Ciudad de México, 14 jun. (AMEXI).- El recuento en los procesos sindicales es una de las principales herramientas que tiene el trabajador dentro de una empresa para hacer valer su libertad sindical, pero para que esto tenga valor se requiere de organizaciones dispuestas a trabajar con el empleador en beneficio de todos.
Pasada la etapa de la legitimación de contratos, los trabajadores tienen otros momentos en las que expresan su preferencia y apoyan a la organización sindical que quieren que los represente.
El momento obvio es la ratificación del contrato colectivo firmado o revisado por la dirección sindical que realizó la negociación. A este proceso dedicamos un análisis y no vamos a repetirlo.
Pero existen otros momentos en los que se confirma que es la mayoría de sindicalizados los que respaldan a la organización.
La mayoría en los sindicatos
Establezcamos las condiciones. Recordemos que 20 trabajadores al servicio de un mismo patrón pueden formar un sindicato y solicitar al Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral (CFCyRL) su registro.
Recordemos también que en un mismo centro de trabajo pueden existir tantos sindicatos como los trabajadores determinen.
El problema radica en determinar, de entre los sindicatos que existen, ¿cuál es el sindicato titular del contrato colectivo? y la solución, en todos los casos, se resuelve otorgándole la representación al que acredite representar una mayoría de los trabajadores al servicio de la empresa.
Pelear la titularidad del Contrato Colectivo de Trabajo
Recurramos a ejemplos. Un sindicato es titular del contrato colectivo y otro le demanda la titularidad, con base a que sostiene representar una mayoría de los trabajadores al servicio del patrón, superior a la que representa el sindicato titular, la tramitación es judicial, la prueba idónea es el recuento y el resultado el que los números arrojen.
Otro caso, en una empresa se encuentran registrado ante el CFCyRL diversos sindicatos, cualquiera de ellos demanda la firma de contrato colectivo y los otros comparecen al juicio y sostienen ser ellos quienes representan la mayoría. De manera judicial se resuelve el conflicto y el resultado del recuento es el que vendrá a determinar la titularidad.
El recuento en la huelga
Un sindicato demanda de la empresa la violación de diversas cláusulas contractuales, estalla la huelga y el empleador alega que no son la mayoría de los trabajadores los huelguistas, mediante procedimiento judicial se determina la mayoría con la finalidad de declarar la legitimidad de la huelga.
Para construir nuestro tercer ejemplo, conviene recordar que los trabajadores tienen en derecho de afiliarse a un sindicato, a desafiliarse de un sindicato o abstenerse de hacerlo. Ahora bien para el recuento de votos de trabajadores afiliados a un sindicato nuestro universo es otro.
Recuento de trabajadores al servicio de la empresa son todos con excepción de los funcionarios y los trabajadores de confianza.
Trabajadores afiliados a un sindicato son todos, incluso los que votan por él sin formalizar la afiliación.
Recordemos también que para emplazar a huelga el sindicato que lo realiza debe acreditar la representación del 30 por ciento de los trabajadores de la empresa.
Las abstenciones en el recuento
¿Qué pasa cuando se cubren todos los extremos pero la mayoría de los trabajadores se abstiene de votar?
Sumar las abstenciones a los votos en favor o en contra, además de darme un resultado falso dejaría de respetar en voto del trabajador que se abstuvo.
En esa hipótesis nuestro universo sufre un ajuste necesario que nos coloca en la realidad y creemos que no atenta contra la libertad sindical.
La planilla que obtiene mayoría asume su papel, la planilla perdedora somete su conducta a lo acordado en condiciones de trabajo con la ganadora y en creciente número a nivel mundial de abstencionistas por igual.
La pérdida de credibilidad de los sindicatos
No quisiéramos dejar de referir algunas de las causas por las que los sindicatos pierden credibilidad. Porque en lugar de estar preocupados por las condiciones de trabajo de hoy, se han partidisado, porque el dinero en las manos de los líderes endulza el paladar, porque también los intereses de gobierno meten la mano e inducen el proceso.
Sin embargo, para que la libertad sindical de cada uno de los trabajadores y por supuesto también de los empleadores se respete, es necesario construir entre todos un proyecto de trabajo en el que todos ganen y que las partes tengan capacidad de razonar y comprender los argumentos del contrario.