Tuxtla Gutiérrez, Chis., 9 sep. (AMEXI).- Zozobra y miedo es lo que sufren los habitantes de las zonas Sierra Fronteriza y Selva Lacandona de Chiapas, por las acciones violentas e incontrolables cometidas por grupos delincuenciales que se pelean esos territorios, así como por la débil respuesta de los gobiernos para evitar el alza de esa criminalidad, según reclaman los pobladores de Altamirano, Chicomuselo y otros municipios.
El fin de semana un ataque armado dejó un saldo cuatro personas asesinadas en el municipio de Altamirano, en la región de la Selva Lacandona y donde surgió el movimiento zapatista hace tres décadas, confirmó el presidente municipal electo, Gaspar Santiz Jiménez.
Explicó en conferencia de prensa que los hechos ocurrieron en la madrugada del sábado, cuando hombres armados irrumpieron la cabecera municipal a bordo de tres vehículos tipo Suburban y se dirigieron a una de las viviendas, contra la que dispararon en diversas ocasiones y de la cual sacaron y secuestraron a tres personas.
Antes de participar en una marcha por la justicia en Altamirano, el alcalde denuncio que el día del ataque los criminales atraparon a Jorge J., Carmelo V. y Fernando L., quienes horas más tarde fueron localizados sin vida cerca de la comunidad Oniljá, en tanto que Simeón S. recibió varios impactos de bala y aunque fue atendido en el hospital de la localidad, murió.

Que los gobiernos federal y estatal impongan su autoridad, exigen
Por ello pidió a los gobiernos estatal y federal, así como a la Fiscalía General del Estado de Chiapas que se impongan como autoridad y encarcelen a Gabriel Montoya Oseguera por ordenar el ataque a la comunidad, y advirtió que no se van a permitir más atropellos al pueblo, “nos vamos a organizar para defendernos de toda agresión por parte de los delincuentes”.
Debido a la violencia que se vive en el municipio, familiares de las víctimas y los pobladores siempre en zozobra realizaron una marcha por las principales calles de la localidad; de manera paralela, pobladores de los municipios de Palenque, Salto de Agua, Yajalón y Ocosingo, también en la zona Selva del estado, pidieron en las calles que haya paz y justicia en todo Chiapas.
Para la seguridad de los habitantes de Altamirano, desde el sábado montaron tres bloqueos carreteros en las entradas y salidas de la cabecera municipal atravesando camiones pesados en las vías de comunicación, con el fin de evitar el ingreso de grupos delincuenciales vinculados al crimen organizado.
Como pueblo, Altamirano actuará bajo los usos y costumbres debido a que la violencia en esa zona del estado se agudizó desde el año pasado, advirtió el edil electo.
Hay temor y zozobra entre la población porque en cualquier momento pueden atacar a balazos cualquier domicilio, porque las organizaciones criminales están tomando el control de la cabecera municipal de Altamirano, lamentó uno de los pobladores.
En mayo de este año la presidenta concejal, María García, y otros seis funcionarios municipales fueron privados de su libertad por hombres armados; a ella la liberaron 26 días después de pagar el rescate.

Cerrado, el transporte entre La Concordia y Chicomuselo
Pero la zona de Selva no es la única con problemas de violencia, como lo demuestran los bloqueos carreteros de grupos armados que operan en los municipios de la región Sierra Fronteriza de Chiapas que ahora extendieron al paso del chalán o panga.
Esa embarcación que hace el servicio de transporte de personas y vehículos por el río Rizo de Oro, sobre la presa La Angostura, comunica los municipios de La Concordia con Chicomuselo y las colonias Zaragoza-Rizo de Oro, sobre el afluente del mismo nombre.
Los habitantes de la zona Sierra de Chiapas viven un verdadero drama al estar bajo la amenaza del crimen organizado, sin que ninguna autoridad salga en su defensa por más ayuda que pidan.
Uno de los pobladores que vive en esa situación declaró que ya no es vida, que es “un verdadero martirio en el que viven los habitantes la Sierra”, comunidades de ocho municipios que conforman la región; el crimen organizado obliga a sus habitantes a realizar bloqueos, los cuales se extienden hasta los límites con la región Frailesca.
Reclaman a las fuerzas de seguridad su repliegue frente a criminales
Aquellos que hablan, sin dar sus nombres por temor a que los identifiquen los criminales, aseguran que viven en una de las peores crisis que puede existir en el estado más pobre del país, y ahora bajo las armas de las bandas del crimen organizados que los utiliza como escudo, los matan, secuestran y reclutan a sus hijos para sumarlos a su inhumana lucha y contra otras bandas por la disputa del territorio.
Ellos aseguran que ni simpatizan ni pertenecen a ninguna de esas bandas de delincuentes, que actúan con impunidad pues cuando el Ejército Mexicano y la Guardia Nacional los ven venir, se repliegan a sus cuarteles.
Aunque temen a esos delincuentes, como habitantes de esos municipios, se arman de valor y sacan fuerzas del miedo “porque no queremos que esas bandas de delincuentes sigan entrando a nuestras casas y robarse lo poco que queda”, dijo con tristeza profunda otro poblador de la zona.
Recordó que desde el 19 de julio pasado instalaron 26 bloqueos carreteros en la Sierra sobre la vía federal 190 y 201 en los municipios de Frontera Comalapa, Siltepec, Motozintla, Mazapa de Madero, Amatenango de la Frontera y Chicomuselo.







