Ciudad de México, 11 mar (AMEXI).- A pesar de que las marcas de vehículos chinas se abren camino en el mercado mexicano debido a sus precios competitivos, eficientes diseños y desarrollo tecnológico, no podrán mantener por mucho tiempo esta condición, por lo que deberán invertir más en instalaciones propias y desarrollo de infraestructura.
EY, la firma líder en servicios profesionales de auditoría, impuestos, consultoría, estrategia y transacciones, analizó el advenimiento de las automotrices chinas y su impacto en México, ante la inminente decisión de fabricantes de vehículos eléctricos de China que se preparan para expandir su presencia en México.
México es hoy el séptimo fabricante de automóviles más grande del mundo y uno de los mercados más atractivos para la producción de autos, por sus disrupciones en las cadenas de suministro globales causada por la pandemia, así como los conflictos comerciales entre Estados Unidos y China.
El socio líder de Manufactura Avanzada y Movilidad para EY Latinoamérica, Victor Soulé, dijo al respecto que “México ofrece mano de obra más barata, una amplia cadena de suministro y acceso al acuerdo de libre comercio de América del Norte, por lo que el interés de las compañías chinas en este mercado creció de manera exponencial en los últimos años”.
Entre los factores que impulsan la venta de los autos eléctricos chinos a nivel nacional e internacional, se encuentran los bajos costos de producción, su diseño y desarrollo tecnológico eficiente y precios competitivos.
Asimismo, la popularidad de este tipo de vehículos también capta el interés de los consumidores mexicanos, ganando la aceptación y el impulso de la electromovilidad.
Sin embargo, este impacto positivo se ve rezagado por las condiciones locales de la infraestructura en electromovilidad que se tiene actualmente en México; la saturación de los puertos e incluso la falta de cargadores o refacciones.
Esto, obligará a los productores a buscar la manera de invertir en su propia infraestructura, señaló el especialista.
Además, si bien Estados Unidos compite con China por el dominio del mercado de vehículos eléctricos, China es el mayor productor a nivel mundial de autos eléctricos y sus baterías, y sus armadoras exportan cada vez más modelos de bajo costo a todas partes del mundo, ya que enfrentan un exceso de capacidad en las fábricas nacionales.
En el caso del mercado mexicano, el mayor volumen de ventas de este tipo de vehículos puede ser para satisfacer la demanda del sector transporte, ya sea para el movimiento de pasajeros o de mercancías en la última milla.
Pese a esto, los bajos precios que están manejando las automotrices chinas no son una garantía y están sujetos al comportamiento de las divisas y el tipo de cambio.
Una vez que este se vea al alza ya no les será posible mantener estos bajos costos.
De ese modo será necesario que inviertan en instalaciones propias, sobre todo para satisfacer las necesidades de infraestructura de carga y de distribución.
Para buscar la consolidación en el mercado mexicano, las marcas chinas tendrán que aumentar significativamente sus inversiones, no solamente para comercializar, sino para garantizar la eficiencia en cada etapa de la cadena de suministro y evitar depender de los acuerdos y acciones de otros proveedores.