Quienes no se llevaron aplausos ni reconocimiento alguno en la última sesión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, (SCJN), porque definitivamente no se lo merecen fueron las ministras Lenia Batres, Loretta Ortiz y la pirata Yasmín Esquivel.
Y no podía ser de otra forma pues como es bien sabido, este trío de mujeres es total y absolutamente afín, sumiso y doblegado a Andrés Manuel López Obrador en sus afanes de arrebatarle autonomía al Poder Judicial y poner uno que esté a su servicio y caprichos; de hecho, Batres, Ortiz Esquivel de Rioboó, fueron las primeras tres piezas impuestas por el tabasqueño para que pudieran ir armando su plan.
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De ahí que los ministros que se marchan con una gran dignidad y rodeados de respeto, que nunca se doblegaron a los absurdos deseos de esta errada y llamada cuarta transformación, ahora en su segundo piso, fueron sujetos siempre al odio del controvertido expresidente.
De esto, las muestras más definitivas se dan cuando López Obrador tildó de traidores a la ministra Margarita Ríos Farjat, así como al ministro Juan Luis Alcántara Carrancá, simplemente, porque no se sujetaron a su voluntad; el de Tepetitán supuso que le debían pagar el favor de que los hubiera llevado a la Suprema Corte, siendo absolutamente serviles. Por eso también otros ministros como Javier Laynez, se llevaron hasta porras.
Último discurso de Norma Piña
No tuvo desperdicio alguno, por otra parte, el último discurso de la ministra presidenta de la SCJN, Norma Piña al señalar que “Será la sociedad y la historia misma las que juzgarán a quienes hemos juzgado”.
Agregó Piña Hernández que, “al levantar esta sesión, culmina un ciclo fundamental de la vida pública mexicana que inició hace poco más de 30 años. Esta historia se ha escrito con debates intensos, disensos y consensos que, lejos de aplacar la diversidad, han fortalecido el núcleo de nuestra democracia”.
Finalmente, Norma Piña destacó que “este instante cargado de memoria y futuro servirá como recordatorio de que la justica no es una obra conclusa, sino una construcción viva que nos trasciende”.
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Desentonada totalmente llegó, por ejemplo, la declaración del flamante vocero de Morena, el diputado Arturo Ávila, que hizo hincapié en que casi, casi, en el país entero, “estamos de fiesta porque ya se van (los ministros de la Suprema Corte)”.
Y acto seguido, repitió lo que ha venido diciendo en su gustadísima “mañanera del pueblo” la presidenta Claudia Sheinbaum, en el sentido de que es mejor que alrededor de 13 millones de mexicanos hubiera elegido a los ministros que a partir del 1 de septiembre ingresarán al Alto Tribunal y que, siendo afines a esta errada y llamada cuarta transformación convertirán a la Corte en una Oficialía de Partes de los deseos y caprichos tanto de López Obrador como de sus cercanos.
Beatriz Gutiérrez, la primera clienta de la nueva Corte
El ejemplo más cercano es, ni más ni menos, el de la ex no primera dama, Beatriz Gutiérrez. Tal pareciera que el oficialismo le pone la mesa para que ella sea la primera que utilizará a una Corte más que a sus órdenes, en el tema de que la esposa enamorada “de ya saben quien… de ese loco hermoso”, como ella misma asegura en su carta tan mal escrita, tiene contemplado demandar al diario español ABC por haber publicado que lleva ya un tiempo solicitando su residencia en España, lo que la convertiría en automático en “sierva” de la Corona Española, a la que antes repudió cuando su flamante esposo, exigió que ofreciera disculpas por los horrores cometidos durante la Conquista.
Así, el futuro ministro presidente de la SCJN, Hugo Aguilar Ortiz, mejor conocido también como “el Benito Juárez del Bienestar”, tendrá mucha chamba por delante pues no son pocos los caprichos y locuras de la cúpula más rancia del partido Morena.
Prácticamente puede subrayarse que la Corte estará al servicio de los López por lo que estarán prestos los llamados también “ministros acordeón” a la más mínima señal que les envíen desde Palacio Nacional y de Palenque.
Sin embargo, habrá que observar qué tan eficientes resultan éstos para satisfacer la petición de la señora Gutiérrez de López Obrador, que, afanosa, maniobra para que su hijo Jesús Ernesto López, aparezca matriculado en una Universidad de la Ciudad de México, mientras que, por sus redes, ella asegura que está dispuesta a vivir en el hermoso México. ¿Será?
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MUNICIONES
*** Nos encontramos ya en la cuenta regresiva para que inicie el nuevo periodo ordinario de sesiones, al hacer un balance del que concluyó así como del extraordinario que tuvo lugar, el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna, reconoció que se han vivido momentos de debate intenso en el Congreso pero destacó que durante dicho periodo extraordinario se modificaron más de 20 instrumentos jurídicos y se aprobaron nuevas leyes que abarcaron desde seguridad, telecomunicaciones, medio ambiente y la búsqueda de personas desaparecidas, entre otras.
Comentó Gutiérrez Luna que la Cámara de Diputados es una arena política, donde muchas veces se dan debates fuertes, intensos, de contraste, con muchas opiniones relevantes que pueden, incluso, encender los ánimos, pero todo transcurrió finalmente con normalidad. No, pues ¿qué va a decir?
