Familiares, amigos y admiradores se congregaron en la Casa de la Cultura de Tijuana para rendir un último homenaje al legendario músico Javier Bátiz, quien dejó un legado imborrable en la historia del rock nacional y en la identidad cultural de esta frontera.
El XXV Ayuntamiento de Tijuana, a través del Instituto Municipal de Arte y Cultura (IMAC), organizó la Caravana de Despedida para honrar la memoria de Javier Isaac Medina Núñez, conocido mundialmente como Javier Bátiz, un visionario que marcó el inicio del rock en México y cuya influencia traspasó generaciones.
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La directora del IMAC, Illya Haro Sánchez, expresó durante la ceremonia: “Javier Bátiz fue más que un músico, fue un símbolo de nuestra identidad cultural y de la fuerza creativa de nuestra región. Su memoria vivirá en cada nota que toquen los músicos que lo admiran y en los corazones de quienes lo conocieron.”
Un adiós lleno de música y recuerdos
La Caravana de Despedida inició en un ambiente de respeto y gratitud, haciendo una parada significativa frente a la Casa de la Cultura de Tijuana, un espacio cargado de significado en la vida de Bátiz, ya que ahí vivió momentos esenciales, desde su infancia hasta la celebración de su boda con Claudia Madrid.
Durante el acto conmemorativo, se guardó un minuto de silencio seguido de la interpretación de “El Sol Naciente”, canción que resonó con fuerza y emoción, representando la conexión eterna entre Bátiz y la música que definió su vida.
“Este gesto sencillo, pero lleno de significado, permitió a los presentes despedirlo con música, un lenguaje universal que siempre representó la esencia de Javier Bátiz”, agregó Haro Sánchez.
Un legado que trasciende fronteras
Nacido el 3 de junio de 1944, Javier Bátiz fue un pionero del rock en México, un artista cuya pasión, autenticidad y perseverancia lo convirtieron en un referente cultural. Desde Tijuana, su talento trascendió fronteras, inspirando a músicos nacionales e internacionales a lo largo de su carrera.
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En noviembre pasado, como reconocimiento a su trayectoria y aporte artístico, el alcalde de Tijuana, Ismael Burgueño, le entregó las llaves de la ciudad, un gesto que hoy cobra aún más valor como testimonio del impacto que tuvo en su comunidad.
La Caravana de Despedida culminó como un recordatorio de que, aunque Javier Bátiz se ha marchado físicamente, su legado sigue vivo en las canciones, los escenarios y el corazón de quienes celebran su vida y obra.
