La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo anunció una serie de movilizaciones para intentar frenar que el Congreso de Estados Unidos imponga un gravamen del 5% a las remesas que envían los migrantes mexicanos al país.
Desde Palacio Nacional, Sheinbaum denuncia que el impuesto afectaría a millones de familias mexicanas que dependen de las remesas enviadas por migrantes.
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Connacionales pagan impuestos
La mandataria enfatizó que los trabajadores mexicanos en Estados Unidos ya pagan impuestos, por lo que este gravamen representaría una doble tributación.
El gobierno mexicano coordina esfuerzos con India y otras naciones latinoamericanas para presentar un frente común contra la propuesta.
La Secretaría de Relaciones Exteriores y el embajador de México en Estados Unidos mantienen diálogo con legisladores estadounidenses para exponer los argumentos en contra de la medida.
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Senadores se suman a la oposición
El Senado de la República se suma a la oposición y prepara el envío de una comisión legislativa a Washington para manifestar formalmente la inconformidad de México.
Sheinbaum insiste en que su administración no permitirá que los migrantes sean castigados con impuestos injustos.
Las movilizaciones buscan presionar a los congresistas estadounidenses y generar conciencia sobre el impacto negativo de la medida.
La presidenta convoca a la sociedad civil y a organizaciones de migrantes para sumarse a la defensa de los derechos de quienes sostienen la economía de sus países de origen con el envío de remesas.
Las remesas son envíos de dinero que las personas realizan desde un país a otro, generalmente para apoyar a sus familiares en su lugar de origen.
Son una fuente clave de ingresos para muchas economías, especialmente en países con alta migración.
Los trabajadores migrantes suelen enviar remesas a sus familias para cubrir gastos de vivienda, educación y salud.
Además, las remesas pueden influir en la estabilidad económica de un país al incrementar el flujo de divisas y fortalecer el consumo interno.







