El fin de semana estuvieron juntas la presidenta Claudia Sheinbaum, la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez y la flamante jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, y una vez más se vino a comprobar la gélida relación y distancia que tienen las jefas del Ejecutivo y del gobierno capitalino, impuesta por la primera. Es más, la presidenta estuvo todo el tiempo conversando con la gobernadora mexiquense, mientras que, a la jefa de gobierno, prácticamente “ni un lazo le echó”, esto es, la ignoró y sólo la tomó en cuenta para la foto.
Estuvieron con ellas Jesús Esteva Media, secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, y Andrés Lajous, titular de la Agencia Reguladora de Transporte Ferroviario, para hacer un recorrido que llegó a la estación Santa Fe del Tren México-Toluca “El Insurgente” y en ese punto, se llevó a cabo una prueba de la ruta cuyo destino fue Observatorio.
Dicha obra, hay que recordarlo, gozó de todo el desprecio del expresidente Andrés Manuel López Obrador, aunque presumía hace dos años que, “en su primera etapa (de “El Insurgente»), es muestra de que nosotros no podemos dejar obras inconclusas”. Pues si no lo dejó inconcluso, lo dejó prácticamente botado, porque tan solo inauguró los primeros 20 kilómetros y, antes, bautizó al Tren Interurbano con ese nombre en honor, dijo, a Miguel Hidalgo.
Para López Obrador, la obra que ahora retoma Sheinbaum Pardo no formaba parte de sus prestigiados e inútiles “elefantes blancos”, pues no le daba la pantalla necesaria que él requería.
Durante su quinto Informe, el tabasqueño confirmó que a partir del 14 de septiembre de 2023 comenzaría a operar en una primera etapa que contemplaba las estaciones: Zinacantepec, Pino Suárez, Tecnológico y Lerma.
Ahora, la presidenta -como ya se mencionó- retomó la obra y anunció que a mediados de enero del año entrante los usuarios podrán realizar el recorrido completo de Toluca a la Ciudad de México. ¿Será? Porque, por ejemplo, en lo que respecta al Sistema de Transporte Colectivo, Metro -muy destartalado y descuidado, por cierto-, los tiempos no se cumplen.
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SHEINBAUM Y SU REGADOTA
Tal pareciera que los destrozos por las inundaciones y la negligencia de gobernadores morenistas, principalmente la de Veracruz, la zacatecana Rocío Nahle, va quedando atrás pese a que aún existen comunidades que sobreviven en el abandono y los propios habitantes solucionando los problemas como pueden.
Pero esta es una cuestión que, sin duda, no puede quedar relegada; es decir, la población no le puede apostar al olvido como lo quiere esta errada y llamada Cuarta Transformación, ahora en su segundo piso.
El coordinador de la fracción parlamentaria del PRI en la Cámara de Diputados, Rubén Moreira Valdez, advirtió que la desaparición del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) y la falta de una política de prevención en materia de protección civil constituye una fatal combinación que impide que el gobierno del partido Morena dé una respuesta rápida y eficaz ante las severas inundaciones que afectaron a los estados de Hidalgo, Veracruz y Puebla hace ya más de dos semanas.
Específicamente el diputado por Coahuila señaló: “El Fonden era una cuenta de ahorro del país; un fideicomiso que acumulaba recursos año con año y que podía utilizarse de inmediato para atender emergencias. Hoy, sin ese instrumento, varias comunidades siguen incomunicadas y sin esperanza de una pronta reconstrucción”.
Y si a eso se le suma el craso error que cometió la presidenta Sheinbaum Pardo, primero, cuando hace unos días, en su gustadísima “Mañanera del Pueblo” declaró sobre José María “Chema” Tapia, exdirector del Fonden en el sexenio de Enrique Peña Nieto que mientras se registraban ciclones, el aludido apostaba en Las Vegas y ¡oh, sorpresa!, que la jefa del Ejecutivo no pudo borrar las fotos que se tomó con el ahora flamante morenista que jugó por este partido por la alcaldía queretana.
En dicha conferencia, Sheinbaum se la lanzó sobre quienes “defienden al Fonden”, sin reparar en que ella defiende a Chema Tapia, o por lo menos, intenta ocultar la regadota que dio: presentarse junto a un impresentable. ¡Qué tal!
