Ciudad de México, 19 oct. (AMEXI).- Para el desfile de alebrijes, las fantásticas figuras no salieron de un bosque lleno de árboles, rocas y animales, sino por las venas de la selva del asfalto desde el Zócalo hasta el Ángel de la Independencia. Tampoco se proyectaban gritando “Alebrijes, Alebrijes”, como en el sueño de Pedro Linares, su legendario creador, sino al son de bandas tradicionales en carros alegóricos.
Al inicio del desafile de alebrijes, 188 figuras de hasta tres metros de alto, acompañadas por carros alegóricos, se reunían en el Centro Histórico de la Ciudad de México, como singulares expresiones de la fantasía de sus creadores, artesanos y artistas, en medio de la algarabía popular.

El desfile se inició en el Zócalo
Cientos de personas se fueron reuniendo desde temprana hora en la plancha del Zócalo de la Ciudad de México para atestiguar a las 12 del día el inicio del desfile de alebrijes de múltiples colores y tamaños.
Un día claro fue escenario del recorrido que llenó de ánimo a los fascinados concurrentes, muchos de ellos portadores de atuendos de catrines y catrinas, y listos para juntarse con los animales fantásticos y toda clase de entes coloridos que caminaban anunciando la cercanía del Día de Muertos.
Pero en el desfile no sólo había alebrijes hechos de cartón y papel maché, luciendo brillantes colores y combinaciones, o como en Oaxaca, donde los fabrican con madera de copal y son tallados y pintados a mano por artesanos locales.
En esta ocasión se incluyeron alebrijes elaborados con materiales diversos, y todos parecían cobrar vida, como aquellos entes fantásticos que, en medio del bosque soñado por Pedro Linares, el creador de los alebrijes, dejaban sus apariencias de rocas, nubes o animales para convertirse en extrañas y hasta imposibles criaturas.
Alebrijes por Paseo de la Reforma
Los grupos avanzaron por varias calles emblemáticas del centro de la ciudad, como 5 de Mayo, Eje Central Lázaro Cárdenas y Avenida Juárez, donde tomaron Paseo de la Reforma para dirigirse a la Glorieta del Ángel de la Independencia.
En ese punto ya eran unos 200 los ejemplares de estas criaturas fundidas con la gente en un desfile que se prolongó hasta las seis de la tarde.
Por todas las calles del recorrido, efectivos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México desplegaron de manera exitosa un dispositivo de seguridad, vigilancia y movilidad.

La exhibición, hasta el 3 de noviembre, en Paseo de la Reforma
Es el Museo de Arte Popular (MAP) el que se encarga de organizar cada año este desfile, y también el que otorga reconocimientos a los tres mejores diseños.
“La CDMX se llena de color y creatividad con el espectacular desfile de alebrijes que inauguró las festividades del Día de Muertos 2024”, señala una publicación en x.com.
“Este evento artístico, que reunió a 188 magníficas esculturas, visibiliza la rica herencia cultural del país, con participantes de diversas regiones mostrando su talento”, agrega.
Estos alebrijes permanecerán en exhibición hasta el 3 de noviembre en Paseo de la Reforma, en el tramo que va del Ángel de la Independencia a la glorieta de la Diana Cazadora.
De Pedro Linares al Patrimonio Cultural de la CDMX
Los alebrijes tienen su origen en la visión del artesano Pedro Linares López, quien fabricaba piñatas, máscaras de carnaval y figuras de Judas de papel maché en el mercado de La Merced.
El propio Pedro Linares contó que un día de 1936, estando enfermo, soñó que se encontraba en un bosque donde había árboles, rocas y animales que se convertían en extrañas e imposibles criaturas, como un burro con alas de mariposa o un gallo con cuernos de toro y un león con cabeza de águila.
En su sueño, esos seres repetían en un incesante coro la palabra “alebrijes”, lo que inspiró sus primeras creaciones en papel maché.
Cuando empezó a fabricar las fantásticas figuras, las diseñó como extrañas esculturas con alas, cuernos, colas y colmillos, y las adornó con colores vivos. Pronto tuvieron éxito y demanda en el mercado.
Con el tiempo, sus alebrijes ganaron popularidad y atrajeron la atención de grandes artistas, como Diego Rivera, Frida Kahlo y la cineasta Judith Bronowski, quien decidió difundir la historia de los alebrijes y de su creador en un documental que ella misma produjo.
En diciembre de 2019 se reconoció oficialmente la obra de Linares con la Declaratoria de los Alebrijes como Patrimonio Cultural Intangible de la Ciudad de México, para asegurar la preservación de esta tradición única.

Materiales diversos y estilos regionales
Aunque los alebrijes de la CDMX suelen elaborarse con cartón y papel maché, también existen variantes, como los tallados en madera de copal en Oaxaca. Este año, los artesanos experimentaron con distintos materiales para dar vida a estas criaturas fantásticas, ampliando las posibilidades creativas de sus diseños.
Esta no es sólo una celebración del arte popular, sino que también significa un gran impulso al turismo y un refuerzo del vínculo entre la ciudad y sus tradiciones.