificar el combate al tráfico de drogas y armas, y detener a generadores de violencia en cada territorio.
Prevención y retos compartidos
Además de las acciones operativas, De la Fuente destacó que la estrategia contempla una dimensión preventiva con campañas informativas dirigidas a la sociedad sobre los daños causados por el consumo de fentanilo y otras drogas ilícitas.
“La atención a las causas es un componente fundamental de la estrategia de seguridad”, reiteró.
Rubio, por su parte, reconoció que el tráfico de armas provenientes de Estados Unidos hacia México sigue siendo un desafío central, al igual que la migración irregular.
Sin embargo, aseguró que la cooperación con México ha permitido reducir los flujos migratorios a niveles históricos.
Continuidad en la relación bilateral
Ambos funcionarios coincidieron en que este entendimiento forma parte de la continuidad del diálogo sostenido entre la presidenta Claudia Sheinbaum y el presidente Donald Trump.
De la Fuente recordó que este nuevo impulso se inscribe en la ruta trazada desde el encuentro inicial con Rubio en febrero pasado en Washington.
“Se trata de afirmar la determinación de ambos países de cooperar, proteger a nuestros ciudadanos y hacer más seguras a nuestras comunidades”, concluyó el canciller.