
“—¡Oh, éste es el mejor Halloween de todos! –dijo Tom.”
Para su fantástica noveleta The Halloween Tree, Ray Bradbury (1920-2012) estampó su florido homenaje a México en voz de Tom, el personaje líder de la pandilla viajera de adolescentes gringos quienes contemplan maravillados la luminosa noche del Día de Muertos en Janitzio (según la recordaba el escritor estadunidense en su visita casi tres décadas atrás).
—Güey –dijo Tom, acaso para sí mismo– en casa nunca vamos a los panteones, quizás solamente en el Día de los Caídos una vez al año y al mediodía, a pleno sol, todos aburridos. Esto en cambio es… ¡divertido!
—¡Seguro que sí! –todos contestaron con gritos y susurros– ¡Los Halloweens mexicanos son mejores que los nuestros!
La dedicatoria de Bradbury para El árbol del Halloween, rezaba:
Con amor para MADAME MAN’HA GARREAU-DOMBASLE con la que me topé 27 años atrás en el camposanto a la medianoche en el islote de Janitzio en el Lago de Pátzcuaro, México, y recordaría cada aniversario del Día de los Muertos.
Man’ha Garreau-Dombasle, nacida en Calais y cuyo nombre real era Germaine Massenet (11 de julio de 1898-4 de agosto de 1999) fue una escritora, poeta y traductora francesa. Entre otros, tradujo al francés la novela de su amigo Ray Bradbury Fahrenheit 451 en 1953. Posteriormente, él le dedicaría su novela de 1972 The Halloween Tree, traducida a menudo como “El árbol de las brujas” o “El árbol de la noche de brujas”. Aquel capítulo 18 de El árbol del Halloween es memorable, además, por las palabras del jovenazo Tom a su carnal Ralf aquella noche en Janitzio:
“Allá, en Illinois, hemos olvidado todo lo que esto significa. O sea, los muertos de nuestro pueblo son ignorados en la noche de hoy, carajo. Nadie los recuerda. A ninguno le importan. Nadie se sienta a platicar con ellos. Güey, están solitos y es bien gacho. Pero acá, oye, ¡caramba! Es algo al mismo tiempo alegre y triste. Aquí hay puros cuetes tronando y calaveras de cartón en la plaza y por aquel cementerio descansan todos esos muertos mexicanos con sus familiares que los visitan y hay flores, y velas, y canciones, y dulces. Es como si fuera nuestro Día de Gracias, ¿me explico? Y cada uno se sienta a cenar, pero se trata de un convivio donde solo la mitad puede comer; sin embargo, eso no importa, lo que cuenta es estar allí. Como si tuvieras una sesión espiritista con los amigos, a pesar de que algunos camaradas ya se hubieran marchado. ¡Qué rollo, Ralf, carajo!”
Tal metáfora espiritista en El árbol del Halloween resulta significativa por la relación con el más allá que sostenía el también autor de Crónicas marcianas (1950). No obstante, aunque Bradbury empleó temas e imágenes rayando lo paranormal y espiritual en su narrativa, sus creencias eran más amplias y no daban completa luz verde al espiritismo. En fin, recordemos cómo las teorías espiritistas del famoso profesor parisino Allan Kardec (1804-1869) atrajeron a un par de novelistas notables de fantasía y ciencia ficción…
Un escritor fantasma de Houdini
Justo el pasado 31 de octubre, cuando muchos países celebraban las fiestas del Halloween, cumplieron 99 años las conmemoraciones de la muerte del mejor mago y escapista del mundo: el judío húngaro nacionalizado estadunidense Harry Houdini (1874-1926), cuyo nombre verdadero fue Erik Weisz.
Aquí entra en escena Raquel de la Morena, popular divulgadora española de investigaciones históricas en videos para “mentes curiosas”, cuyo canal de YouTube muestra desde hace dos semanas el singular capítulo “¿Houdini fue un espía y murió envenenado? | Biografía de Harry Houdini”, donde nos revela que este gran ilusionista sostuvo verdadera fascinación por el espiritismo y gozó por algún tiempo la amistad cercana de uno de sus acérrimos defensores: el escritor sir Arthur Conan Doyle (1859-1930), célebre creador de Las aventuras de Sherlock Holmes.
