En el marco del Día Internacional del Migrante se pone en el centro una realidad incómoda para América del Norte: la migración sigue siendo masiva, estructural y forzada, aunque hoy se expresa menos en los cruces fronterizos y más en la contención interna, el estancamiento y la precariedad.
En EU los números respaldan el discurso de control
De acuerdo con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), durante el año fiscal 2025 se registraron 443 mil 671 “encuentros” en la frontera suroeste, una reducción drástica frente a los 2 millones 135 mil 005 del año fiscal 2024.
A nivel nacional, los encuentros pasaron de 2.9 millones a 691 mil 906 en el mismo periodo. Para la administración estadounidense, el mensaje es claro: la frontera “se cerró”.
El giro coincide con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y la reactivación de una agenda en materia de migración de línea dura.
El Servicio de Investigación del Congreso (CRS) documenta que, desde el 20 de enero de 2025, el presidente firma órdenes ejecutivas para ampliar la detención y deportación de personas sin estatus legal.
En donde también se eliminan las prioridades humanitarias, se restringe el acceso al asilo y reverte políticas adoptadas por su antecesor.
Ese mismo día, la Casa Blanca difundió la orden “Protecting the American People Against Invasion”, que plantea una aplicación “total y eficiente” de las leyes migratorias.
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Menos cruces y más deportaciones
El Día Internacional del Migrante encuentra a México y Estados Unidos en un momento de tensión migratoria marcado por estadísticas inéditas.
Entre enero y mayo de 2025, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) reportó 108 mil 658 encuentros en la frontera sur, una caída de 88% respecto al mismo periodo de 2024.
La reducción se atribuye a la combinación de operativos más agresivos en Estados Unidos y medidas de contención en México.
Por su parte, el Instituto Nacional de Migración (INM) informa que entre enero y diciembre de 2025 fueron repatriados 145 mil 537 mexicanos.
De ellos, cerca de 15 mil regresaron de manera voluntaria, mientras que alrededor de 130 mil los expulsaron bajo las nuevas directrices estadounidenses.
La Unidad de Política Migratoria (UPMRIP) consolidó estos datos en su “Síntesis 2025”, documento que refleja la magnitud de la movilidad y los retos institucionales.
Delitos contra migrantes
La consecuencia es el desplazamiento del fenómeno migratorio. Menos personas llegan a cruzar hacia Estados Unidos, pero muchas más permanecen varadas en México.
Reportes legislativos que citan cifras del INM señalan que en 2024 se documentaron más de 9 mil delitos contra migrantes, incluidos secuestros y extorsiones.
Y agrega que más de 1.2 millones de personas migrantes permanecieron en territorio mexicano sin lograr avanzar hacia el norte.
En este Día Internacional del Migrante, la frontera México–Estados Unidos refleja una tendencia clara:
La migración no desaparece, se administra políticamente. Las cifras bajan en los reportes oficiales, pero las vidas en tránsito siguen acumulándose en un limbo cada vez más largo, donde el derecho a migrar queda subordinado a la seguridad, la presión diplomática y el cálculo electoral.
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Se endurece el discurso
El discurso se ha endurecido aún más en el terreno político. Trump ha anunciado su intención de acelerar procesos de “desnaturalización” de ciudadanos estadounidenses en 2026.
Esta propuesta genera preocupación entre expertos legales y organizaciones de derechos civiles. Más allá de su viabilidad jurídica, el mensaje refuerza una estrategia de disuasión basada en el miedo y la sanción.
Del lado mexicano, la presión estadounidense se traduce en mayor contención.
En el marco de amenazas arancelarias y negociaciones bilaterales, México acepta reforzar la frontera norte con 10 mil elementos de la Guardia Nacional.
Además de intensificar operativos del Instituto Nacional de Migración (INM) en rutas ferroviarias, carreteras y ciudades fronterizas.
El propio gobierno mexicano presentó estas medidas como parte de acuerdos para evitar sanciones comerciales y mantener el diálogo con Washington.
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