Ciudad de México, 18 jun. (AMEXI).- Más de 700 millones de personas a escala mundial, una de cada 10, padecerán pérdida de audición discapacitante en 2050, de acuerdo con previsiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), advirtió el doctor Gonzalo Corvera.
El también director del Instituto Mexicano de Otología y Neurotología, SC (IMON), explicó este martes 18 que, de acuerdo con la OMS, la pérdida de audición discapacitante afecta en la actualidad a más de cinco por ciento de la población mundial (430 millones de personas, entre ellas 340 millones de niños y 25 por ciento de los adultos mayores de 60 años).
El doctor Corvera expuso que esa población requiere rehabilitación y agregó que, si bien su incidencia aumenta con la edad, el padecimiento tiende a presentarse a edades cada vez más tempranas.
El director del IMON, la organización especializada en el diagnóstico y tratamiento de la salud auditiva con más experiencia en el país, detalló que “sufrimos de pérdida de audición cuando tenemos dificultad para seguir conversaciones o para oír en ambientes ruidosos”.
Indicó que esa pérdida de audición o hipoacusia puede ser leve, moderada, grave o profunda, “y se refiere a requerir más intensidad sonora para percibir un sonido”.
Impacto psicosocial
Dijo que poco se habla sobre el impacto psicosocial que tiene la pérdida auditiva cuando no se trata en tiempo y forma. «Cuando no se trata, impacta en múltiples aspectos de la vida de las personas».
Explicó que para los seres humanos es importante la pertenencia a un grupo, pues “nos da seguridad, y para todos nosotros compartir las opiniones de nuestros amigos nos da seguridad y sensación de integración”.
Recalcó que para lograr eso es extremadamente útil la audición, pues al participar en conversaciones construimos relaciones y compartimos experiencias y eso se hace más difícil para quienes padecen de pérdida auditiva.
Agregó que los niños con hipoacusia de severa a profunda han demostrado tener más problemas de comportamiento que los demás.
“Su comportamiento social es más retraído, menos colaborativo, y se sienten más rechazados y menos cuidados que sus contemporáneos que escuchan normalmente”, acotó.
Adultos mayores
Añadió que en el adulto “la hipoacusia se asocia con menor soporte social, redes sociales disminuidas y menor cohesión familiar; cuando la capacidad de socializar se afecta, el resultado es aislamiento social, que afecta la salud emocional y aumenta mucho el riesgo de depresión”.
«A veces no notamos que el abuelo ya no participa en la discusión alrededor de la mesa familiar, hasta que nos percatamos de que en esos eventos se percibe aislado y solo. De ahí que la depresión, el aislamiento social y el deterioro cognitivo son los principales riesgos de una pérdida de audición no tratada.»
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Dijo que, según estudios recientes, los adultos de alrededor de 60 años que presentan hipoacusia en grado superficial tienen el doble de riesgo de padecer Alzheimer más adelante, el triple de riesgo si la pérdida era moderada, y cinco veces más riesgo si la hipoacusia era severa.
Si se trata con auxiliares auditivos, el riesgo disminuye, de ahí la importancia de la rehabilitación, ya que el impacto de la pérdida auditiva no está determinado únicamente por su gravedad, sino también por la eficacia de las intervenciones clínicas o de rehabilitación adoptadas.
“Un buen diagnóstico en tiempo y forma es vital para evitar que el problema auditivo vaya escalando”, concluyó Gonzalo Corvera.