Como referente del turismo sostenible y sustentable en los ámbitos local, nacional e internacional se erige el parque ecoturístico Cenote San Ignacio, ubicado en el municipio de Chocholá, Yucatán, en torno del cual, se desarrolla la economía de la localidad con inversiones, empleos y servicios.
Distante a solo 26 km al sur poniente de Mérida, este atractivo natural con servicios de hospedaje tipo hacienda y balnearios, incluido el cenote, recibe al año entre 36 mil y 40 mil visitantes, de los cuales el 35 por ciento es de turismo local, el 60 por ciento nacional y un cinco por ciento extranjero.
Enclavado en el barrio de San Ignacio de la cabecera municipal, este complejo interactúa con parte de la población de unos cinco mil habitantes desde que inició actividades hace 45 años y en la actualidad ofrece 60 empleos directos y genera más de un centenar de indirectos con proveedores y servicios básicos de electricidad y plomería.
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Carlos Aldana Herrera, director del club de hospedaje y parque recreativo destacó la intensa correlación del cenote y sus servicios con la población, por lo que representa uno de los principales ejes de la economía de la localidad, cuyo nombre Chocholá significa “lugar de agua salobre”.
Volverán las estancias y visitas gratuitas para alumnos distinguidos
Acompañado del secretario y subsecretario de Turismo estatal, Darío Flota Ocampo y Raúl Paz Noriega, anunció un programa de fidelidad denominado “El club que todos quieren”, mediante el cual ofrecerá promociones a todos los residentes de Yucatán que visitan de manera reiterada este centro familiar.
Tanto los servidores públicos como el empresario expresaron su interés en que más familias yucatecas puedan visitar y disfrutar su estancia en este cenote rodeado de balnearios con un enfoque ecoturístico para lo cual ya se aplican costos más accesibles que al turismo nacional y extranjero.
De igual manera, Aldana Herrera anunció que en breve retomará estancia y visitas gratuitas para aquellos alumnos que se hayan distinguido por su rendimiento escolar en sus colegios de la comunidad junto con sus padres, esto, destacó, derivado de las acciones del cenote San Ignacio como empresa socialmente responsable.
Con posibilidades de realizar una pasantía o reservaciones, el sitio se ha convertido con el paso de los años en un modelo de hacienda tradicional yucateca, en la cual se han construido habitaciones similares a las casas tradicionales mayas, así como alegorías de residencias de capataces y patrones propios del siglo XIX y postrimerías del XX.
Las instalaciones del Cenote San Ignacio tienen espacio para realizar congresos y bodas
En 20 mil metros cuadrados, el complejo recreativo alberga un añejo y frondoso árbol de ceiba que realza al jardín principal, en cuyo perímetro se encuentra una piscina en forma de corazón llamada “Cenote del amor” y más adelante un canal de 50 metros de largo llamado “Río Esmeralda” con descensos en toboganes.
En el sitio destaca el acceso al inframundo, a un cenote, ubicado a unos siete metros bajo tierra, consistente en un cuerpo de aguas cristalinas con peces, aves y otros animales que forman parte del entorno, donde se representan ceremonias mayas, por lo que representa uno de los sitios más concurridos por los amantes de la naturaleza.
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A lo largo de cuatro décadas y media ha ido creciendo este proyecto primero, como boutique y posteriormente como parque recreativo que busca recibir, dijo su promotor, a un mayor número de familias yucatecas, aunque también hay espacios para congresos y eventos especiales para bodas y familias.
Toda la información y detalles de los horarios, costos de acceso y servicios se encuentran en la página web, Facebook e Instagram de la firma.