
Ciudad de México, 4 jul. (AMEXI).- El esqueleto del «Hombre de Bilbao», una persona que caminó por el desierto de Coahuila entre 700 y 1000 años antes del presente se descubrió a las orillas de la antigua laguna de Viesca.
El área donde se registró el hallazgo del esqueleto humano fue un taller de cazadores-recolectores.
En el lugar se elaboraba herramienta lítica de características similares a los tipos Cueva de la Candelaria y la región Lagunera.
Su sorpresiva presencia llevó a descubrir un nuevo sitio arqueológico de antiguos cazadores-recolectores, ubicado en la hondonada de un paraje.
El director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández, destacó que este hallazgo contribuirá al estudio de poblaciones del norte de México y para la antropología física mexicana.
El esqueleto bautizado como “El hombre de Bilbao” se le entregaron al INAH por parte de la Fiscalía de Personas Desaparecidas de la entidad en una ceremonia en el Museo Regional de La Laguna.
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¿Dónde encontraron a “El hombre de Bilbao»?
Hace algunos meses, turistas reportaron ante las autoridades la presencia de restos humanos en las dunas de Bilbao, donde la movilidad de la arena los sepultó por siglos, hasta que el desplazamiento de cuatrimotos los arrojó de nuevo a la superficie.
Los especialistas de la fiscalía dieron aviso al INAH debido a las características de los restos óseos y la presencia de material arqueológico.
Personal de ambas instituciones trabajaron en conjunto para hacer recorridos en la zona, donde se descubrió un paraje en las dunas altas, de una extensión aproximada de 10 metros de diámetro, repleto de materiales arqueológicos.
En esa zona, también se encontraron huesos de animales y material lítico, herramientas completas y en proceso de elaboración (preformas), así como de desecho que resulta del corte de la roca (lascas).
Este hallazgo permitió identificar procesos de elaboración y corroborar que se trata de un campamento estacional de producción de artefactos líticos.
Los huesos del individuo están muy fragmentados, pero representan todas las partes del esqueleto humano.
Los primeros estudios
Los primeros estudios indican que corresponden a un joven de entre 20 y 30 años de edad al momento de morir y que debió tener una vida nómada físicamente azarosa.
El esqueleto estaba asociado a diversos materiales como un collar de conchas marinas, probablemente del Pacífico.
Así como una hoja de pedernal blanco, perteneciente a un cuchillo enmangado, característico de los cazadores-recolectores nómadas que habitaron la región desde el poblamiento de América hasta el siglo XVIII; una punta de proyectil y restos de animales.
Por los materiales líticos asociados, la posible filiación étnica de “El hombre de Bilbao” correspondería a las Culturas del Desierto, cuya antigüedad oscila entre 700 y 1000 años a.p., relacionado con la tradición cultural Candelaria.
También, se hallaron fragmentos de cerámica y modelados de arcilla comunes en la región Lagunera, reconocida por diversas investigaciones y crónicas del siglo XVI como una zona de contacto e intercambio comercial de las culturas cazadoras-recolectoras con las de la sierra, las costeras y las que transitaban de Mesoamérica hacia Aridoamérica.
El lugar fue georreferenciado y se realizó levantamiento a través de sistemas de información geográfica. Además, los materiales son custodiados por el INAH, en el Museo Regional de La Laguna, donde se continuará con su análisis e investigación.