La reciente muerte del padre Matteo Balzano en Italia abrió una conversación urgente dentro de la Iglesia Católica: ¿quién cuida a quienes dedican su vida a cuidar de otros?
La salud mental de los sacerdotes, históricamente relegada al silencio, emerge como una prioridad pastoral y comunitaria que no puede seguir postergándose.
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Sacerdotes: vocación humana, no superhéroes
El ideal sacerdotal, marcado por la entrega radical y el servicio constante, ha generado una imagen de invulnerabilidad que, lejos de proteger, puede aislar.
“También se cansan, también se angustian, también pueden deprimirse. Y sí, también pueden perder la esperanza”, señaló la Arquidiócesis Primada de México en su editorial Desde la Fe.
En el editorial, la Iglesia Católica indica que esta afirmación rompe con el tabú que rodea el bienestar emocional del clero y llamaron a humanizar su labor.
Soledad, autoexigencia y burnout: señales de alerta
Diversos estudios internacionales documentan el desgaste emocional entre los presbíteros.
En Brasil, por ejemplo, se registraron decenas de suicidios en los últimos años, mientras que en Europa se reportan altos niveles de burnout y depresión entre sacerdotes activos.
La presión por mantener una vida ejemplar, la carga pastoral excesiva y la falta de vínculos afectivos reales son factores que contribuyen al deterioro psicológico.
Acompañamiento espiritual y psicológico: una necesidad estructural
El Papa León XIV ha insistido en que “nadie está solo”, alentando a los sacerdotes a buscar acompañamiento espiritual y emocional.
Sin embargo, expertos como el psicólogo William Pereira advierten que el miedo al juicio y la culpa pueden impedir que muchos pidan ayuda.
Por ello, se propusieron:
- Fortalecer redes de apoyo
- Fomentar la fraternidad entre clérigos
- Y garantizar acceso a profesionales capacitados
Iniciativas en marcha y desafíos pendientes
Algunas diócesis ya cuentan con estructuras dedicadas al cuidado del clero, pero estas no sustituyen el autocuidado ni el acompañamiento comunitario.
El sacerdote español Salvador Aguado, quien superó una profunda depresión, mencionó en el editorial Desde la Fe la importancia de contar con psicólogos católicos y espacios seguros para hablar de las propias fragilidades.
Una Iglesia que cuida a sus pastores
Cuidar la salud mental de los sacerdotes no es solo un acto de compasión, sino una responsabilidad compartida.
“Implica mirar al pastor con ternura, ofrecerle escucha sincera y reconocer que su vocación no lo exime de las heridas humanas. Porque un sacerdote que se cuida puede cuidar mejor a su comunidad”, refirió el editorial Desde la Fe..