Ciudad de México, 17 de jun.(AMEXI).- El pasado 9 de junio se llevaron a cabo las elecciones para nombrar a los 720 integrantes del Parlamento Europeo, de los 32 países que integran la Unión Europea. En este proceso la derecha y la ultraderecha ganaron la mayoría de los escaños, desplazando a los partidos de la burguesía socialdemócrata que tradicionalmente dominaban ese espacio, lo que advierte consecuencias catastróficas para los pueblos y la clase trabajadora.
Entre los principales partidos que dominan el espectro de la derecha europea están: el Partido Popular Europeo (PPE) que obtuvo 189 eurodiputados; el partido Socialistas y Demócratas (S&D) que alcanzó 135; Renew Europe con 80; El Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (CRE)-Vox y el partido de la italiana Giorgia Meloni, subieron hasta los 76 escaños; Identidad y Democracia (ID) (donde participa el partido de la francesa y de Marine Le Pen) con 58 diputados.
Tras el triunfo derechista que arrasó en países como España, Francia, Alemania, Bélgica, Italia, Grecia, Holanda, Austria, Portugal, Hungría, y Finlandia, la burguesía y la pequeña burguesía de todo el mundo pusieron el grito en el cielo, reacción que muy pocos tendrían si los tradicionales partidos europeos obtuvieran el triunfo.
Las consecuencias catastróficas con la ultraderecha en el poder
La historia de la lucha de clases ya demostró en diferentes ocasiones, las causas y también las consecuencias catastróficas para los pueblos, del ascenso del fascismo y la ultraderecha en el poder. Pero es importante repasarlo una vez más, a la luz de los acontecimientos actuales en el mundo y particularmente en Europa.
La causa final de la aparición y luego ascenso de estas ideologías retrógradas y ultrarreaccionarias, está directamente vinculada a la aparición del imperialismo como forma superior de desarrollo del capitalismo, lo que se caracteriza por la gran concentración y centralización de la riqueza en un reducido grupo de oligarcas en el mundo, que a su vez, forman grupos y bloques que se reparten la dominación económica y política del mundo entero.
Estos grupos oligárquicos y sus respectivas potencias imperialistas, después de terminar el reparto del mercado mundial, entran en choques y contradicciones, que históricamente se expresan en diversas formas de confrontación, hasta llegar a los choques más violentos y sanguinarios como las dos guerras mundiales que sufrió la humanidad.
Cada guerra mundial estuvo precedida de profundas crisis económicas, que a su vez se convierten en caldo de cultivo de corrientes ideológicas ultraderechistas que aprovechando las crisis políticas, se convierten en fuerzas políticas.
El fascismo una de las formas clásicas de la ultraderecha
Una de las formas clásicas -no la única- de la ultraderecha, es el fascismo, de tal manera que es equiparable a la definición que el Secretario General de la Internacional Jorge Dimitrov hiciera en su informe al VII Congreso de la I. C. el 2 de agosto del 1935, en donde afirma que el fascismo, es la dictadura terrorista descarada de los elementos más reaccionarios, más chovinistas y más imperialistas del capital financiero.
Y ese es el verdadero peligro que se cierne otra vez sobre toda Europa, con el ascenso de los partidos de la ultraderecha. Lamentablemente el ascenso de la derecha es un fenómeno mundial, resultado de las últimas dos crisis mundiales (2009 y 2020), en el continente Americano, ya vivimos dos gobiernos de esa calaña: Bolsonaro en Brasil, Trump en Estados Unidos y ahora con Javier Milei en Argentina.
Se advierte un nuevo impulso de la xenofobia, racismo, supremacía blanca y más.
Por eso, es indispensable advertir al proletariado y a los pueblos del mundo, que tras el triunfo de la ultraderecha en las elecciones del parlamento europeo, habrá un nuevo impulso de la xenofobia, el racismo, el supremacismo blanco, el sionismo y todos los engendros ideológicos de la oligarquía financiera más descompuesta, a los que debemos desenmascarar y enfrentar en todos los campos de batalla.
En esta lucha contra la ultraderecha y el fascismo, hay que poner en el centro los intereses de la clase obrera, de los explotados y oprimidos, para superar la idea de que sólo existen dos alternativas, y que el otro sector privilegiado pretenda arrastrar a los pueblos a crean que en Francia Macrón es demócrata o que en Alemania Olaf Sholtz es socialdemócrata.
En nuestro mismo continente hay partidos que se presentan de “izquierda”, pero en Chile defienden a un Boric derechista; en México tampoco debemos de permitir que el triunfo de la autodenominada 4T se suba a la cabeza y se nos olvide que justo en Europa, la ultraderecha creció a la sombra de la socialdemocracia de Ángela Merkel y hasta del falso socialista Francois Hollande.
Los pueblos del mundo deben alzar la voz
El proletariado de todos los pueblos del mundo, no tenemos otro camino que levantar nuestra fortaleza de Frente Único Antifascista y Antiimperialista, como única garantía de frenar este ascenso de la ultraderecha.
Los mexicanos y los latinoamericanos debemos ver este espejo llamado Europa que se derechiza, sólo así iluminaremos mejor los senderos de nuestra lucha de clases.