Juramento Hipocrático I.
Un guijarro en mi bota (Sucesos, eventos, hechos, casos, cosas)
El miércoles 16 de julio de 2025, más de 83 clínicas del IMSS-Bienestar de los municipios de Metepec, Zinacantepec, Almoloya de Juárez y Toluca hicieron paro de labores, dejando a más de 200 mil pacientes sin atención médica. Manifestando desabasto de medicamentos, instrumental médico e insumos básicos necesarios para poder atender pacientes día a día, además de denunciar falta de pagos, descuentos indebidos, adeudo en sus bonos, primas dominicales y uniformes.

La semana pasada, integrantes de Fuerza Independiente de Trabajadores de la Salud (Fintras) cerraron Insurgentes y Reforma, denunciando incumplimientos en acuerdos firmados el 28 de junio que garantizarían sus derechos laborales y repercutirían en mejorar la calidad de los servicios médicos. El 26 de mayo, trabajadores de la Jurisdicción Sanitaria Texcoco, que abarca nueve municipios de la región, se manifestaron solicitando un alto al abuso laboral.
Ante estos tiempos, donde es comprensible y necesario respetar los derechos laborales de los trabajadores de la salud, también es necesario refrendar sus compromisos con los pacientes y sus familiares., lo cual me lleva a la primera máxima hipocrática “no causar daño” y lamentablemente a veces el derecho de unos, transgrede el de otros y se causa el daño en aras de hacer el bien o en la búsqueda del propio bien. Así que creo necesario recordar el juramento hipocrático, que todo médico recibido recita en su toma de protesta, aunando los derechos de los pacientes que son una base necesaria para el debido desarrollo de nuestra comunidad. Sirva este guijarro para dar a conocer un poco más sobre la gran labor y compromiso de los médicos y los trabajadores de salud, así como el ideal al cual se deben.
Pero antes una canción muy “ad hoc” con esta situación, se trata de una vieja canción de Juan Luis Guerra que se llama “El Niágara en bicicleta” y dice: “No me digan que los médicos se fueron, no me digan que no tienen anestesia. No me digan que el alcohol se lo bebieron y que el hilo de coser fue bordado en un mantel. No me digan que las pinzas se perdieron, que el estetoscopio está de fiesta, que los rayos X se fundieron y que el suero ya se usó para endulzar el café”.
El juramento hipocrático se escribió en el siglo IV a.C., durante el periodo clásico de la antigua Grecia. Aunque se le atribuye a Hipócrates, porque se le considera el “Padre de la Medicina”. Este texto formaba parte del Corpus Hipocrático, una colección de escritos médicos antigua, con impacto en la práctica actual.
En la Edad Media se incorporaron referencias religiosas, mientras que en la actualidad se utiliza una versión moderna que refleja los avances médicos y los valores contemporáneos reflejados en la Declaración de Ginebra, que es la actualización de la fórmula hipocrática que llevó a cabo la Asociación Médica Mundial (Asamblea General, celebrada en Ginebra en1948, luego revisada en 1968 en Sidney).
Un texto escrito hace más de 2 mil 525 años sigue vigente con cambios, conservando firmes los preceptos importantes de la práctica médica de la antigua Grecia, que en la actualidad dice así:
Juramento de fidelidad profesional (Declaración de Ginebra, 1948)
En el momento de ser admitido como miembro de la profesión médica:
Prometo solemnemente consagrar mi vida al servicio de la humanidad; otorgar a mis maestros los respetos, gratitud y consideraciones que merecen; ejercer mi profesión dignamente y a conciencia; velar solícitamente y ante todo por la salud de mi paciente; guardar y respetar los secretos a mí confiados, aun después de fallecido mi paciente; mantener incólumes por todos los conceptos y medios a mi alcance el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica; considerar como hermanos a mis colegas; no permitir que consideraciones de credo político o religioso, nacionalidad, raza, partido político o posición social se interpongan entre mis deberes profesionales y mi paciente; velar con el máximo respeto por la vida humana desde su comienzo, aun bajo amenaza, y no emplear mis conocimientos médicos para contravenir las leyes humanas. Solemne y libremente, bajo mi palabra de honor, prometo cumplir lo antedicho.
Juramento Hipocrático (Original)
“Juro por Apolo médico, por Asclepio, por Higea y Panacea, y por todos los dioses y diosas, tomándolos como testigos, que cumpliré este juramento y este compromiso conforme a mis capacidades y mi criterio.
Respetaré al maestro que me enseñó este arte al mismo nivel que a mis padres, compartiré con él mis recursos y, si lo necesitara, le ayudaré en sus necesidades; consideraré a su descendencia como mis propios hermanos y les enseñaré este arte si desean aprenderlo, sin pedirles nada a cambio. Transmitiré las enseñanzas, lecciones orales y todo lo demás relativo a la instrucción únicamente a mis propios hijos, a los hijos de mi maestro y a los alumnos que hayan firmado el compromiso y jurado por ley que cumplirán con las normas médicas, pero a nadie más.
