
Con mucha más pena que gloria, el flamante ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia del Acordeón, (¡perdón!), de la Nación, Hugo Aguilar Ortiz, rindió un informe de sus primeros 100 días. Su discurso no fue más que un compendio de mentiras, porque no alcanzaron a llegar ni siquiera a buenas intenciones, porque Aguilar llegó a la principal silla de la Corte gracias a las maniobras de Andrés Manuel López Obrador y la promesa de que no solo él, sino el pleno de la SCJN, darían lealtad al 90%; el 10% de conocimiento, y hasta menos porcentaje, ha quedado en evidencia en cada una de las audiencias celebradas por esta Corte a modo y del acordeón.
Y si alguna duda hubiera, que le pregunten a la autollamada “ministra del pueblo”, Lenia Batres, cuyos dislates, omisiones y errores, son cuantiosos y permanentes; una prueba, atentar en contra del principio de certeza jurídica; otra, la manera en que en medio de desordenados papeles no sabe cuál es el sentido de su voto. Así la eficiencia en esta errada y llamada cuarta transformación, ahora en su segundo piso.
O también se le puede preguntar a la flamante ministra Estela Ríos, que no hace mucho se pronunció en contra de que las fotografías de los candidatos aparezcan en una boleta electoral pues, -según ella-, se trata de un ejercicio democrático y no del conocido reality “La Casa de los Famosos”.
Retomando el informe de Hugo Aguilar, como si estuviera en campaña, prometió que la Corte del Acordeón alcanzará “una justicia real y verdadera” y sigue rondando en su cabeza la idea de retomar juicios cerrados lo que, como se sabe, atenta contra la certeza jurídica.
Conforme la costumbre de esta errada y llamada cuarta transformación desde sus inicios, el flamante ministro Aguilar Ortiz arremetió en contra de la anterior, esa sí, Suprema Corte de Justicia de la Nación con todas sus letras, que encabezó en su último tramo la ministra Norma Lucía Piña Hernández, a la que se atrevió a acusar de ser “lenta, ensimismada e, incluso, soberbia”.
Soberbia la del actual presidente de la Corte que, -como se recordará-, se rodeó de un centenar de asesores, cuya nómina cuesta y mucho, con lo que puso en total evidencia su falta absoluta de conocimiento y aun así, todavía se atrevió a decir que él y sus ministros llegaron a “marcar la diferencia”. ¿Cuál?
Aguilar Ortiz carece de autoridad para hablar, pues si se compara su pírrico informe con el último de la ministra Piña Hernández, el saldo irremediablemente es negativo. La Corte del Acordeón ha resuelto 2 mil 590 asuntos en estos primeros 100 días, lo que se traduce en un 6.6% menos que en el mismo periodo del año anterior, cuando todavía funcionaban las salas, que despachaban gran parte de los asuntos.
Con la eliminación de estas Salas por la controvertida reforma judicial, el pleno de la SCJN se vio obligada a asumir gran parte de ese trabajo y entre que le entienden y no a los temas, los pendientes que todavía tienen con el personal que despidieron y renunciaron, la Corte a modo acabó por convertirse en un aparato burocrático bastante deficiente.
Lee: Sin necesidad, Adán Augusto se mete en una polémica más (Opinión)
Contrastes Sheinbaum y López Rabadán
A lo largo de todo este año que concluirá, los contrastes entre la presidenta Claudia Sheinbaum y Kenia López Rabadán, presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, se dieron constantemente; sin embargo, el que más destaca tiene que ver con la entrega del Premio Nobel de la Paz a María Corina Machado, quien encabeza la resistencia viviendo en la clandestinidad en Venezuela, país azolado por la dictadura de Nicolás Maduro.
En varias ocasiones, desde su gustadísima “Mañanera del Pueblo”, la mandataria mexicana omitió opinar sobre ese reconocimiento, eso sí, con una cara larga, larga y quizás recordando las fotografías que han circulado por las redes sociales donde se ve muy jóvenes tanto a Sheinbaum como al propio Maduro conviviendo.
Cómo olvidar que el dictador venezolano vino a la toma de posesión del maestro y quasi tutor de la presidenta de México y la manera en que personajes tan repudiados como el senador Gerardo Fernández Noroña presumía sus fotos con Maduro.
En fin, el caso es que, por su parte, la diputada Kenia López hizo un reconocimiento a la lucha de María Corina Machado por la cual fue galardonada, e indicó que es necesario privilegiar y defender a las instituciones democráticas.
“Primero que nada, felicitar a María Corina Machado por su valentía (…) estoy convencida que es un ejemplo para millones de mujeres en su país y en el mundo. Es una mujer que ha abanderado sus causas con inteligencia, con pasión, con resiliencia, con trabajo, con valentía”, subrayo la líder de la Cámara de Diputados.
Entonces, hay que preguntarle a Sheinbaum Pardo: ¿dónde queda su sororidad y resilencia?, ¿no que llegaron todas?, ¿le prohibieron desde Palenque tener un gesto de reconocimiento con Machado? Por cierto, la diputada López Rabadán nunca tuvo un gesto de disgusto. ¡Qué tal!
Municiones
*** Este espacio se tomará un periodo de descanso por la Navidad y el Año Nuevo, para reanudar el martes 6 de enero del ya muy cercano 2026, deseando a todos parabienes y la muy necesitada prosperidad.





