En el panteón de Xilotepec, ubicado en la alcaldía de Xochimilco, en la Ciudad de México, se vive una gran tradición esta noche por la Festividad del Día de los Muertos, celebrada el 1 y el 2 de noviembre en todo el país.
Familias enteras adornan las tumbas de sus seres queridos que han fallecido y pasan la noche en el lugar conocido por los lugareños como el Cementerio Viejo, acompañados de música y comiendo al lado de ellas, en espera de que las almas de los suyos los visiten.
Es por ello que en este camposanto se aprecia un gran movimiento y es común observar a dolientes celebrando la vida y el recuerdo de quienes se han marchado a otra vida, al tiempo que varias personas guían a curiosos y visitantes entre las tumbas, mientras narran historias tenebrosas.
Noche de llantos, recuerdos y anécdotas en el panteón
En otros lados se escuchan los acordes de las bandas de música que se contratan por unos pesos, ante las miradas asombradas y las cámaras siempre listas de los turistas que aprovechan cualquier detalle que consideren místico o sorprendente para tomar videos de las festividades de esta noche.
Los rezos se salpican con las risas. Entre el interminable río de caminantes nocturnos se pueden ver bebés en carreolas, niños curiosos, jóvenes revoltosos, madres atentas a sus vástagos, adultos que cuentan anécdotas, ancianos que brindan por quienes se han ido, además de alguno que otro adormilado casi vencido de cansancio por el trajín del día y los preparativos para pasar la noche con sus muertos en el panteón.
Atrevidos extraterrestres y princesas
Hay incluso algunos atrevidos que van disfrazados de extraterrestres, dinosaurios, princesas, catrinas, novias danzantes o algún monstruo despistado que supone es oportuno recordar el Halloween, mientras que otros aprovechan los mausoleos abiertos y las tumbas limpias y llenas de veladoras, pétalos y flores de cempasúchil para escenificar todo tipo de historias y leyendas.
Y entre ellos muchos, muchas personas cargadas de flores, comida, sillas, cubetas con agua, hieleras, mesas y cobijas, diademas con luces de colores o flores en la cabeza, que se confunden con quienes no pierden tiempo y están atentos a vender tamales, café y atole calientes para soportar una noche fría en el panteón de Xilotepec, en la alcaldía Xochimilco que está en el sur de la Ciudad de México.
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