Aplicaré los tratamientos en beneficio de los enfermos, conforme a mi capacidad y juicio, y me abstendré de causar daño o injusticia. No administraré, aunque me lo pidan, un veneno ni participaré en su preparación; tampoco proporcionaré a una mujer un medio para abortar. Conservaré mi vida y mi arte libres de toda culpa.
No operaré a nadie por cálculos, dejando esta labor a quienes se dedican a esta práctica. En cualquier casa donde entre, lo haré para beneficio del enfermo, evitando todo daño intencionado o cualquier acto corrupto, particularmente prohibiendo relaciones amorosas con los cuerpos de mujeres u hombres, libres o esclavos. Guardaré silencio sobre todo lo que, en el ejercicio de mi profesión o fuera de ella, escuche o vea en la vida de los hombres que no deba ser divulgado, considerando tales cosas como un secreto sagrado. Si cumplo este juramento y no lo rompo, que pueda disfrutar de mi vida y mi práctica médica con respeto de todos los hombres por siempre; pero si lo transgredo y soy perjuro, que ocurra lo contrario”.
El juramento hipocrático original, al paso del tiempo fue cambiando, adaptándose a los preceptos sociales o científicos de cada época, con la intención de formar profesionales de la medicina con una ética estricta a la cual asirse de manera férrea, La Declaración de Ginebra que es el Juramento Hipocrático actual, tiene los siguientes cambios o adaptaciones:
- Prácticas prohibidas: El texto original condena explícitamente el aborto y la eutanasia. En La Declaración de Ginebra se evitan juicios absolutos sobre estos temas.
- Contexto religioso:Las referencias a dioses griegos han sido eliminadas para adaptarse a una audiencia más diversa, así como se ajusta a los principios fundamentales de la ciencia de manera laica.
- Énfasis en derechos humanos: Las versiones actuales incorporan principios como la equidad y el respeto a la autonomía del paciente.
Me parece interesante compartir el video del Médico Pere Gascón en su charla TED, que se llama “Hipócrates siempre ha tenido razón”. Donde expone conceptos importantes por retomar sobre las prácticas hipocráticas, para los médicos de la actualidad que están perdiendo el interés por el humanismo.
En los escritos del corpus hipocrático, destaca la siguiente frase.
“La vida es breve, el arte es largo, la oportunidad fugaz, la experiencia engañosa y el juicio difícil”, es una traducción de un aforismo atribuido a Hipócrates. Expresa la idea de que la vida no alcanza para adquirir el conocimiento necesario y deseado, el arte de la medicina requiere tiempo y dedicación, que las oportunidades son pasajeras y no podemos desperdiciarlas, la experiencia puede ser engañosa porque nunca se deja de aprender, y el juicio es difícil de alcanzar, pues el que practica la medicina debe estar consciente de que no todo lo sabe y deberá reconocerlo, para poder decidir con claridad, pues en sus manos tiene la responsabilidad de conservar la vida.
Si algo se le puede atribuir a Hipócrates es que desde su época fue el primero en separar la medicina de la filosofía, magia o religión; convirtiendo la práctica médica en una disciplina autónoma, en una ciencia por la cual se mantuvo firme contra creencias, como considerar que algunas enfermedades eran resultado de maldiciones demoniacas o por que los dioses lo habían destinado así.
Para poner un poco de jocosidad al asunto, pongo esta canción interpretada por Manuel “El Loco” Valdés, que se llama “El Médico Brujo” .
También las prácticas hipocráticas tienen el principio de hacer el bien sin causar estragos, especificando: “Pon en práctica dos cosas, ayuda al paciente o bien, no le hagas daño”, frase trascendida posteriormente en latín como “Primum non nocere”, que significa: “primero es no hacer daño”.
Otra frase de Hipócrates “Curo a pocos, atiendo a muchos y consuelo a todos”, que refiere una atención humanitaria como comportamiento ejemplar de los médicos.
Y para quienes aún soñamos Médicos con convicción, ética y humanidad como el mítico Doctor Robles, interpretado por Arturo de Córdova en la película “El Rebozo de Soledad”, les dejo este fragmento donde vemos una forma ejemplar de autorrespeto, cordura e idealismo que obviamente proviene de una película, pero bien podríamos como sociedad hacer que la realidad imite al arte, si bien Hipócrates consideraba la medicina como un arte y presagió que el médico que ama el arte, ama la vida, bien podríamos a todos aquellos médicos que olvidan su juramento, recordarles el ideal con el que se iniciaron en esta disciplina y devolverlos, quizá por momentos, a lo que se deben.
En el siguiente guijarro “Juramento Hipocrático parte II”, los derechos del paciente, un poco sobre la fundación del IMSS y las instituciones de salud de nuestro país, el proyecto Unidad Independencia y los voluntariados en pro del apoyo humanitario a los pacientes y sus familiares.
Hasta aquí mi guijarro de hoy, querido lector, los dejo con algo de música y humor en manos de Plastilina Mosh con la canción “La Nalguita”, porque “Ay doctor tengo mal de amor”… Y andan en huelga caray.







