Al día siguiente del “circo” que resultó ser la controvertida elección judicial, el Comité Ejecutivo Nacional del PRI, encabezado por Alejandro Moreno Cárdenas, anunció que pedirá la anulación de ese ejercicio, del que hasta la Organización de los Estados Americanos (OEA) recomendó no replicar porque sin duda se trató de una farsa en el más amplio sentido del término.
Declaró hace una semana el también senador por Campeche: “estamos preparando una denuncia robusta. Vamos a agrupar todos los señalamientos que hay”. Y está muy bien que el Revolucionario Institucional, con lupa, observe hasta el menor detalle de dicha demanda, porque es bien conocido que los del partido Morena violan la ley a la menor provocación y en nombre de la “soberanía de los pueblos” intentan ocultar su rostro más autoritario.
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De tal suerte, la demanda que presentará el PRI, sin duda, representa a nueve de los 10 ciudadanos que optaron por no votar en la absurda elección judicial.
Si ya de por sí de los que votaron, especialmente personas de la tercera edad, se hicieron “bolas” con todo y “acordeones” y a la hora de estar en la casilla, por error, terminaron por anular su sufragio. Quién podría dudar entonces que los votos fueron escasos en dichos controvertidos comicios.
Esta situación la explicó el coordinador de la bancada priista en la Cámara de Diputados, Rubén Moreira Valdez, al referir que en México se cuenta con un padrón electoral de alrededor de 100 millones de ciudadanos y el primer domingo de junio sólo votaron 5.2 millones, mientras que se registraron 11 millones de votos nulos y casi 12 millones de boletas en blanco. Esto, sin soslayar que se tuvo un abstencionismo del 87 por ciento, lo que, en el mejor de los casos, sólo expresa el enorme rechazo de la ciudadanía hacia esta elección judicial.
Además, y como el propio dirigente tricolor lo ha venido señalando en diversos foros, como resultado de los tiempos que le tomó a cada ciudadano emitir su voto, en las 84 mil casillas que se instalaron aquel 1 de junio, únicamente habrían podido participar alrededor de cinco millones de ciudadanos.
El problema de lo anterior es que el partido Morena se ha dedicado a “echar las campanas al vuelo” en este tema, pero a ciencia cierta, los problemas que traen los guindas a lo interno de su instituto político por otro tipo de confrontaciones los ha colocado en situación de suma tensión hacia adentro y hacia afuera.
LAS DERROTAS GUINDAS
Y en este orden de ideas, las secuelas que sigue dando la señalada elección judicial le sirvió al oficialismo para ocultar las derrotas que se llevó Morena en las elecciones, esas sí pueden llamarse así, que tuvieron lugar en Durango y Veracruz, cuyo operador del partido Morena tiene nombre y apellido: Andrés López Beltrán, mejor conocido en el mundo de la política, donde su debut ha sido todo un fracaso, como Andy, al que no lo gusta que le digan Andy.
¡Qué raro! porque así le decían desde que era chiquito en su círculo familiar y actualmente, sus amigos y cuates a los que el hijo del expresidente ha tenido a bien favorecer ampliamente con los favores que le da el apellido y los 200 pesos que dice Andrés Manuel López Obrador que trae en la cartera, también lo conocen como Andy.
No obstante, se dice no sólo en los corrillos políticos que el hijo mayor del tabasqueño se supone que habría fraguado una estrategia con el objetivo de no quedar expuesto de fea manera respecto a que sus capacidades como operador político son nulas.
Al día siguiente de las elecciones en Durango y Veracruz, Andy López Beltrán echo mano del silencio, así como para pasar desapercibido para luego salir con aquello de que no le gusta que le digan Andy. Se supone que eso lo hizo para apuntalar precisamente esa marca, sobre todo porque ahora intenta posicionarse en el escenario político nacional, donde el revés que recibió en los citados comicios no le ayuda mucho. ¿Será?
MUNICIONES
*** Y siguiendo con el tema Andy, a quien se le “volteó el chirrión por el palito” fue ni más ni menos que al presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal, quien trató de defender a López Beltrán victimizándolo y acusando de que sufre de violencia vicaria y de que todos los hijos de López Obrador “sufrieron el estigma muy fuerte de su padre”. Es bien sabido que cuando Andy López Beltrán estuvo hace unos meses en la Cámara de Diputados para reafiliar a los legisladores del partido Morena, el propio Monreal lo llamó cordialmente Andy y entonces ahora ¿de qué se queja?
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