A partir del 2 de marzo de 2026, la UNAM iniciará el Programa de Salud Comunitaria para la Población Estudiantil en los planteles de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP) y el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) para detectar problemas de salud mental, conductas disruptivas y consumo de sustancias peligrosas entre los alumnos.
De acuerdo con Andrea González Rodríguez, coordinadora de la estrategia, la intención es atender la salud mental de los estudiantes, en respuesta a los conflictos y contextos de violencia que transitan en la adolescencia, una etapa de cambios físicos, psicológicos y sociales.
En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, que se conmemora el 10 de octubre, señaló que la meta principal es fortalecer la capacidad de estudiantes de bachillerato para superar las crisis derivadas tanto de la vida cotidiana como de problemas graves, incluidos los de violencia.
Esto, abundó, ante los conflictos que trae consigo la vida en sí, pero también ante los problemas y contextos de violencia a los que se enfrentan actualmente.
“Si logramos mejorar la forma en que conviven y encaran los conflictos, así como su capacidad para pedir ayuda y encontrarla, su salud mental y desempeño académico se verán beneficiados.
A veces se precisan servicios especializados y medicamentos, pero en ocasiones lo que se necesita es construir espacios de armonía, solidaridad, escucha y acompañamiento, donde se promueva la resiliencia”, destacó.
¿En qué consiste el programa?
El programa se diseñó con los lineamientos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las intervenciones buscan basarse en evidencia científica, respetar derechos humanos y adecuar las acciones a cada perfil estudiantil.
Estará a cargo de equipos multidisciplinarios en cada plantel, egresados de Trabajo Social, Pedagogía, Psicología, Enfermería, Medicina y Antropología, todos asesorados por consejeros experimentados y trabajadores sociales.
Cada equipo buscará a detección temprana de problemas de salud mental, conductas disruptivas y consumo de sustancias peligrosas.
“Es muy importante resaltar que la salud mental, el manejo de la ansiedad y la solución de conflictos pasan por la colectividad. Una comunidad escolar sana, fortalecida, hace que mejore la salud mental de sus integrantes», expuso.
Los enviarán a instituciones de salud
Los casos detectados se canalizarán a los servicios de psicoterapia internos de la universidad, como ESPORA Psicológica o al Sistema Nacional de Salud, y se utilizarán mecanismos de manera presencial o clínica digital, cuya dirección electrónica se definirá posteriormente.
González Rodríguez indicó que el programa está dirigido a los estudiantes, profesores y trabajadores, toda vez que podrían informar de casos que requiera atención inmediata, con una atención a partir de protocolos claros para asegurar respuestas básicas y eficientes.
La comunidad estudiantil quiere que la escuchen
Con ello, apuntó, se responderá ágilmente a la diversidad de necesidades que presenta una comunidad estudiantil, en tanto que los equipos multidisciplinarios buscan incorporarse a la vida comunitaria de los planteles, entenderla y contribuir a su fortalecimiento.
Destacó que para ello se cuenta con recursos culturales, científicos y deportivos, capaces de hacer frente a cualquier problema, incluyendo la violencia.
La clave está en el acompañamiento y la empatía mutua en el entorno universitario. “La comunidad estudiantil demanda ser escuchada y el Programa de Salud Comunitaria para la Población Estudiantil es, de alguna manera, una respuesta a esa demanda justa”, puntualizó.
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