Ciudad de México, 4 Ago (AMEXI).- Feliz de poder regresar a los escenarios en “Perfume de Gardenia”, Luis de Alba hace una reflexión sobre la pieza teatral y la compara con el teatro de revista que se hacia en el legendario teatro Blanquita.
El actor desde hace 71 años se encuentra dejando el alma en los escenarios y desde entonces no permite que los nervios le ganen y mucho menos que su público se vaya insatisfecho.
“Sigo teniendo los mismos nervios que en aquellos, eso nunca cambia”, dijo el comediante, quien se muestra feliz de compartir escena con grandes amigos como Rafael Inclán y Alejandro Suárez, que al igual que él son leyendas del género.

Con su muy peculiar humor, comentó que ya entre los miembros de la producción ya saben que debe de haber una ambulancia, por cualquier cosa que se les ofrezca.
“Ya estamos preparados”, dijo entre risas, el actor de 79 años, al revelar que desde hace algún tiempo él y sus amigos han hecho una jugosa apuesta.
¿De qué trata esta apuesta?
Para nadie es desconocido que el actor tuvo fractura de cadera, así como las lesiones que lo han llevado a tener que dejar de hacer algunas actividades y otras hacerlas de manera más lenta, sin embargo, tanto él como sus compañeros ya saben como moverse en escena para que todo quede conforme al plan de la producción.
Sin embargo, a pesar de que disfrutan de la vida y su carrera, están conscientes de que el tiempo hace sus estragos, así que que decidieron hacer una apuesta en la que el ganador es quien quede vivo al final.
Y es que, el actor compartió que en esta apuesta participaron amigos como Alfonso Zayas, Benito Castro, Alberto Rojas “El caballo”, quienes ya fallecieron. Y ahora continúan Rafael Inclán y Alejandro Suárez en la apuesta.

Son 50 mil pesos los que se depositan en una cuenta cada que uno va faltando y será el último que quede vivo, quien tendrá acceso al dinero y lo podrá disfrutar.
Destacó que el dinero se deposita en una cuenta y es la esposa de Luis De Alba la encargada de hacer cumplir la apuesta, cada vez que alguien fallece.
El actor toma esta situación con tranquilidad y no le asusta hablar sobre la macabra apuesta, pues al final asegura que toda vida tiene un ciclo y es inevitable.
Incluso aseguró que no sabe si él llegara hasta el final, “que tal que es el Sancho, quien lo disfruta no lo sabemos”.
De Alba reconoce que él no fue un santo y sabe que el cuerpo cobra factura y aún recuerda esas reuniones con los viejos amigos, que ya se han ido: “fuimos vagos y lo seguimos siendo, pero ahora con más reservas”.