En la sesión de la Comisión Permanente, el senador Adán Augusto López espetó: “Y no, a mí no me asusta estar aquí diciéndoles la verdad. Porque de todos, claro que conozco sus historias personales; claro que conozco favores otorgados, conozco asuntos pedidos. Pero voy a actuar siempre institucionalmente”.
Pero cada vez que le preguntan sobre los nexos de su secretario de Seguridad, Hernán Bermúdez, con el cártel La Barredora, ha sostenido que no sabía ni lo sospechó. Si no sabía, está mal; si sabía, está peor.
Por la zacapela, al final de la sesión de la Comisión Permanente, pasó desapercibido lo dicho por el también presidente de la Junta de Coordinación Política. Resulta contradictorio que conozca las historias personales de los opositores y de militantes de la 4T, pero no la de uno de sus colaboradores más cercanos, cuando fue gobernador de Tabasco.
“La verdad es que no sospeché”, aseguró el legislador, el 21 de julio, luego de ser criticado por los nexos del exsecretario de Seguridad de Tabasco, Hernán Bermúdez, con el cártel La Barredora.
En entrevista con Ciro Gómez Leyva, dijo que si hubiera detectado alguna actividad irregular en Hernán Bermúdez, lo hubiera despedido inmediatamente. “Si hubiese yo sospechado de él, pues inmediatamente lo hubiésemos separado del encargo”.
Mal por esa respuesta. Porque no sólo se trataba de despedirlo inmediatamente, sino presentar la denuncia ante las autoridades competentes y que éstas se hicieran cargo de fincarle responsabilidades.
Luego de una serie de entrevistas, en particular para noticieros de radio, el senador morenista ya no hizo declaraciones ante representantes de medios de comunicación. Justificó su silencio diciendo que “no es una persona que da entrevistas”. Y así evadió el tema.
Te recomendamos: Bombardeo de mensajes
En la sesión de la Comisión Permanente, del miércoles pasado, el senador subió a tribuna porque fue aludido por Lilly Téllez, a quien dijo: “Y yo, y aquí se lo digo viéndola de frente: si usted tiene una sola prueba en contra mía, yo mismo le acompaño y ahí mismo me presento a declarar ante el Ministerio Público. Pero ya basta de tanta manipulación, porque a las queridas familias mexicanas hay que tenerles respeto, hay que hablarles con la verdad”.
Luego soltó que conoce sus historias personales, los favores otorgados, los asuntos pedidos. Esta afirmación de Adán Augusto no es un asunto menor. Es una amenaza al viejo estilo priista: “Aquí tengo el expediente de todos y ni le busquen porque los saco”.
Más allá de que diga: “voy a actuar siempre institucionalmente”, si hay alguna irregularidad, algún ilícito, el legislador debe presentar las denuncias correspondientes, sean de la oposición o, incluso, de Morena o de los partidos rémoras.
Por otro lado, su afirmación “claro que conozco sus historias personales”, también es temeraria. Porque, cuando fue secretario de Gobernación dijo que no espiaban a nadie, pero ahora resulta que tiene el expediente de todos.
La oposición no debería dejar pasar esta afirmación de Adán Augusto, salvo que tenga miedo de los expedientes que dice tener el legislador morenista.