Parafraseando la rola When I Paint My Masterpiece (Cuando pinte mi obra maestra) de Bob Dylan, quien hacia 2008 anduvo rupestreando por Zacatecas, maravillosa joya Patrimonio de la Humanidad desde 1993:
Zacatecas, con sus pétreas callejuelas de cantera llenas,
por doquier caminan huellas ancestrales.
Pareciera que alcanzamos el paraíso
al ascender las escalinatas de La Bufa…
Imposible recordar cuándo había sido mi última vez acá. Pienso con Gardel que 20 años no es nada y que las eras suspendidas muestran el mismo cielo azul divino, dos teleféricos vuelan rumbo al cerro de La Toma de Zacatecas y una fachada inmortal de la Catedral ilumina de oro el amanecer. Ay, cómo lamento no poder ver a mi vate amigo José de Jesús Sampedro, creador de la genial revista Dosfilos, ¡se halla indispuesto por una dolencia!
Pero abro los ojos y sé lo que sé: estoy en la ciudad más bella de México. Apenas llego a Plaza de Armas, algo que desconocía es la banca donde el bronce asentado de Ramón López Velarde –cincelado apenas hace ocho inviernos por Carlos Espino– trina el verso primero de Suave Patria:
Yo que sólo canté de la exquisita
partitura del íntimo decoro,
alzo hoy la voz a la mitad del foro
a la manera del tenor que imita
la gutural modulación del bajo,
para cortar a la epopeya un gajo.

Festival Internacional del Teatro de Calle Zacatecas 2024
Un manto de misterio cae al encenderse los faroles con el tañido de siete campanadas sobre la Plazuela del Moral, donde asisto a uno de medio centenar de espectáculos del 21 Festival Internacional del Teatro de Calle Zacatecas 2024. Encuentro lugar en un escalón de roca volcánica, mirando el foro escénico improvisado y caigo en la cuenta de vivir una época de mujeres, asombrado por la pieza Nido celeste: El ritual para bebitos de brazos e infantes de hasta seis años, montaje de la joven dramaturga y promotora de Paz y Crianza Respetuosa, Frida Barrios, artista nacida hace poco menos de tres décadas, madre fundadora de Mezquite Teatro Colectivo en 2017.
Me cuenta José Luis Rosales Castillo, jefe de foro en la del Moral:
“Los llenos han sido totales, la gente se ha sentido contentísima de venir con niños aquí y la vigilancia constante que brinda seguridad a la población en la Plaza de Armas con sus ‘hermanas’ plazuelas Miguel Auza, la Goitia, la del Refugio y la Bicentenario, el callejón Luis Moya y el Jardín Juárez. Esta es la Zacatecas que deseamos para el futuro de paz a nuestros hijos.”

Encuentros culturales y visitas imprescindibles
Apuro pasos para conocer físicamente a la historiadora Jánea Estrada Lazarín, autora de Una bizarra melancolía. La tradición plástica en Zacatecas (Texere Editores, 429 páginas ilustradas, 2017), a quien el periodista Miguel Ángel Aguilar describió certeramente en La Jornada Zacatecas, así:
Jánea es otro de los motivos de la ciudad para sentirse felices por lo que hace: maestra, promotora cultural, editora, reportera, en suma, mujer mexicana con el talante del orgullo más próximo a la gloria: ser zacatecana.
Del Hotel Emporio, donde ceno con Iker Vicente, de La Liga Teatro Elástico de Xalapa, Veracruz (tallerista del programa académico del 21 Festival Teatro de la Calle junto a La Quinta Teatro a Cielo Abierto), Jánea nos orienta a la casona de Alfonso López Monreal, pintor que abrió el Taller de Grabado Goitia en el museo del mismo nombre. Certifico cuánta verdad había en la descripción del taurófilo Leonardo Páez (inventor de la columna ¿La fiesta en paz? de La Jornada), quien me recomendó el mezcal de su cantina.
En los días posteriores al 21 Festival del Teatro de la Calle Zacatecas 2024 (“año de la paz”, lo determinó el gobernador David Monreal Ávila), será mi sapiente guía de turistas Joel García Cabrera, hermano de mi cuñada Lydia. El convite al Museo Goitia en su 45 aniversario es imprescindible por las pinturas permanentes de Francisco Goitia (cuya vida la filmó en 1989 Diego López Rivera en Goitia, un dios para sí mismo, con José Carlos Ruiz y Angélica Aragón) y para ver la exposición CAOSMOS, de Juan Carlos Villegas (5 de noviembre de 1971, Potrero de Gallegos, Valparaíso).
“Hay un retorno al origen al utilizar tierra roja zacatecana en algunas de sus piezas, como Dios es el número o Tríada, en las que fusiona memoria y ficción, infancia y madurez. Definitivamente, Juan Carlos Villegas plasma de manera espléndida las atmósferas perfectas para la meditación en el caos y en lo cósmico; a la nostalgia de nuestra humanidad”.
Así lo detalla en el catálogo CAOMOS la historiadora Dulce (como cariñosamente nombran a la inteligente directora general del Instituto Zacatecano de Cultura “Ramón López Velarde”, María de Jesús Muñoz Reyes). De ella también es lo siguiente:
En materia bibliográfica, al correr de los tiempos y desde su descubrimiento en 1546, las Minas de los Zacatecas y el enclave que se erigió en la cañada al pie del Cerro de la Bufa, siguiendo los caprichos de la escarpada topografía, empezó a tomar la peculiar fisonomía que hoy ostenta y le ha valido elogios de la más diversa índole y la mejor calidad, que suman millares y millares de páginas y van de las primeras descripciones coloniales hasta el presente libro Zacatecas. Un lugar con valor universal excepcional.

Que Claudia Curiel de Icaza no olvide Zacatecas
Del Templo de Fátima, el acueducto y el redondel Quinta Real, Joel García Cabrera nos encumbra a la Bufa, lugar en el cual el fotógrafo Pedro Valtierra acaba de inaugurar su exposición conmemorativa 45 Aniversario del Teleférico de Zacatecas, La mirada a través del tiempo. Una vez en el formidable Museo Rafael Coronel (o “de las máscaras”), admiramos los preciosos títeres de la Compañía Rosete Aranda –originaria de Huamantla, Tlaxcala–; amén de un racimo de dibujos hechos por Diego Rivera, prácticamente desconocidos del proyecto Museo Anahuacalli en Coyoacán (museo bellísimo de la CDMX que festeja 60 años con jueves de conversatorios).
En el exconvento de San Francisco, el director del hermosísimo museo zacatecano es el artista Miguel Ángel Díaz Castorena, hombre de sensibilidad y cultura infinitas; con su venia velamos, los tres visitantes (Joel, Roxy Rocks y este enano servidor), la urna con cenizas del maestro Rafael Coronel. En La Acrópolis nos despide el jazzista Pablo Quezada (Arista 5)… Sentimientos, gratitud, asados de boda, pinacatitos y caracteres a granel se quedan en el tintero, mas no la feroz sugerencia de que Claudia Curiel de Icaza no olvide Zacatecas, ya que Alejandra Fraustro vino aquí una vez en el sexenio AMLO.