Las celebraciones de fin de año traen consigo imágenes de alegría, reuniones familiares y tradiciones compartidas, pero también pueden desencadenar un fenómeno psicológico que muchos experimentan en silencio: el llamado “holiday blues”, blues de Navidad o depresión blanca.
Este estado emocional, caracterizado por tristeza, ansiedad y falta de motivación, surge cuando las expectativas culturales de felicidad chocan con realidades personales y sociales más complejas.
De acuerdo con la profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM, Patricia Bermúdez, explicó que estas emociones negativas surgen por estrés, desgaste emocional, pérdidas personales o metas no cumplidas.
Los estímulos propios de la Navidad, como luces, villancicos y decoraciones, pueden intensificar este estado de ánimo, aunque no se considera un trastorno clínico formal.
“No todos viven la Navidad como un tiempo de alegría; algunas personas experimentan tristeza o ansiedad, lo que puede afectar su bienestar emocional”, señaló Bermúdez.
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¿Cuáles son los síntomas?
Entre los síntomas más comunes destacan insomnio, ansiedad, tristeza, falta de apetito y cambios de humor. Además, la predisposición genética puede jugar un papel, especialmente en personas con antecedentes familiares de depresión severa.
En México, estas experiencias no son ajenas a gran parte de la población. Datos de instituciones como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) señalan que los casos de depresión aumentan durante la temporada navideña, afectando particularmente a mujeres jóvenes de entre 25 y 30 años, y se relacionan tanto con expectativas sociales de felicidad como con disminución de luz solar y factores económicos.
La Secretaría de Salud también reportó que entre el cuatro y el ocho por ciento de la población presenta síntomas del llamado Trastorno Afectivo Estacional (TAE) (un estado que a veces se vincula al blues navideño) durante los meses de octubre a enero, lo que puede intensificar la sensación de tristeza y aislamiento.
Expertos advierten que estas experiencias suelen ser más que una simple “melancolía pasajera”, pues las presiones sociales y económicas, así como la nostalgia por seres queridos ausentes, contribuyen al malestar.
¿Cómo enfrentar la depresión blanca?
Los especialistas señalan que múltiples factores contribuyen a este estado de tristeza, como la presión por cumplir con expectativas idealizadas de celebración, tensiones familiares, estrés económico, y el contraste entre experiencias pasadas y presentes.
Para algunos, la nostalgia de seres queridos ausentes o metas no alcanzadas durante el año también agrava el malestar emocional.
Aunque el término no es un trastorno formal en los manuales diagnósticos, psicólogos recomiendan estrategias prácticas para manejar estos sentimientos.
Expertos sugieren que la conciencia sobre la salud mental es clave para enfrentar estas emociones y entre sus recomendaciones destacan:
- Establecer expectativas realistas sobre la celebración.
- Gestionar los pensamientos y enfocarse en aspectos positivos.
- Realizar actividades placenteras con familiares, amigos o de manera individual.
Si los síntomas persisten, se aconseja buscar ayuda profesional y es que validar y atender las emociones propias es fundamental para cuidar la salud mental, especialmente en una temporada cargada de expectativas sociales.
