Con su energía vibrante y su aguda conciencia sobre el poder del teatro, Itatí Cantoral se prepara para dar vida a un personaje legendario: “Helena de Troya”. Bajo la dirección de Alonso Íñiguez y con un texto escrito por Miguel del Arco, “Juicio a una zorra” llegará a La Teatrería el próximo 11 de julio.
“Es muy bonito y muy conmovedor. Está hermosamente escrito. Habla desde ella, desde una mujer que fue marcada, que le habla a otras mujeres desde lo que ha vivido, y que pide justicia”, comparte Itatí con emoción durante una entrevista con AMEXI.
Para ella, volver a este foro es significativo: “La Teatrería es una joya de la Ciudad de México. Cada detalle está hecho con cariño. Es un lugar donde te sientes cómodo, puedes tomarte un traguito, una agüita, sentarte a platicar. Es una experiencia completa”.
La actriz admite que desde el inicio, el proyecto fue imposible de rechazar: “Cuando supe que era aquí y que lo dirigía Alonso, dije que sí. Y cuando leí el texto, fue un ‘wow’. Es alucinante. Ahora que lo estoy haciendo, me pregunto: ¿qué fue lo que dije que sí? Porque es fuerte, tiene momentos muy duros. Habla del abuso sexual, del abuso en todos los sentidos hacia una mujer. Y es triste ver que sigue siendo un tema vigente”.
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“Sí me ha tocado dignificar a la mujer en el escenario”
A lo largo de su carrera, Itatí ha encarnado personajes que, en mayor o menor medida, han retratado la lucha, la dignidad y la complejidad de lo femenino. Desde “Dulce Caridad” hasta a “Sally Bowles” en “Cabaret”, pasando por “Testosterona” de Sabina Berman, hay un hilo que une su trabajo: mujeres que enfrentan, que resisten, que deciden.
“Sí, me ha tocado. Incluso ‘Sally Bowles’ es digna. Es ella quien toma la decisión del aborto, quien le dice al personaje de ‘Clift’ que se regrese solo a Estados Unidos. Es una mujer que se planta”, dice.
Y recuerda también con cariño su trabajo en “Testosterona”: “Era una licenciada a la que le quieren poner un cuatro por ser mujer, y al final gana la batalla. Me encantan esos personajes. Me mueven”.
La conversación también la lleva a reflexionar sobre lo que vivió grabando la serie de Silvia Pinal, donde interpretó momentos de violencia. “Me acuerdo que todos los llamados eran golpes y golpes.
Un día mi hija me dijo: ‘¿Otra vez te van a pegar?’. Y fue cuando pensé: es cierto, me la he pasado golpeada en esta historia. Qué triste que una mujer tan poderosa, tan guapa, tan diva, haya sido golpeada por hombres física, emocional y mentalmente”.
Una actriz guiada por mujeres trágicas, pero poderosas
Itatí recuerda con claridad su primer acercamiento al teatro: “María Carlota de México”, un monólogo que vio de niña en el Castillo de Chapultepec con Susana Alexander. “Me aprendí ese monólogo completito. Yo decía: algún día quiero ser María Carlota. Fue una gran mujer de la historia, pero también condenada por la historia. Qué bueno que esta nueva era está sacando del cajón del olvido a esas mujeres que merecen ser contadas desde su verdad”.
En ese sentido, “Juicio a una zorra” se convierte también en un acto de reivindicación histórica: “Claro que no creo que toda una guerra se hiciera por una mujer. Había un hombre muy tonto que perdió todo por enamorarse. Pero pensar que todo recae en ella es muy básico”.
Actualmente, Itatí lee el libro que inspiró la obra y se dice conmovida. “Está documentado, hay una serie en Netflix también. El texto no es reciente, pero tiene un valor atemporal”.
A días del estreno, la actriz reconoce que los nervios están presentes: “Siempre llegar al estreno es un reto. Los nervios crecen, las dudas también. Pero el corazón se aprieta porque es cuando más fuerza y buenas intenciones hay que poner para que todo salga bien”.
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