Edgar Juan Hernández García, cabeza de una pequeña empresa familiar dedicada a cumplir los sueños de los graduados que llevan con dignidad la toga, el birrete y se toman la foto para la graduación se dirigió a AMEXI para denunciar el calvario que vive y que pone en riesgo su patrimonio.
Aquí la historia expuesta por el propio Edgar, quien ha vivido un calvario por casi dos años por comprar una camioneta de procedencia china, con la esperanza de invertir para fortalecer su negocio y seguir prosperando.
Este calvario lo presenta en una carta que envió a AMEXI para difundir esta lamentable experiencia y hacer eco para que nadie, nunca, sufra una situación de esta naturaleza.
Carta de Edgar Juan Hernández García a AMEXI
AMEXI, Conectando con la verdad
Presente
Una pequeña empresa familiar al borde de la quiebra por una automotriz china
Denuncia Ciudadana: Después de 540 días no me entregaron mi auto, si no puros problemas que pusieron en riesgo mi vida y mi trabajo.
¿Cómo nace su sueño, la empresa familiar?
Hace veinticinco años, nació un sueño que se convertiría en una tradición para miles de estudiantes y sus familias. Somos una pequeña empresa familiar dedicada a brindar servicios de togas, birretes y fotografía para graduaciones.
Desde nuestros inicios, fuimos pioneros en ofrecer estos servicios en el país, acompañando a los estudiantes en uno de los momentos más importantes de sus vidas: su graduación.
Nuestra labor va más allá de un negocio; es un servicio a la comunidad que nos permite ser parte de historias de esfuerzo, superación y éxito.

Sin embargo, nuestro camino no ha estado exento de desafíos como el que ahora presentamos.
¿Qué desafío enfrentan?
En noviembre de 2022, decidimos invertir comprando una camioneta nueva, modelo 2023 de la marca china JAC, de Giant Motors Latinoamerica, adquirida en la agencia JAC Coyoacán, con el fin de mejorar nuestro servicio y atender mejor a nuestros clientes.
Tras sólo siete meses de uso y menos de 8 mil km recorridos, el vehículo presentó fallas graves, por lo que, en agosto de 2023, lo entregamos a la agencia para su reparación bajo garantía.
Lo que siguió fue un calvario de más de 120 días de gestiones infructuosas: mensajes, llamadas y visitas al taller y a la armadora, sin obtener ninguna solución.
Ante la falta de respuesta de esas empresas, en diciembre de 2023 presentamos una queja ante la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), para evitar la primera audiencia, en febrero de 2024, la agencia nos devolvió el vehículo, asegurando que estaba reparado.
Cuatro días después y para probarla, viajamos a Acapulco, Guerrero, durante el cual la camioneta se detuvo múltiples veces en medio de la carretera, poniendo en riesgo mi seguridad, mi vida y la de mis acompañantes.
Vivimos momentos verdaderamente angustiantes, pues además de estar en parajes desconocidos y aislados, los vehículos a nuestro alrededor circulaban a muy altas velocidades y en dos ocasiones ya era de noche.
El vehículo es un riesgo para la vida de quien lo conduce
Ese vehículo es un riesgo para quien lo conduce. Devastados por la situación, lo devolvimos a la agencia.
Profeco citó a tres audiencias, pero la contraparte nunca mostró interés y una nunca se presentó. La última fue en agosto de 2024. A esa fecha ya eran más de 365 días, más de 12 meses de calvario.
Nuestra familia trabajó arduamente para adquirir la camioneta, sacrificando su alimentación, descanso y tiempo en familia, por lo que esta situación ha afectado nuestra vida y nuestra capacidad productiva.
Además de generar estrés, impotencia y angustia, y otras graves consecuencias para nosotros y nuestra fuente de trabajo.
Sigue la injusticia
A la fecha esta injusticia lleva más 540 días (más de 18 meses) y ha sido muy desgastante.
A pesar de ello, nuestra pasión por servir a la comunidad y celebrar los logros de los estudiantes sigue intacta y seguimos firmes en nuestra lucha por lo que es justo.
Sin embargo, hemos tenido que enfrentar gastos extraordinarios, como el alquiler de otra camioneta para continuar trabajando, lo que nos ha descapitalizado y está poniendo en peligro la existencia de nuestro pequeño negocio.
Ante la ineficiencia de Profeco, decidimos presentar una demanda en el Juzgado 44 Civil de Proceso Oral de la Ciudad de México, buscando justicia por los riesgos y perjuicios ocasionados.
Muchas gracias a Usted y a AMEXI, Conectando con la verdad por escuchar y hacer pública mi denuncia y a todos los que nos han apoyado en este camino.
Soy Edgar Juan Hernández García. Mí correo electrónico es: capemsc@hotmail.com
			






