Tuxtla Gutiérrez, Chis., 14 sep. (AMEXI).- Si a 100 años estábamos mal en Chiapas, a 200 de habernos incorporado a la Federación «estamos peor», dada la violencia ejercida por los carteles de la droga, que controlan gran parte de nuestro territorio y en particular, en la zona fronteriza con Guatemala.
Sin titubeos, así se expresó José Manuel Blanco Urbina, presidente de la Federación de Colegios, Barras y Asociaciones de Abogados de Chiapas, A.C., al ser cuestionado sobre cómo va el estado en estos 214 años de independencia de México.
Tras lamentar el alto índice de inseguridad, fustigó que mientras las instituciones de los tres niveles de gobierno hacen caso omiso a las demandas de protección de la población, habitantes de las regiones de la Sierra, Frailesca, Meseta Comiteca Tojolabal y Costa de Chiapas, viven a diario con temor.
El también presidente de la Comisión de Derechos Humanos de Chiapas, Organismo No Gubernamental, denunció que los gobiernos federales han permitido el aumento de la violencia en municipios como: La Concordia, Montecristo de Guerrero, Ángel Albino Corzo, La Trinitaria, Frontera Comalapa, Chicomuselo y Pantelhó, entre otros.
Muestra de ello, es la migración de habitantes de la Sierra hacia Guatemala, principalmente de los municipios de Amatenango de la Frontera y Mazapa de Madero, lo que ha agudizado la psicosis, el miedo y la intranquilidad entre la población.
El 14 de septiembre de 1824, recordó, Chiapas se anexó a México como Estado Federal, después de que sus habitantes formalizaran su deseo ante el Congreso mexicano.
«Si a 100 años estábamos mal en Chiapas, a 200 años estamos peor: inseguridad, injusticia, impunidad, corrupción, con un sistema de procuración y administración de justicia que no cumple con las demandas de la sociedad», afirmó Blanco Urbina.
Ante esta situación, Blanco Urbina demandó atender la seguridad nacional y la migración en la frontera sur, y promover la cooperación internacional, particularmente con el gobierno de Estados Unidos y otros organismos internacionales.
Subrayó la necesidad de un funcionamiento eficaz del Sistema Nacional de Seguridad Pública en coordinación con el estado y los municipios para formular y evaluar políticas y estrategias que combatan la delincuencia, y así recuperar la seguridad y tranquilidad del pueblo de Chiapas.
También señaló la necesidad de mejorar la procuración y administración de justicia en Chiapas y se pronunció porque los cargos de fiscales, jueces y magistrados sean ocupados por abogados competentes y comprometidos, tanto hombres como mujeres, para saldar la deuda de justicia con los chiapanecos.
«Sin justicia no hay paz, y sin paz no hay desarrollo», advirtió Blanco Urbina, quien insistió en la modernización de la administración pública para combatir la improvisación, corrupción e impunidad.
Chiapas, destacó, necesita un rumbo claro y certidumbre, con un gobierno federal, estatal y municipal democrático, fuerte, austero, eficaz y comprometido con la región.
«Hoy es el momento de la capacidad, la honestidad, la legalidad, la seguridad, de alcanzar la paz perdida, recuperar la confianza, cerrar las heridas y acabar con el odio», consideró.