En los tiempos actuales la sociedad se encamina hacia la profundización de todas las contradicciones inherentes al sistema capitalista-imperialista, es decir: las contradicciones económicas, sociales y políticas van a seguir agudizándose, y en ese marco es indispensable saber distinguir la naturaleza de la crítica y la crítica de derecha para desenmascarar el oportunismo.
En ese marco, los debates se multiplican en los distintos escenarios de las contradicciones, entre los grupos de poder en el país y sus partidos políticos y también dentro de los sindicatos y movimientos sociales, y de todas partes se esgrimen argumentos que hay que discernir para evidenciar su contenido de clase.
Por ejemplo, en los últimos días, la Nueva Ley de Telecomunicaciones que propuso la presidenta Claudia Sheinbaum generó un gran debate en distintos espacios, principalmente en el Congreso de la Unión que se vio obligado a posponer la aprobación, a un posible periodo extraordinario de sesiones.
La derecha defiende intereses económicos distintos a los que defiende la 4T
En este debate sobre la Ley de Telecomunicaciones, los diputados y senadores de lo que queda del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del Partido Acción Nacional (PAN) quieren aparecer como los implacables defensores de la “libertad de expresión”.
Inclusive, intentaron realizar un mitin con los grupos ultraderechistas de la “marea rosa”, argumentando que la nueva Ley de Telecomunicaciones nos conducía a una “dictadura”; en realidad toda esta verborrea reaccionaria no es más que rancio espantajo, para defender intereses económicos de los monopolios en telecomunicaciones en México.
Hay que recordar simplemente cuando en el año 2006, en siete minutos el PRI y el PAN junto con sus partidos satélites impusieron la Ley Televisa; por otro lado, los dirigentes del PAN se han declarado abiertamente partidarios de la intervención norteamericana, por eso se molestan de la prohibición de los anuncios pagados por el gobierno norteamericano en televisión mexicana y eso le llaman “libertad de expresión”.
La 4T es la otra cara de la crítica de derecha
Frente a este mismo debate, la autodenominada “cuarta transformación”, ahora en su segundo piso, en el conjunto de su política y sus intereses no son radicalmente opuestos a los de los gobiernos anteriores, tan es así que la esencia de todas las reformas estructurales neoliberales siguen vigentes.
Los cambios que se han hecho son cambios cosméticos, es decir son cambios muy superficiales, si acaso, buscan afectar intereses de algunos monopolios para beneficiar a otros; buscan mejorar la dependencia de México respecto al imperialismo norteamericano, y liberar un poco los grilletes en el cuello de los trabajadores.
De esa manera la 4T, no tiene el interés de defender realmente la soberanía nacional que está empeñado desde hace mucho tiempo; por eso no les interesa eliminar el capítulo agropecuario del T-MEC, retomar la propuesta de Ley de Telecomunicaciones del Sindicato de Telefonistas y la propuesta de reforma energética de la Asamblea Nacional de Usuarios de la Energía Eléctrica (ANUEE) y el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME).
Desenmascarar la crítica de derecha al interior del movimiento obrero y popular
Lo realmente peligroso y riesgoso para la clase obrera y los pueblos de México es que las dos caras de la crítica burguesa en nuestro país, es decir, la de derecha y la de la 4T, se sigan extendiendo de manera simplificada entre la sociedad en su conjunto y en especial entre el movimiento obrero y popular.
Esto no es raro, constantemente entre las personas de a pie, tachan de derecha cualquier crítica hacia la 4T; por otra parte, en la “crítica y autocrítica” de los cuadros de los sindicatos y organizaciones populares, suele utilizarse constantemente argumentos del oportunismo de derecha o del izquierdismo casi enfermizo.
Entre el movimiento de masas el oportunismo de derecha señala que no tenemos otra alternativa que respaldar al gobierno de la 4T, aunque lo critiquemos, por “algunas decisiones o algunos personajes del régimen” porque “sería peor” si regresan los “neoliberales”.
Mientras que el oportunismo izquierdista rechaza toda unidad, discusión, confluencia con sindicatos y organizaciones que mantienen este “apoyo crítico” hacia la 4T; frente a tal argumento conducen sesgadamente a las masas a respaldar posiciones, así sean burguesas, pero que se opongan a la 4T.
La verdadera crítica proletaria se acompaña con la movilización
De ahí que una crítica proletaria, pone en el centro la necesidad de la emancipación de la clase obrera y junto a ella de toda la sociedad, lucha por la defensa de la soberanía nacional y contra todo el sistema capitalista-imperialista mundial.
Pero la crítica de clase, a diferencia de la crítica de derecha, tiene el objetivo de abrir la conciencia de los trabajadores y los sectores populares, para fortalecer el proceso de acumulación, para elevar las formas de lucha y las formas de organización; por eso está siempre acompañado de llamados a la movilización para despejar los senderos de nuestra lucha de clases.