La huelga nacional que encabeza la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) cumplió una semana, con ello se botó a la basura todas las acciones, declaraciones e intenciones del plan de estado de evitar la huelga o disminuirla a su mínima expresión, pero aún así, Claudia Sheinbaum cree que puede derrotar a la CNTE.
A la presidenta se le acaban las municiones, al mismo tiempo que la oligarquía financiera y sus corifeos en las cámaras empresariales le exige a gritos que aplaste la huelga nacional de la CNTE, es muy probable que también esta presión venga de los imperialistas norteamericanos.
Pero si la presidenta cree que puede derrotar a la CNTE, es porque su séquito de asesores en el tema educativo encabezados por Mario Delgado Carrillo, Secretario de Educación Pública (SEP), y sus amigos como Alfonso Cepeda Salas, le han dicho muchas mentiras.
El plan de Estado superado por la huelga nacional
El intenso cabildeo de los responsables de educación y los gobernadores de los estados, junto con el equipo de Mario Delgado entre todos los contingentes del país, tenían como objetivo evitar que el grueso de la CNTE llegara a la capital del país, lo cual fracasó desde el 15 de mayo, cuando los maestros arribaron masivamente a la capital, casi igual que hicieron en el año 2013.
Cepeda Salas, por un lado buscó por todos los medios, para calmar algunos contingentes que se le estaban rebelando, mientras lanzaba una campaña a favor de las medidas de la 4T, una especie de migajas para mitigar las miserables pensiones y la jubilación cerca de la muerte, así como la intensa campaña de que “la CNTE no tendría capacidad de convocar a una huelga nacional”. Con la huelga esta parte del libreto también quedó hecha trizas.
Al interior de la CNTE se dio un gran debate por parte de los voceros del gobierno de que los contingentes no llegaran masivamente a la capital del país y que se dispersaran en muchos plantones en Oaxaca, Chiapas, Guerrero, etc.; con el argumento de que hay demandas de carácter local, lo cuál es cierto, pero hay demandas centrales que son prioridades ahora. En lo fundamental también se superó por las bases centistas.
En la última escena del teatro que pudo llamarse “cómo derrotar a la CNTE” entraron los jefes de los operadores de la desmovilización: Martí Batres, Mario Delgado y Rosa Isela Rodríguez. Además de entrar tarde, lo hicieron muy mal; nadie en su sano juicio llegaría 6 días después de iniciar una huelga nacional para repetir como perico explicaciones que ya se habían rechazado por la CNTE, 2 meses antes.
Ahora es el turno de la presidenta ¿Con mentiras y migajas la CNTE retrocederá?
Entre los maestros plantonistas corre la voz de que previo a la huelga la señora presidenta, en su desesperación de que sus operadores dentro y fuera de la CNTE no estaban logrando detener la huelga nacional, ella misma tuvo que intervenir.
Lo primero que les dijo o mandó a decir la presidenta a la CNTE fue que no anunciaría el aumento salarial el 15 de mayo, sin embargo lo hizo, es decir, mintió. Lo segundo fue presentar un plan de diálogo hecho con los pies por parte de sus asesores.
Se supone que el plan de diálogo para ofrecer migajas a la CNTE era el último cartucho que está a punto de gastarse sin ningún resultado para el gobierno; por un lado, porque se supone que el primer encuentro con la presidenta debería avanzar mínimos temas de las demandas centrales de la CNTE.
Pero para llegar a ese punto, debió de construirse propuestas en la mesa con los secretarios de Estado ¿pero cómo construir una ruta seria de diálogo, si los secretarios de Estado se presentaron a repetir spots televisivos y guiones de propaganda? Por eso con justa razón la CNTE señaló esa mesa como una provocación.
Última oportunidad de Sheinbaum
Este viernes era su la última oportunidad de la presidenta al cancelar la reunión que se comprometió con la CNTE, y se aleja de la posibilidad de a construir una verdadera alternativa para darle salida, aún cuando no sea de inmediato.
De no recomponer ahora y reinstalar de inmediato habrá quedado para la historia, que la presidenta se postró a los pies de la oligarquía financiera para proteger sus intereses. Y la CNTE podrá revirar en una ofensiva para crecer su correlación de fuerzas para conquistar por la fuerza las pensiones y jubilaciones dignas.
La moneda está al aire, y las dos tácticas chocan en el nivel más alto del choque de los intereses, pero todavía no se ha dicho la última palabra, son horas decisivas que definirán los senderos de nuestra lucha de clases.