Pocas enfermedades y palabras causan pavor entre la población como el cáncer, sin saber que esta enfermedad ya no es sinónimo de muerte sí se detecta a tiempo y se atiende con el tratamiento adecuado.
Este mal que desafortunadamente se ha incrementado en los últimos años, en detrimento de la salud de niños, niñas, adolescentes, adultos y adultos mayores, causa un doble impacto entre los pacientes, es decir, primero el deterioro de la salud que va desde diarreas constantes, hasta una significativa pérdida de peso.
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Y el segundo, es el golpe psicológico que es devastador cuando una persona es diagnosticada con esta enfermedad crónica, pues cambia radicalmente la vida del enfermo y sus familiares , así como su manera de ver y valorar las cosas.
Para el señor Enrique, quien padece cáncer desde tres años, aprender lo más rápido posible cómo convivir con esta enfermedad es el meollo del asunto. «Cuando mis amistades y familiares me decían estás bajando mucho de peso, estás bien, decía que sí».
Alerta: pérdida de peso, diarreas constates y cansancio puede tratarse de un cáncer
«Pero cuando empecé asociar esta pérdida de kilos con las diarreas y el cansancio que sentía, sabía que algo le pasaba a mi organismo y acudí al médico, quien de inmediato me mandó hacer análisis clínicos de todo. Al tener los resultados en sus manos, el doctor me miró y me preguntó: Viene solo y le dije que sí«.
«Me miro fijamente a los ojos y me la soltó: lo voy a mandar a Oncología para que lo valoren y le hagan un biopsia; en ese momento sentí un escalofrío y me sentí el hombre más vulnerable de esta tierra, pero le pregunte: tengo cáncer, el doctor sereno contestó, yo no le puede decir eso, pero es necesario que lo ven en Oncología».
Recuerdo, continúo, que me quedé callado y en mi cabeza pasaron momentos de mi vida como si fuera una película. Y claro que le pregunté si me iba a morir y cuánto tiempo de vida me quedaba; levantó la mirada y me quiso tranquilizar, no se aflija a lo mejor no es nada pero el oncólogo le dirá que procede.
«En ese momento cambió mi vida y lo único que tenía en mente es cómo se lo diría a mi familia. Afortunadamente lo tomaron con entereza e iniciaron junto conmigo el viacrucis para salir de la duda si tenía o no cáncer y después de varios meses de esperar los resultados de la biopsia se confirmó la sospecha. Si lo tenía», agregó.
Una actitud positiva representa el 60 por ciento de la recuperación de un cáncer
Se dirigió a este reportero y dijo: «si me preguntas si lloré, te diré que mucho, pero la fortaleza de mi familia y la fe en mi Dios me han sacado a delante y veme, llevo tres años con esta enfermedad y hay la llevo, al igual que muchos aquí en Oncología.
Cuál es el secreto para levantarse de este golpe? pregunte: «Soló una, aquí nos dicen que nuestra enfermedad el 60 por ciento es de la mente y 40 restante del cuerpo, es decir, si piensas que te vas a morir, caerás en depresión, se bajarán tus defensas y tu sistema inmunológico se colapsará y la enfermedad avanzará», destacó el señor Enrique.
Por eso, consideró, es importante dejar atrás las lamentaciones y los malos pensamientos para dar paso a la convivencia con el cáncer, se escucha raro verdad, pero no nos queda de otra o le echamos huevos o no nos lleva la calaca.
«Tu puedes observar aquí como periodista quien llega con la cara de angustia pensando si tiene o no cáncer, otros salen del consultorio tristes, cabizbajos y hasta con lagrimas en los ojos porque ya recibieron la mala noticia que si lo tienen, unos más, están tranquilos porque su tratamiento está dando resultados, otros más pasan en camilla con su enfermedad avanzada, algunos familiares lloran en los pasillos en señal que la muerte tocó a su puerta».
Cuando un enfermo supera el cáncer afloran los mejores sentimientos de las personas
Pero lo que te arruga el corazón, pero a la vez te contagia su fortaleza son los niños, quienes por muy mal no pierden la sonrisa. Dentro de este panorama de angustia, tristeza y llanto, a lo lejos uno escucha aplausos y porras, que indican que alguien ya superó esta enfermedad.
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Este último escenario, hace que afloren los mejores sentimientos del ser humano, ya que este ritual data de muchos años. Cuenta la historia que un señor de clase pudiente superó el cáncer y en agradecimiento salió tocando una campanita y regaló dulces a los doctores, enfermos y a sus familiares, tradición que aún continúa.
Esta alegría de los pacientes es acompañado por la porra oficial Onco, cuya letra está colocada en muchas paredes del Hospital de Oncología, la cual es entonada por la mayoría de los presentes:
Con «A» con alegría
Con «E» con Entusiasmo
Con «I», con Ilusión
Con «O» con Optimismo
Con «U» con Una Guerrera o Guerrero que terminó
Los enfermos de cáncer quieren vivir no por sus familiares, sino por ellos mismos
Los enfermos de cáncer no se aferran a la vida porque saben como cualquier persona que algún día van a morir, pro si quieren seguir en este mundo con una mejor calidad de vida y no por sus esposas, esposos, hijos, hijas, nietos, nietas o familiares, sino por ellos mismos.







