
En cada una de las oficinas de los senadores de Morena, 67, se dejaron 260 ejemplares ni más ni menos que del libro “Grandeza”, el más reciente texto de Andrés Manuel López Obrador, con tarjetas que tenían los atentos saludos del presidente de la Junta de Coordinación Política, (JUCOPO) del Senado de la República, Adán Augusto López Hernández.
O sea, estamos hablando de poco más de 17 mil ejemplares, así que sin duda se trata de una muy buena compra que el exsecretario de Gobernación le hizo a su “hermano” y por la cual recibirá regalías porque le correspondería alrededor de un 8%.
Y cómo no iba a ser agradecido, si gracias a los “buenos” oficios del de Macuspana que desde Palenque operó el cambio de titular de la Fiscalía General de la República, (FGR) sacando a Alejandro Gertz Manero y poniendo a Ernestina Godoy Ramos, consiguió proteger al senador López Hernández de los escándalos que traía encima, el de la Barredora, el más emblemático.
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Fiscal “carnala”
Como prueba de lo anterior, está que la flamante fiscal “carnala” llegó a su nueva encomienda, como se dice popularmente, “echando lumbre” y se fue directo en contra del exgobernador de Chihuahua, César Duarte, quien para su infortunio, regresó al Penal del Altiplano, acusado por un nuevo delito, el de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita, presuntamente cometido durante su administración al frente del gobierno de Chihuahua y los pronósticos es que ahí se va a quedar.
Y no es que el exgobernador chihuahuense fuera una “blanca paloma”, claro que no, pero en el fondo de este caso está que además de que se utiliza este expediente para tapar la corrupción del partido Morena y su distinguida militancia, se complace a nuevos militantes de este instituto político como es el caso de otro exgobernador de ese estado, Javier Corral Jurado, quien a los cuatro vientos gritó, incluso desde las filas del PAN, que Duarte era su archienemigo.
Sin duda, César Duarte cayó en excesos y se reitera, tiene cuentas pendientes que pagar, pero, por ejemplo, también las tienen los hijos de López Obrador.
Sin embargo, si en algo la regó Duarte es dejarse ver, el pasado mes de junio estando en prisión domiciliaria gozando de libertad condicional, bailando en el bar «Plan B» de la capital de Chihuahua, mismas que generaron gran polémica, días después de que una Corte en Texas desestimara una demanda de lavado de dinero en su contra.
Javier Corral y su aliado Ulises Lara
El hoy presidente de la Comisión de Justicia del Senado, sin duda actualmente está más que contento pues al parecer pudo consumar su venganza por el regalo navideño recibido, además de que él se vio beneficiado por este círculo perverso en el que Morena quiere tapar un hoyo haciendo otro.
Cuestión de recordar cuando el senador Javier Corral fue rescatado hace poco más de un año, en un restaurante de la colonia Roma de Ciudad de México por el entonces fiscal capitalino, Ulises Lara, cuando elementos de la Fiscalía Anticorrupción de Chihuahua intentaron detenerlo y todavía el exfiscal capitalino que por cierto, obtuvo su título como abogado en una Universidad absolutamente “patito”, se atrevió a negar lo que había hecho al señalar:
“Bajo ninguna circunstancia se trató de un rescate como equivocada y dolosamente se ha señalado. Cumplimos estrictamente la ley como nos fue conferido”. ¡Ajá!
Lara, -como se recordará-, fue dejado al frente de la FGJ de la CDMX precisamente por Ernestina Godoy cuando no pudo conseguir permanecer en la Fiscalía y ahora, a su llegada a la General de la República, puso a su antiguo vocero en la estratégica posición que ella tuvo; al frente de la Fiscalía Especializada de Control Competencial, (Fecoc), un nombre que no se entiende muy bien pero tiene la virtud que desde esa posición, se puede pasar a ser encargada o encargado del despacho de la FGR.
Finalmente, y retomando el tema inicial, los miles de libros de AMLO, llegaron a las oficinas de los senadores morenistas para que éstos a su vez, los repartan como un flamantísimo regalo navideño entre sus votantes.
Según se sabe, esta medida, no fue del agrado de toda la fracción parlamentaria porque unos y otros se aventaban la “bolita” sobre quién pagó los libros como por ejemplo, el senador Manuel Huerta Ladrón de Guevara, pero ninguno de los inconformes se atrevió a reclamar nada. Total, es austeridad, ¿no?
MUNICIONES
*** La presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Kenia López Rabadán, sobre la situación de violencia que se vive en Michoacán, señaló que, “independientemente de si lo ocurrido el fin de semana en Coahuayana, Michoacán, se tipifica como terrorismo o no, es necesario garantizar la seguridad de los michoacanos, al tiempo que hizo un llamado a no politizar el combate a la inseguridad y la violencia.

“Intentar politizar, partidizar o ideologizar una realidad tan lastimosa como es la inseguridad, desde mi perspectiva no debe suceder, no debe ningún servidor público ni politizar, ni ideologizar, ni entrar en una justificación. Hay una inseguridad, se vive, se conoce, está documentado, las cifras lo demuestran, hay que ponernos a trabajar”.





