Ciudad de México, 11 ago. (AMEXI).- A puerta cerrada, en un proceso plagado de dudas sobre su legitimidad y sin la ratificación por parte del INE de las reformas estatutarias que permiten la reelección de dirigentes, este domingo se prevé la reelección de Alejandro Moreno Cárdenas y Carolina Viggiano Austria como presidente y secretaria general del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En punto de las ocho de la mañana, los miembros del Consejo Político Nacional (CPN) comenzaron a llegar al auditorio Plutarco Elías Calles de la sede nacional del PRI ubicada en avenida de Los Insurgentes Norte, en la Ciudad de México.
Este domingo, representantes de la estructura partidista, de los tres sectores, de las organizaciones adherentes y de los organismos especializados del PRI podrán emitir el voto para elegir a quienes ocuparán desde hoy y hasta 2028 los puestos de la presidencia y la secretaría general del partido tricolor.
Aunque la convocatoria correspondiente, emitida el 11 de julio pasado, no mencionó el método ni el lugar ni las condiciones en que se desarrollaría la elección, fue la Comisión Nacional de Procesos Internos que preside Pablo Guillermo Brice, la que emitió los detalles del proceso a través de sus estrados físicos ubicados en el interior del edificio sede del partido.
Con ello, se buscó evitar que los dirigentes, grupos y militantes que se oponen a la reelección de “Alito” y Carolina tuvieran acceso a la información de las formas y condiciones en que se realizaría este proceso, pero todo mundo sabía que “la reelección es un proceso cerrado, entre cuates y beneficiarios del autoritarismo de la actual dirigencia nacional del PRI”.
La sede nacional del PRI se mantiene cerrada a la militancia en general y sólo se permite la entrada a quienes emitirán su voto, los trabajadores del partido que tuvieran algunas tareas en este día feriado, recibieron indicaciones para que desarrollaran sus labores en la modalidad home office.
El pasado 22 de julio quedaron registradas las dos fórmulas de aspirantes a la dirigencia nacional, la primera es la que encabeza “Alito” y la segunda integrada por Lorena Piñón Rivera para la presidencia y Cuauhtémoc Betanzos Terroba para la secretaría general.
De acuerdo con la convocatoria, ambas fórmulas desarrollaron, hasta ayer, una supuesta campaña electoral entre los miembros del Consejo Político Nacional (CPN), a quienes ofrecieron un plan de trabajo para los próximos cuatro años al frente del partido.
Es preciso recordar que el proceso de reelección de dirigentes del PRI es un tema controvertido, porque siendo el partido que emanó de la Revolución Mexicana, adoptó desde su fundación el principio de “sufragio efectivo, no reelección”.
A pesar de ello, y contra la voluntad de innumerables exdirigentes, exlegisladores, exgobernadores y militantes se realizó la reforma estatutaria que permite la reelección de los dirigentes, durante la XXIV Asamblea Nacional del PRI, que es el máximo órgano de gobierno del Revolucionario Institucional, el pasado 7 de julio.
Frente a la imposición de las reformas, avaladas por los dirigentes estatales y consejeros políticos, así como legisladores y dirigentes de las organizaciones impulsados por el propio “Alito” Moreno, hubo voces que se pronunciaron en contra de la reelección, incluso quienes recurrieron formalmente ante el Instituto Nacional Electoral (INE) para impugnar la legalidad de la asamblea y de las reformas.
Como represalia por las declaraciones públicas y los pronunciamientos, la dirigencia nacional que encabeza “Alito” promovió, por la vía rápida y ante la Comisión de Honor y Justicia del partido la expulsión de esas voces disonantes en el partido.
A pesar de que ya habían renunciado a su militancia hace un año, Moreno Cárdenas expulsó de la militancia del PRI a los senadores Miguel Ángel Osorio Chong, Nuvia Mayorga, Claudia Ruiz Massieu, Jorge Carlos Ramírez Marín, Eruviel Ávila y el exgobernador Omar Fayad.
Apenas hace algunas semanas, “Alito” Moreno amenazó con expulsar a otros exdirigentes y priistas que defendieron el principio de no reelección, como el excandidato presidencial Francisco Labastida Ochoa, los expresidentes nacionales del partido, Dulce María Sauri Riancho, Pedro Joaquín Coldwell y Enrique Ochoa Reza, así como al exsecretario de Educación Pública, Aurelio Nuño.







