El amanecer en el campo huele a leña y tierra mojada. Antes que el gallo cante, ya hay mujeres con las manos hundidas en el barro, en los surcos, en la vida. Ellas son las primeras en despertar y las últimas en dormir. De su esfuerzo nacen las cosechas que llegan a nuestras mesas. De su voz -aunque a veces no se escuche- depende el pulso del país.
Son mujeres que no esperan reconocimientos: trabajan, siembran, curan, enseñan. Sus manos parten la tierra y su espalda carga la historia. Pero también, cada día, enfrentan el abandono institucional, la desigualdad económica y la falta de oportunidades.
Hoy, 15 de octubre, se conmemora el Día Internacional de las Mujeres Rurales. La fecha, declarada por la ONU, busca visibilizar su papel no sólo en el desarrollo agrario de México, sino como un pilar de la seguridad alimentaria mundial. Sin embargo, más allá de los discursos, las cifras demuestran que la deuda con ellas sigue creciendo.

El rostro de la desigualdad
Según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH 2022), 24.4 % de las mujeres mexicanas vive en zonas rurales, es decir, más de 16 millones. Son quienes producen alimentos, cuidan los ecosistemas y sostienen comunidades, pero solo a 17 % de ellas se le reconoce como titulares de unidades productivas, de acuerdo con el Censo Agropecuario 2022.
La propiedad de la tierra sigue siendo el mayor obstáculo: apenas 15 % de las parcelas agrícolas registradas pertenece legalmente a mujeres. Sin títulos, no pueden acceder a créditos, programas técnicos o apoyos productivos.
El trabajo no remunerado también las atraviesa: además de las labores agrícolas, muchas cuidan a sus hijos, ancianos y enfermos, y se encargan de la gestión del agua y los alimentos en sus hogares, una carga invisible que limita su desarrollo.
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Productoras sin respaldo
El Informe de Gobierno 2025 indica que, de enero a junio, 667 mil mujeres rurales recibieron apoyos del programa Producción para el Bienestar, lo que representa 36 % del total de beneficiarios. Aunque es un avance, la cifra sigue sin compensar la brecha histórica de acceso a recursos.
En ese mismo periodo, 13 mil 340 mujeres obtuvieron títulos o certificados agrarios, una cifra significativa, pero todavía mínima frente a los millones que cultivan sin tierra propia.
El contraste es brutal: mientras ellas alimentan al país, seis de cada 10 mujeres rurales viven en condiciones de bajos ingreso, y casi 30 % de las indígenas rurales son analfabetas. Además, 77% carece de seguridad social y 47 % no tiene acceso a servicios de salud, según datos de ONU Mujeres y la Conapo.

México 15 de octubre del 2025. Más que discursos, las mujeres rurales necesitan políticas que garanticen su acceso a la tierra, la salud y los créditos justos. AMEXI/Foto/ SECTUR México
Lo que el Estado les debe
El reconocimiento a las mujeres rurales no puede quedarse en flores ni discursos. Como señalan los organismos internacionales, requiere políticas públicas sostenidas, con perspectiva de género e interculturalidad, que garanticen:
- Acceso a propiedad de la tierra y derechos agrarios plenos.
- Créditos justos y capacitación técnica para la producción y adaptación al cambio climático.
- Infraestructura rural, agua limpia, caminos, centros de acopio y educación.
- Salud, seguridad social y guarderías para mujeres trabajadoras del campo.
El campo mexicano no puede seguir dependiendo de ellas sin devolverles lo que merecen.
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El Día Internacional de las Mujeres Rurales se conmemora cada 15 de octubre para destacar su papel crucial como guardianas de semillas, del agua y de la vida misma.
Con su sabiduría milenaria cultivan alimentos, preservan la biodiversidad y transmiten el conocimiento que… pic.twitter.com/ygAoNAnwDr
— Secretaría de Cultura (@cultura_mx) October 15, 2025