Los ministros de finanzas de las 20 economías más grandes del mundo, el llamado G20, se reunieron en Rio de Janeiro, Brasil, los días 25 y 26 de julio, en un encuentro que tuvo como lema “Construyendo un mundo Justo y un Planeta Sustentable”.
En dicho encuentro, por el desacuerdo de la Ministra de Finanzas de Estados Unidos y el de Alemania no se aprobó el pago de un impuesto de 2% para las 3 mil personas más ricas del mundo.
Bajo la presidencia temporal de Luiz Inácio Lula Da Silva, Presidente de Brasil, el G20 inició la discusión en febrero pasado, y se le encargó al economista francés Gabriel Zucman, la elaboración de un estudio más profundo sobre esta propuesta.
Propuesta de impuestos a los Ultra-Ricos
En la reciente reunión del G20, el Ministro de Hacienda de Brasil, Fernando Haddad, presentó la mencionada propuesta con la que se pretendía que con estos impuestos, los gobiernos podrían disponer de 250 mil millones de dólares para combatir la pobreza y mitigar los efectos del cambio climático.
Sin embargo, los grandes ricos que amasan increíbles riquezas y que a decir del propio Presidente Lula, las fortunas de muchos de ellos superan los presupuestos de países enteros, hablaron a través de sus voceros y títeres para impedir que se aprobara la propuesta.
Oposición a la propuesta
Fueron diversos los pretextos que argumentaron los opositores a esta propuesta, pero los que se opusieron más descaradamente fueron: el Ministro de Finanzas alemán Christian Lindner, y la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, quien simplemente “no ve la necesidad ni realmente piensa que sea deseable tratar de negociar un acuerdo global sobre eso”.
Cuánto pagan los ricos y cuánto deberían pagar
De acuerdo con Oxfam, una confederación de Organismos No Gubernamentales enfocada en el problema de la desigualdad global, señala que el 1% de la población más rica del mundo paga apenas lo equivalente al 0.5% de su riqueza como impuesto.
Sin embargo, el nivel de acumulación de riquezas creció de manera desproporcionada; en las últimas décadas, los que menos crecieron sus riquezas lo hicieron en un ritmo de 7.1%; por lo que simplemente para mantener el porcentaje de impuestos que pagan, ahora debería de pagar por lo menos el 8%.
Si bien el planteamiento que hizo Brasil en el G20, de que los super ricos paguen el 2% de impuestos en casi en nada resuelve la hambruna del mundo, lo que se demuestra una vez más es el papel de los gobierno de las 20 potencias mundiales de ser gobiernos de los multimillonarios, administradores de sus intereses.
Inclusive los países que dijeron estar de acuerdo en que los millonarios paguen impuestos, no lo aplican ni lo plantean seriamente en cada uno de sus países, incluyendo a Brasil, que junto con México comparte vergonzosamente la categoría de los dos países con más número de ricos en América Latina.
Desde los trabajadores y los pueblos, no hay que olvidarnos de que la riqueza que ese 1% mundial concentra en sus manos, es por un lado, la fuerza de trabajo de los millones de hombres y mujeres que son explotados en el mundo; y por otro, ahí están los recursos naturales despojados de los pueblos, ahora convertidos en riqueza.
La riqueza debe regresar a los trabajadores y los pueblos
Es decir, esa riqueza es finalmente de los trabajadores y los pueblos, pero un puñado de multimillonarios se la apropia, y ello les sirve para controlar gobiernos e instituciones, para volverlas contra los pueblos.
La solución final no se logrará simplemente con mayores impuestos, va a requerir retornar esa riqueza en manos de sus productores y en manos de sus propietarios originales, es decir; los trabajadores y los pueblos.
Esa es una lección más que debemos tener clara, para avanzar más en los senderos de nuestra lucha de clases.