Pese a ser uno de los sitios más concurridos en el mundo, el Cristo Redentor de Río de Janeiro, Brasil, encierra, a casi un siglo de su construcción a más de 700 metros sobre el nivel del mar, detalles y curiosidades aún desconocidos por los más de cinco mil visitantes que registra al día.
La imponente figura del Cristo del Corcovado, de mil toneladas de peso, cobra importancia en el tiempo también por su valor cultural, de tal forma que es el ícono de Brasil, una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo Moderno y ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Es también lugar de peregrinaciones – en el 2013 recibió hasta 20 mil personas en un sólo día– junto con el santuario de Nuestra Señora Aparecida (la segunda basílica más grande del orbe después de la de San Pedro, en Roma), distante a 261 kms al noreste de Sao Paulo, cuya imagen también se encuentra en una capilla en el Corcovado.
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El Redentor fue inaugurado en la cima más alta de Río de Janeiro el 12 de octubre de 1931 después de cinco años de construcción. Es más que un símbolo de la ciudad, es sede de la Arquidiócesis de Río de Janeiro y refleja la profunda fe de gran parte de los brasileños, incluso fue visitada en 1980 por el Papa Juan Pablo II.
Con 30 metros de altura y un pesos de mil 145 toneladas, es la quinta estatua de Jesús de Nazaret más grande del mundo
Mide 30 metros de alto más 8 metros del pedestal, además los brazos se extienden en 28 metros de ancho, todo ello de hormigón armado con un peso total de mil 145 toneladas, por lo que es la quinta estatua de Jesús de Nazaret más grande del mundo, después de las ubicadas en Polonia, Colombia, Bolivia y México
Imposible obtener una fotografía sin visitantes con el Cristo del Corcovado, desde donde se hace visible toda la ciudad de Río de Janeiro, incluyendo los cerros de Pan de Azúcar y de Urca, además del paisaje brasileño que representa el Parque Nacional de Tijuca, bajo el cuidado del Instituto Chico Méndez de Conservación de la Biodiversidad.
Es la estructura de estilo Art Deco más grande del mundo. El Cristo El Redentor tiene pies y corona de espinas que no son visibles desde la perspectiva de los visitantes que sólo lo pueden observar desde el pedestal, de abajo hacia arriba. Funciona también como un pararrayos.
Pocos saben que el interior de la estructura del Cristo hay escaleras metálicas en espiral que son utilizadas por los trabajadores para abrir ventanillas en los brazos y en la cabeza para dar el mantenimiento correspondiente.
En su pecho resalta un corazón en relieve con un recipiente de vidrio con los nombres de los obreros que lo construyeron
Está construida para resistir ciclones: La base y la estructura de hormigón fue diseñada por un grupo de expertos de Francia y Brasil de tal forma que puede soportar vientos de hasta 250 km/h, la fuerza de un huracán categoría cinco.
Pedro Andrés Fuentes González, de origen chileno, guía de turistas, aporta esos datos que no toda la gente conoce: Durante 60 meses de construcción, no se registró algún grave accidente, pese al desafío de transportar bloques de varias toneladas de peso hasta la cresta del cerro.
Por lo anterior, en el interior del pecho del Redentor, donde resalta un corazón en relieve, existe un recipiente de vidrio con los nombres de todos los obreros que trabajaron en su construcción como expresión de gratitud, ya que no hubo ningún fallecido como acontece generalmente en ese tipo de obras.
Antes de la inauguración en 1931, el cardenal Dom Sebastiao Leme solicitó dos años antes que se moldeara un sencillo corazón en el pecho de la estatua, convirtiéndolo en una imagen estilizada del Sagrado Corazón de Jesús
La base del Cristo de Río de Janeiro resguarda una capilla en la que se ofician bosas y bautizo
La base del monumento resguarda una capilla en la que se efectúan ceremonias religiosas sacramentales como bodas y bautizos, mismos que adquieren gran relevancia por el significado que representa la figura de Cristo en la grey católica.
Multitudes se concentran en las redes de transporte al pie del Cerro de Corcovado – nombre dado así por su semejanza con una joroba, corcova en portugués- para alcanzar el Centro de Atención de Visitantes de Palmeira, desde donde se asciende directamente a la figura del Redentor.
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Los más osados suben por las laderas y senderos, entre la agreste vegetación de la selva que forma parte del Parque Nacional de Tijuca de casi cuatro mil hectáreas, sistema ecológico que previene inundaciones y derrumbes y mantiene las fuentes de agua que proveen a la ciudad, además de que en 1991 fue declarado reserva de la biosfera por la UNESCO.
Además del Papa Juan Pablo II, otras personalidades han alcanzado la cima del Corcovado como Albert Einstein, el Rey Alberto de Bélgica, la Princesa Diana de Gales; el Dalai Lama, el expresidente de los Estados Unidos, Barack Obama, y su familia.
Más de 2.5 millones visitan al Cristo Redentor al año, lo cual hace imposible tomar una foto de esta estatua sola
Imposible tomarse una foto de encuadre general únicamente con El Redentor, siempre hay gente. Más de 2.5 millones de personas al año buscan una imagen. Existen otras réplicas en el país brasileño, pero ésta es la icónica de Río de Janeiro.
