
La presidenta Claudia Sheinbaum y en general, toda esta errada y llamada cuarta transformación ahora en su segundo piso, no acaban de salir de las embarazosas situaciones en las que los colocan sus propios errores y omisiones que se manejan bajo la máxima: la corrupción guinda es la que debe de prevalecer y taparse.
Quizás la defensa de la jefa del Ejecutivo del coordinador de la fracción parlamentaria de Morena en el Senado de la República, Adán Augusto López Hernández, sea “de dientes para afuera” porque así terminaría de deshacerse de quien es considerado el hermano ni más ni menos que de Andrés Manuel López Obrador, sin embargo, pasa cada vez más trabajos para seguir defendiéndolo por instrucciones directas de su mentor y asume exactamente la misma actitud que en otros casos difíciles, limitándose a pedir pruebas de lo que resulta más que evidente.
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Así, en un frente, desde Palacio Nacional está la presidenta mientras que en el otro se encuentra el flamante quasi expresidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores, Gerardo Fernández Noroña, ejerciendo la labor de censura que últimamente le ha dado por desplegar a buena parte del morenismo.
He ahí ejemplos con los gobernadores de Puebla, Alejandro Armenta; Campeche, Layda Sansores; Tamaulipas, Américo Villarreal, así como el sonado caso de “dato protegido” que sin duda involucra al presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna.
Tampoco se puede pasar por alto a la flamante y cultísima presidenta municipal de Acapulco, Abelina López Rodríguez, a la que ya se le subió “la calor” y que también trae su propio caso porque la “balconearon” por el tremendo desfalco de 898 millones de pesos que tiene en su administración y no sabe cómo explicar la alcaldesa morenista, y no tendría más que decir en dónde está esa nada despreciable cantidad de dinero. ¿Estaremos frente a un “dato protegido II”?
Dos voces se manifiestan
En esto de la corrupción guinda, dos voces vuelven a manifestarse en un mismo sentido señalando este fenómeno que afecta tanto al país.
Una es la del presidente de Grupo Salinas, Ricardo Salinas Pliego, quien por las redes sociales habla sobre el huracán que mantiene tan triste al senador López Hernández:
“Cada día que Adán permanece como parte de Morena, nos confirman la corrupción de sus representantes, sus vínculos con el crimen organizado y su encubrimiento a los generadores de violencia en el país… ¡No son iguales, son peores!”. Efectivamente
Otro, que se ha perfilado por ser el líder del PRI que cuestiona y evidencia al oficialismo es Alejandro Moreno Cárdenas, quien igualmente por las redes sociales sentenció:
“Morena debería ser declarado ‘narcopartido’, al acusar que algunos de los candidatos morenistas han pactado con criminales” y al paso del tiempo eso parece ser cada vez más evidente.
¿Morena guarda silencio?
Resulta hasta obvio además que la dirigencia del partido Morena cuya cabeza es Luisa María Alcalde, haya optado por guardar silencio ante dichos casos y ello lo hace básicamente por dos factores:
El oficialismo ya no tiene como explicar la corrupción mayúscula que existe en el partido guinda al tiempo que el gobierno morenista se ha vuelto cómplice o cobarde o a la mejor esas dos cuestiones juntas.
Por todas estas denuncias en contra del partido Morena, éste tiene la intención de ir de nuevo a la carga y según se sabe, quieren reactivar el caso del desafuero en contra del dirigente del tricolor al que el propio gobierno le ha tendido un cerco y para ello se valdrán del presidente de la Sección Instructora, Hugo Eric Flores, también servil al partido guinda.
Ese es el precio que los morenistas quieren que quien alza la voz como oposición y evita que esta errada y llamada cuarta transformación, ahora en su segundo piso, la haga invisible, amén de que en el reciente período extraordinario, el PRI fue el único partido que votó en contra de las iniciativas del oficialismo.
MUNICIONES
*** En un tema relacionado con la corrupción guinda, la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), que recientemente publicó el INEGI, confirma el deterioro de la seguridad en México y exponen el rotundo fracaso de la estrategia de Morena y esto lo advirtió el coordinador de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, Rubén Moreira Valdez.
Para corroborar, basta con revisar que, según los resultados del estudio, el 63.2% de la población mayor de 18 años considera que es inseguro vivir en su ciudad, una cifra que el legislador expresó alarmante y que refleja la inexperiencia del gobierno federal.
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Mediante las redes sociales, el diputado del PRI subrayó que las ciudades con mayor percepción de inseguridad son Culiacán (90.8%), Ecatepec (90.7%) y Uruapan (89.5%), todas ubicadas en entidades gobernadas por Morena: Sinaloa, con Rubén Rocha Moya; Estado de México, con Delfina Gómez, y Michoacán con Alfredo Ramírez Bedolla, lo que evidencia la falta de eficacia de su modelo de seguridad, pero también, revela las posibilidades de acuerdos entre el morenismo y la delincuencia organizada. ¿Será?