“En 1924 –relata De la Morena– el camino del ilusionista se cruzó con el del maestro del terror literario H. P. Lovecraft [1890-1937]… el escritor tenía 33 años, el ilusionista, 49. La primera colaboración entre ambos fue un relato conocido en español como ‘Bajo las pirámides’ o ‘Prisionero de los faraones’. Houdini proporcionó la anécdota base: un supuesto escape real que había experimentado en Egipto… Lovecraft fue contratado como escritor fantasma por la suma de 100 dólares… La historia fue un éxito rotundo, se publicó bajo el nombre de Houdini para capitalizar su fama.”
(Ver la visita de Roberto E. Ponce con su sobrina Citlali a la tumba en París del Padre del Espiritismo, Allan Kardec: https://youtu.be/40ofT3fwg7k)
“Ya en su juventud, cuando trabajaba en los espectáculos de feria, Houdini había observado cómo algunos espiritistas eran capaces de simular fenómenos paranormales… El verdadero detonante de esta guerra total fue su confrontación con una de las mentes más célebres de la época, ya lo hemos mencionado antes: el británico sir Arthur Conan Doyle… Houdini dedicó la última etapa de su vida a exponer lo que consideraba un fraude cruel que se aprovechaba de los vulnerables. Asistía a sesiones de espiritismo disfrazado de anciano frágil, de intelectual con gafas o de persona con aspecto crédulo para no ser reconocido y observar los trucos de primera mano… En 1924 publicó sus hallazgos en un libro titulado ‘Un mago entre los espíritus’, donde detallaba las técnicas fraudulentas empleadas por los médiums (…)
“Por cierto, hay médiums que intentan contactar con él en esa noche del 31 de octubre. ¿Y qué pasó tras la inesperada muerte de Houdini, con el libro ‘The Cancer of Superstition’ que estaba escribiendo junto a Lovecraft? En un giro fascinante, en 2016, un borrador incompleto y mecanografiado de 31 páginas fue descubierto entre una colección de materiales obtenidos por un coleccionista privado de una tienda de magia que había cerrado.”
¡Hola, Mentes Curiosas!
Hace un par de años, la estudiosa Raquel de la Morena y su pareja Pedro Estrada subieron el video “¿Por qué celebramos Halloween? Su origen y una diabólica leyenda” a su canal “Mentes curiosas” de YouTube, afirmando que la fiesta es anterior al cristianismo en Irlanda con la diosa celta del fuego Brigit, convertida en la primera monja de Éire, Santa Brígida. En las islas británicas, el Día de Todos los Santos recibiría el nombre de Hallowmas.
“La celebración del Halloween tal como la conocemos en la actualidad, con los disfraces, las calabazas talladas y los niños de puerta en puerta, se comenzó a forjar en Estados Unidos a mediados del siglo XIX, más alejada de connotaciones religiosas… En 2022 los estadunidenses se gastaron cerca de 10 mil 500 millones de dólares en Halloween…”
El más reciente video documental de Raquel de la Morena es “Especial Halloween | Lo que no te contaron sobre los fantasmas”, si bien existe uno extraordinario y digno de mencionarse: “Día de Muertos | ¿Cuál es su origen real? ¿Cuándo y cómo se celebra el Día de los Muertos en México?”
Un buen filme de El árbol de la noche de Brujas, animación de Mario Piluso y producido por Hanna Barbera, se llevó a la pantalla grande en 1993 (https://youtu.be/nSiUWYqSKB8). Y pese a las deficientes traducciones del inglés al español latinoamericano de El árbol del Halloween de Bradbury, existe un audiolibro narrado por Marco Reyes… ¡con acento norteño!
Y es que nunca en sus aventuras más salvajes habían visto tantas cosas qué oler y tocar. En cada callejón y puerta y ventana estaban montones de calaveras azucaradas con nombres hermosos. De cualquier calleja salían los tap-tap del escarabajo del reloj mortuorio con los hacedores de féretros clavando, martilleando, sellando las tapas de ataúdes como tambores de madera en la noche. Por cada rincón se amontonaban rollos de periódicos con el retrato del alcalde y su figura pintada cual esqueleto, o del presidente con su cuerpo entero hecho huesos, o la doncella más primorosa vestida como marimba y la Muerte tocando una melodía en sus costillas musicales. “Calavera, Calavera, Calavera” la canción se perdía en la colina. “Vean a los políticos enterrados en las noticias, con sus nombres debajo donde reza: DESCANSEN EN PAZ ¡Así es la fama!”







