Ciudad de México, 18 may. (AMEXI).- Nueve de cada 10 personas con lupus eritematoso sistémico (LES) son mujeres en edad reproductiva con factores genéticos y alteraciones hormonales, por lo que deben vacunarse contra influenza y neumococo, porque tratamientos inmunosupresores predisponen a infecciones y enfermedad grave.
Especialistas del Departamento de Inmunología y Reumatología del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” (INCMNSZ) de la Secretaría de Salud indicaron además que pacientes con enfermedades crónicas inflamatorias y autoinmunes como lupus pueden contraer infecciones.
Esto se debe a que el tratamiento conlleva alteraciones y debilitamiento de las defensas. “La aplicación de vacunas inactivas (no vivas) a pacientes con enfermedades autoinmunes debe hacerse por lo menos dos semanas antes de iniciar el tratamiento con medicamentos inmunosupresores”, precisaron la dependencia a través de un comunicado.
Señalaron que además de los biológicos contra neumococo e influenza estacional, también pueden inmunizarse contra hepatitis A, hepatitis B, tétanos, difteria, virus del papiloma humano, meningococo o herpes zóster, y aclararon que no todas las vacunas proporcionan beneficios a pacientes con lupus.
Por ello “su prescripción depende del componente del biológico y del tratamiento que recibe. Como ejemplo, las vacunas vivas atenuadas contra varicela y la triple viral contra sarampión, rubéola y paperas (SRP) están contraindicadas cuando el tratamiento que recibe la persona con lupus incluye inmunosupresores”.
También, para evitar infecciones recomendaron lavado de manos frecuente o uso de alcohol en gel; revisión dental al menos una vez al año; utilización de cubrebocas en lugares cerrados con concentración de personas y evitar la convivencia con personas enfermas de gripa. Expusieron que como no hay cura para el lupus, el tratamiento del lupus es solo de control.
“Este padecimiento es de difícil diagnóstico debido a que los síntomas como dolor de cabeza e inflamación en las articulaciones, ulceras bucales, cansancio y sensibilidad al sol, entre otros, aparecen lentamente. El lupus es una enfermedad que no puede prevenirse; una vez diagnosticada; hay que seguir el tratamiento, ya que ocurren recaídas”.
Precisaron que el control de la enfermedad se consigue con tratamiento a base de fármacos prescritos por un o una especialista en reumatología para regular el sistema inmune y frenar la inflamación. Esto permite a pacientes alcanzar una buena calidad de vida.
Finalmente, los especialistas alertaron sobre la importancia de evitar automedicarse.