Ciudad de México, 2 jul. (AMEXI).- El hallazgo de evidencias de un ritual ancestral en una cueva de Australia podría ser el más antiguo del mundo.
Esta práctica se habría transmitido durante 500 generaciones por indígenas australianos, es decir, se desarrollaría sin interrupciones desde hace 12 mil años hasta la actualidad.
Aunque el ritual fue documentado inicialmente en el siglo XIX, un trabajo entre la Corporación Aborigen de Tierras y Aguas de GunaiKumai (GLaWAC) y los investigadores de la Universidad de Monash, en Australia determinaron que esta práctica podría ser la tradición cultural más antigua y continua en el planeta.
Los expertos identificaron esta conexión a partir de restos de viejas fogatas, que datan de hace 500 generaciones.
De acuerdo con un nuevo estudio, publicado recientemente en la revista “Nature Human Behaviour”, las viejas prácticas revelan conocimientos profundos sobre el patrimonio de los GunaiKurnai, una población aborigen australiana y de las más antiguas del mundo.
El descubrimiento se dio a través de las excavaciones arqueológicas en el país que dejaron a descubierto dos pequeñas chimeneas en una cueva, cada una de ellas con un único palo en forma de U incrustado en su interior.
La chimenea superior tenía el tamaño de la palma de una mano humana, con un tallo de casuarina quemado entre las cenizas.
Mientras que la segunda chimenea, enterrada a mayor profundidad, también contenía un único tallo de casuarina, que es un género de arbustos y árboles perennes.
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El ritual ancestral
De acuerdo a las investigaciones, los expertos, encabezados por el especialista Bruno David, comprobaron que a ambos palos se les untó grasa animal o humana y además datan de hace 11 o 12 mil años, periodo del final de la Última Edad de Hielo.
Esto coincide con las descripciones etnográficas del siglo XIX de las chimeneas, lo que amplía el panorama de los estudiosos sobre su uso.
En ese sentido, se pudo conocer que el ritual consistía en atar algo de la persona enferma al extremo de un palo, de madera de casuarina, untado con grasa humana o de canguro. Posteriormente, el palo se clavaba en el suelo de forma oblicua, antes de encender un fuego por debajo.
En ese momento, una figura religiosa para los pueblos indígenas australianos cantaba el nombre de la persona enferma: cuando el palo caía, el hechizo estaba completo.
Con este descubrimiento, se pudo establecer una conexión firme con las prácticas que aún existen entre descendientes de estos antiguos pueblos.
“La conexión de estos hallazgos arqueológicos con las prácticas recientes de estos pueblos demuestra 12 mil años de transferencia de conocimiento. En ningún otro lugar de la Tierra se ha encontrado evidencia arqueológica de una práctica cultural específica de este tipo, que se haya rastreado tan atrás en el tiempo”, indicó David en un comunicado.
¿Dónde se practica?
En declaraciones para Newsweek, el especialista refirió que el ritual ya no se lleva a cabo con las mismas características, pues la transmisión del conocimiento pudo interrumpirse con la llegada de los colonos europeos a la región en 1860.
Sin embargo, los descendientes de los pueblos indígenas, que en su momento los expulsaron del territorio australiano, mantienen esta práctica en círculos sociales muy específicos.
«Llegamos a esta conclusión porque el individuo y la combinación de los múltiples detalles que componen la instalación ritual son demasiado inusuales para ser recreados de la nada con esta combinación precisa que hemos podido verificar», comentó.