Reducir el consumo de las bebidas azucaradas mediante una mayor carga tributaria, como se establece en el proyecto de miscelánea fiscal para 2026 en todo el país, es inviable y no mejorará la salud de los consumidores, expuso el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).
En su informe sobre el estado de las finanzas nacionales y del estado de Yucatán, analistas del instituto exponen que para lograr beneficios a la salud púbica se requieren amplias campañas educativas en escuelas y familias y no medidas tributarias como la de aumentar el impuesto de las bebidas azucaradas en casi ciento por ciento.
Para Isaías Marrufo Góngora y José Antonio Silveira Bolio, presidente y expresidente del IMEF Grupo Yucatán, el gobierno reconoció que este aumento al impuesto de estos bienes desincentivaría su consumo y con ello, un beneficio para la salud de la población.
No es una medida que haya funcionado antes
Sin embargo, expusieron, esto no ha sido así ni en ocasiones anteriores que se aplicó un aumento tal en México ni en otras economías del mundo.
Los analistas se refirieron a los ajustes al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) que se aplicaron en el gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018) a bebidas azucaradas y cigarrillos, a fin de reducir su consumo, con un efecto contrario, pues aumentaron los padecimientos por esas causas.
Silveira Bolio precisó que el gobierno pretende gravar de 1.64 pesos a 3.08 pesos por cada litro de refresco, lo que representa un incremento de 88 por ciento, una carga fiscal fuerte que significa casi duplicar el impuesto a las bebidas azucaradas, lo que tendrá impactos en el comercio y en la industria nacional que las manufactura.
En rueda de prensa, el analista comentó que dicho impuesto es elástico, ya que después de un tiempo, de impactar en el bolsillo de los compradores y comerciantes, unas semanas o meses después el consumidor regresará a comprar lo que antes consumía, pero más caro y con mayor recaudación tributaria.
“Entonces, son un poco de las dos cosas. Sí hay una intención, al menos en el fundamento de la ley de inhibir el consumo y hay un problema verdaderamente innegable de salud pública, pero al final, normalmente no se logra combatir ese tema de salud y sí se quedan los impuestos y sí se recauda más”, abundó.
La sociedad es quien se debe ajustar
A su vez, Marrufo Góngora admitió que hay un problema de salud pública en el estado, pues hay una alta ingesta de ese tipo de bebidas, quizá por el clima, por lo que recomendó a la sociedad ajustar sus hábitos de consumo, y a las empresas, desarrollar nuevos productos menos dañinos para la salud.