La temporada de huracanes del Atlántico de 2024 concluye oficialmente este fin de semana, con récords históricos como el de Beryl, el primer huracán categoría 5 en la escala de Saffir-Simpson, que dejó una estala de destrucción, pérdidas humanas y daños económicos incalculables a su paso por el Caribe.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) informó que este año se registraron 18 tormentas, 11 huracanes y cinco huracanes mayores, clasificados con la categoría 3 o superior, lo que marca un nuevo máximo, la novena temporada consecutiva que se coloca por encima del promedio en la cuenca del Atlántico.
«Año tras año, la crisis climática sigue batiendo nuevos récords, lo que da lugar a fenómenos meteorológicos más extremos, como ciclones tropicales que se intensifican rápidamente, lluvias intensas e inundaciones», destacó Celeste Saulo, secretaria general de la OMM, un organismo de las Naciones Unidas con sede en la ciudad de Ginebra.
Beryl hizo historia como primer huracán categoría 5
Entre los fenómenos meteorológicos que dejan huella este 2024 se encuentra el huracán Beryl, que hizo historia como el primer huracán de categoría 5 jamás registrado en la cuenca del Atlántico y por devastar prácticamente todo el Caribe, causando grandes daños a viviendas e infraestructura, aunque su impacto en la vida humana fue mitigado por la alerta oportuna.
«A pesar de su ferocidad, el huracán (Beryl) resultó en menos muertes en comparación con los anteriores. Esto fue gracias a los avances en el fortalecimiento de sus sistemas de alerta temprana», destaco Saulo, según un reporte del sitio Noticias ONU.
La devastación desatada por el huracán Beryl en julio, desaceleró la actividad de las tormentas en el Atlántico en agosto pasado, debido a las condiciones atmosféricas sobre África occidental que impidieron el desarrollo de nuevos fenómenos atmosféricos.
Sin embargo, la frecuencia e intensidad de las tormentas aumentaron a principios del mes de septiembre, con la formación de siete huracanes después del día 25, un récord para la actividad tardía.
Helene tocó tierra a finales de septiembre como una tormenta de categoría 4 en la costa del Golfo de Florida, causando inundaciones catastróficas en el sur de los Apalaches, daños generalizados por el viento en el este de Estados Unidos e inundaciones graves por marejadas ciclónicas.
Con más de 150 muertes directas, el huracán Helene se convirtió en el más mortífero que azotó Estados Unidos desde el huracán Katrina en 2005.
El siguiente mes, en octubre, el huracán Milton tocó tierra cerca de Siesta Key, Florida, como una tormenta de categoría 3. Desatando 46 tornados, lluvias torrenciales e inundaciones severas.
El cambio climático, principal causante
La temporada de huracanes de 2024 puso de manifiesto la alarmante tendencia de tormentas cada vez más severas alimentadas por la crisis climática.
“El aumento de las temperaturas globales está intensificando los ciclones tropicales, lo que provoca una rápida intensificación de las tormentas, lluvias más intensas e inundaciones más frecuentes”, según la OMM.
Si bien las muertes por ciclones tropicales han disminuido drásticamente, de más de 350 mil en la década de1970 a menos de 20 mil en la década de 2010, las pérdidas económicas han aumentado drásticamente. Solo en 2024, cuatro huracanes causaron en Estados Unidos daños que superaron los mil millones de dólares cada uno.
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