Inter de Milán derrotó 4-3 al Barcelona en casa, 7-6 en el global, para ser el primer invitado a la final de la Liga de Campeones de Europa en Múnich. El encuentro superó con creces las expectativas, pues quedará en la mente de los aficionados por muchos años.
El Inter se puso al frente como en el primer partido 2-0 y al Barcelona le costó trabajo arrancar. Pero cuando se conectaron, los dirigidos por Hansi Flick dieron una cátedra de cómo jugar al futbol y se quedaron a minutos de clasificarse a la gran final. Sin embargo, los nerazzurri sacaron la casta en el momento necesario, empataron en el agregado y triunfaron en el tiempo extra.
Una temporada magnífica del Barcelona terminó nuevamente con las manos vacías. El joven Lamine Yamal volvió a tener una participación notable, pero sus esfuerzos no fueron suficientes para superar a Yann Sommer y la defensa italiana que se aferró como pudo y, muy a su estilo, consiguió merecidamente su lugar en Múnich el 31 de mayo.
El Inter de Milán se hizo grande en casa
El partido comenzó con un ligero dominio del Barcelona, algo que se esperaba después de lo que pasó en la ida y el estilo de juego del Inter, que esperaba un solo desliz para ponerse en ventaja. Y ese error llegó al minuto 21, pues una buena presión de los italianos generó una equivocación en la salida del Barça, la cual aprovechó Federico Dimarco para filtrar el balón a Denzel Dumfries que sirvió a Lautaro Martínez una portería abierta para el 1–0.
Los culés intentaron reaccionar igual que en la ida, pero la lucidez que desplegaron en el Camp Nou no se encontraba en el Giuseppe Meazza. Y, debido a que adelantaron líneas, la defensa blaugrana estaba jugando al límite ante un ataque nerazzurro que buscaba liquidar.
Fue al 44’ cuando por fin se venció la zona baja del Barcelona, pues un balón al espacio dejó a Martínez solo en el área y Pau Cubarsí se jugó la vida con una barrida que impactó ligeramente con el argentino. Con ayuda del VAR, el silbante pitó la pena máxima y Hakan Çalhanoğlu mandó su disparo al lado opuesto del lanzamiento del arquero para duplicar la ventaja.
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— Lega Serie A (@SerieA_EN) May 6, 2025
El Barcelona que se rehúsa a morir
Igual que en la ida, el Inter estaba dos goles arriba. Igual que en la ida, la ventaja parecía insuperable. Pero igual que en la ida, el Barcelona encontró la magia.
Todo empezó en la segunda mitad, a la cual salieron con una actitud diferente. No le dieron la pelota ni un solo momento a los italianos durante la mayor parte del segundo tiempo, y volvieron a evidenciar a una de las mejores defensas del mundo. Primero, al 54’, un centro pasado de Gerard Martin encontró completamente solo a Eric García, que hizo su mejor imitación de Jules Koundé para poner la pelota de volea en el ángulo izquierdo para reducir la ventaja.
Cinco minutos después, otro centro fabuloso de Martin dejó completamente solo a Dani Olmo, quien remató de cabeza a bocajarro ante Yann Sommer para empatar otra vez el partido. El estadio parecía un cementerio. El Barcelona otra vez dominó al Inter y otra vez le empató una ventaja de 2-0, pero ahora en tierras hostiles.
Y al minuto 87, Raphinha recibió solo por el extremo izquierdo, su primer remate salió rebotado y en la segunda oportunidad le dio de parte externa con el zapato diestro para pegarla al poste y casi cerrar la eliminatoria.
El Inter, motivado por la desesperación, lanzó balones al frente sin ton ni son, pero el Barcelona los tenía bajo control. Lamine Yamal pudo poner la cereza en el pastel pero su disparo pegó en el poste. Y escasos 30 segundos después, Dumfries robó la pelota en zona de peligro, mandó un centro raso y Francesco Acerbi, el defensor central, remató con potencia de pierna derecha para vencer a Wojciech Szczęsny y empatar una vez más el partido.
Un partido así de bueno exigía más futbol
Con el empate en el global, los tiempos extras fueron requeridos por tercera vez en esta edición de la Champions. Ambos equipos tuvieron sus oportunidades pero fueron los locales los que pegaron primero en el adicional al 99’. Después de un par de pases dentro del área, el balón le quedó a Davide Frattesi que de parte interna puso la pelota en la base del poste izquierdo, inatajable para Szczęsny, y le dio nuevamente la ventaja a su equipo.
El Barcelona lo intentó de manera férrea los últimos minutos, pero el portero alemán volvió a ser la máxima figura al detener todos y cada uno de los intentos culés. Con un Sommer de héroe y los catalanes incrédulos, el árbitro pitó el final y consagró al Inter como el primer finalista de esta edición de la Champions.