La soledad es un estado que cada vez afecta a más personas en México y está asociado con la angustia y la ansiedad que generan síntomas físicos y psicológicos como dolor de cabeza, tensión o insomnio, y en estas fechas de «unión familiar», la situación suele agravarse.
De acuerdo con especialistas del sector salud, esos síntomas los experimenta cualquier persona cuando hay una discrepancia entre las relaciones sociales que establecen con la percepción de su entorno.
Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que cada hora mueren 100 personas en el mundo por padecimientos asociados con la soledad.
Se trata de un problema social creciente que afecta a jóvenes y adultos mayores, exacerbado por la exclusión social, el bajo nivel educativo y cambios culturales, lo que lleva a peores resultados de salud física y mental, incluyendo depresión y riesgo de suicidio.
También se asocia con enfermedades cardiovasculares, derrames cerebrales, diabetes, demencia y depresión. Afecta a casi un 30% de mujeres y un 23% de hombres, con mayor prevalencia en adultos mayores y clases desfavorecidas.
Poblaciones vulnerables
Sin embargo, el problema de la soledad afecta mayormente a adultos mayores, pues de acuerdo con estadísticas, 40% se siente solo y 16% sufre abandono, mientras que, en el caso de los jóvenes en esta situación, 50.5% tiene pensamientos suicidas.
En México, se estima que hay al menos 1.7 millones de personas adultas mayores que viven en soledad, cifra que representa casi una quinta parte de este sector de la población en el país.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), más de 50% de quienes viven solos desea compañía, enfrentan aislamiento social y falta de cuidados.
Grupos de edad y género
- 29.7% en todas las edades, aumentando significativamente en la vejez
- 23.3%, con picos en la edad adulta temprana y avanzada
La Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC) 2022 del Inegi indica que 13.2 millones de adultos mayores viven sin cuidados de sus familiares o instituciones, y que más de 50% de quienes viven solos expresan necesidad de compañía.
En la Encuesta Nacional de Salud y Envejecimiento en México (ENASEM) muestra que la falta de compañía es alta, especialmente entre los que viven solos, y dos de cada 10 adultos mayores se sienten excluidos.
Los adultos mayores que viven solos y sin red de apoyo son los más vulnerables y la soledad se agrava por factores como la pérdida de roles (jubilación, viudez) y el estigma social hacia la vejez, con lo que implica en el tema de la salud.
Problema en aumento
Según la Secretaría de Salud, en México 3.6 millones de personas adultas padecen depresión, una cifra que el organismo gubernamental afirma creció después de la pandemia como sucedió en otros países.
La OMS señala que el problema de soledad ha aumentado tanto que creó la Comisión de la OMS sobre Conexión Social.
La soledad no deseada en México es un problema creciente y especialistas de la UNAM lo abordan como factor de riesgo para la salud, similar a obesidad o el tabaquismo, que afecta la calidad de vida, especialmente en adultos mayores y jóvenes urbanos, exacerbado por la urbanización y las redes sociales.
Señalan que el problema requiere soluciones complejas que van más allá de la tecnología, enfocándose en vínculos sociales y apoyo emocional para combatir problemas como depresión y mortalidad temprana.
Aseguran que la soledad es tan dañina como el alcoholismo o la inactividad física, porque aumenta el riesgo de infartos, depresión, demencia e incluso suicidio.
Los expertos de la UNAM señalan la urbanización, el individualismo, las crisis económicas y, más recientemente, la pandemia de Covid-19, como impulsores de este sentimiento.
Investigadoras de la UNAM desarrollaron herramientas para medir la soledad y sus efectos, como el Inventario Multifacético de Soledad, para identificarla a tiempo y tomar acciones.
No es lo mismo estar solo que sentirse solo
No es lo mismo estar solo (soledad deseada, que puede ser positiva) que sentirse solo (soledad no deseada) porque ello implica una experiencia subjetiva de carencia afectiva y social.
Las redes sociales, aunque conectan, también pueden generar frustración y ansiedad al mostrar estándares irreales de vida, aumentando la sensación de soledad, señalan especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Para María Montero y López Lena, docente e investigadora de la Facultad de Psicología de la máxima casa de estudios, lo más importante al abordar el tema de la soledad es comprender que ésta no necesariamente conduce a un estado depresivo y que incluso puede ser benéfica para quien ha aprendido a gestionar sus emociones.
Problema que va en aumento
La epidemia de soledad se asocia con más de 871 mil muertes cada año, equivalente a unas 100 por hora, debido a sus efectos en la salud física y mental.
Tanto la soledad como el aislamiento social pueden presentarse a cualquier edad, sin embargo, se puede manifestar de diferentes maneras y por distintas razones en cada etapa de la vida.
No obstante, en la etapa de la vejez puede haber una mayor prevalencia, debido a elementos biopsicosociales que se pueden presentar o exacerbar, dijo a su vez la psicóloga del Centro Cultural Aragón Inapam, Silvia Sofía Sánchez Barrón.
Sin embargo, para atender esta problemática es crucial reconstruir redes sociales y buscar apoyo en grupos de terapia o ayuda profesional, si es necesario.
Actividades como el ejercicio, la buena alimentación y el alejamiento de pensamientos negativos ayudan a mejorar el estado de ánimo para socializar.
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