
«Un Zócalo desbordado”, se pudo leer en la mayoría de las crónicas que se esmeraron en agradar ni más ni menos que a la presidenta Claudia Sheinbaum sobre el multitudinario mitin del sábado pasado al que ella misma convocó para blindarse de las muchas críticas que ha tenido apenas pasadito un año de su primer año de gestión, ¡y lo que falta!
No obstante, lo que no quisieron o no se atrevieron a informarle a la jefa del Ejecutivo es que ese Zócalo desbordado se debió al mega-acarreo que se armó –muy mal organizado, por cierto– desde la víspera del evento, igual como ha ocurrido en anteriores ocasiones. Sólo se limitaron a decirle que se calculaba la presencia de 600 mil asistentes, la mayoría de los cuales viajaron horas y horas para, al final, recibir una torta con una bebida saborizada y si se tenía suerte, una fruta o una golosina.
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El filtro para repartir el libro de Sheinbaum Pardo “Diario de una transición histórica,” de plano fue más riguroso, porque no de quienes estuvieron “voluntariamente” desde las 6 de la mañana en la plancha del Zócalo de la Ciudad de México lo pudieron tener, por más que alegaron que venían desde puntos muy lejanos del país. Es más, muchos presidentes municipales se quedaron con las manos vacías, pese a los jaloneos. Pero, ¿por qué regalaron ese invaluable texto?
El pase de lista, desde luego y como en anteriores ocasiones, era obligado y la presencia de vehículos oficiales fue mayor que en anteriores concentraciones y lo desbordado se debió a que los mal organizados filtros para la plancha del Zócalo no permitieron que muchas personas pasaran.
Lo que sí pudo observarse es que la presidenta Sheinbaum Pardo, desde su enorme generosidad y bondad, al parecer, ya les levantó el castigo a aquellos que se atrevieron a contrariarla cuando les importó más una selfie con Andy López Beltrán que saludar a su presidenta. Ayer, volvieron a tener el lugar VIP que, según ellos, nunca debieron perder y nos referimos a los senadores Adán Augusto López Hernández y Manuel Velasco, al diputado Ricardo Monreal y al propio López Beltrán, al que no le gusta que le digan Andy.
Hay que añadir que, en el caso de los coordinadores de Morena en el Congreso de la Unión, la presidenta les reconoció la ardua labor que realizaron vía fast-track y, envuelta de promesas incumplidas a los productores agrícolas, para sacar adelante el dictamen sobre el agua, por el cual, la jefa del Ejecutivo dio manotazo en el escritorio para que antes de celebrarse los 7 años de esta errada y llamada Cuarta Transformación, tuviera luz verde y pudiera ser presumida junto a otros “logros”. ¡Qué tal!
NO LOGRA SHEINBAUM LA COTUNDENCIA
Eufórica, pero con la voz temblorosa que nunca pudo lograr la contundencia, Sheinbaum no podía perder la oportunidad de criticar a sus adversarios políticos y por eso en su discurso puso especial énfasis en autovictimizarse al señalar que ella y su gestión son objetivo de campañas sucias pagadas que circulan pon las redes sociales: “por más compras de “boots”, por más alianzas con grupos de interés, por más consultores de comunicación que contraten para inventar calumnias y mentiras, por más intentos de hacer creer al mundo que México no es un país libre y democrático, por más que hagan eso, ¡no vencerán al pueblo de México ni a su Presidenta!“
La voz volvió a temblar amenazando con quedarse afónica y en lo que no reparó Sheinbaum Pardo es en que la realidad virtual, ¡que curioso!, la tenía ella enfrente con tantísimo acarrreado y lo que opinan quienes difieren con esta errada y llamada Cuarta Transformación, ahora en su segundo piso, al contrario de lo que asegura, sí tienen mucho que ver con “el momento de transformación que vive México”, que es más bien, el momento de destrucción.
Y será por eso que Sheinbaum volvió a aferrarse a quien hace una semana salió a defenderla, al señalar que a ella y a su movimiento los guía la máxima obradorista.
Mucho se comentó en dicho evento en el que no hubo nada que festejar que, si bien la jefa del Ejecutivo mantiene una aprobación, digamos alta, apenas en el primer año ya comienza a resentir el desgaste de su gobierno, detonado por el asesinado por el alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, así como por las manifiestaciones de la Generación Z. Ello, sin olvidar su más reciente “éxito”: los puestos ambulantes a los que “bautizó” como Farmacias del Bienestar. Esto, por citar sólo un par de “logros”.
Bien dice una máxima popular que el peor engaño es el que se hace uno mismo.






