“Fue un caso de secuestro, de tortura, tortura psicológica, tortura física”, dijo el periodista Ernesto Ledesma en la llamada telefónica con su familia, transmitida por Rompeviento TV, al revelar cómo fue tratado durante su detención en Israel.
Este testimonio, cargado de denuncia y alivio, refleja parte del calvario que vivió la delegación mexicana tras participar en la Flotilla Global Sumud, misión humanitaria interceptada por Israel cuando intentaba llevar ayuda a la Franja de Gaza.
Así como Ernesto, los detenidos recibieron tratos inhumanos: incomunicación durante días, privación del sueño, encendidos de luces intermitentes y cambios de programación constantes para impedir descanso, falta de medicamentos y malas condiciones de reclusión.
“En mi caso … me torcieron los brazos y los hombros, me los echaron hacia atrás, me tumbaron poniendo las rodillas en la espalda baja … te cambiaban de celda cada dos horas para que no puedas dormir”, relató con voz cansada.
Reconocen el trabajo diplomático de México
“Estamos ya todos afuera … estamos bien”, agregó desde Jordania, adonde lo trasladores una vez liberado. El periodista reconoció la labora del embajador de México en Israel, pues a su ver, hizo más de lo que le correspondía, “se portó a la altura, hizo un gran trabajo”. El mismo diplomático recibió maltrato, detalló.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informó esta mañana que los seis mexicanos detenidos – Ernesto Ledesma Arronte, Arlín Medrano Guzmán, Sol González Eguía, Carlos Pérez Osorio, Diego Vázquez Galindo y Laura Alejandra Vélez Ruiz – ya estaban libres y los trasladaron de Israel a Amán, Jordania, donde iniciaron el regreso a México.
Se espera que los mexicanos lleguen a la Ciudad de México, el miércoles 8 de octubre a las 7:00 horas, al Aeropuerto Internacional Benito Juárez.
La liberación y el retorno a México
La SRE informó que el embajador mexicano en Israel, Mauricio Escanero, y su contraparte en Jordania acompañarán a los connacionales durante el traslado hasta Ciudad de México.
El traslado se logró gracias a gestiones diplomáticas con el gobierno jordano, que permitió el tránsito seguro del grupo.
Flotilla Global Sumud ¿qué ocurrió?
La Global Sumud Flotilla, conformada por 500 personas de 44 diferentes países, activistas, defensoras de derechos humanos, periodistas y personas de la sociedad civil, surgió este año con el objetivo de romper el bloqueo de Israel a Gaza, y entregar ayuda humanitaria.
El convoy zarparía entre finales de agosto de 2025 desde puertos europeos como Barcelona, Otranto y Génova, consolidándose en etapas siguientes hacia aguas del Mediterráneo oriental.
El 1 y 2 de octubre de 2025, las fuerzas navales israelíes interceptaron la flotilla en aguas internacionales, a unas 75 millas (cerca de 120 km) de Gaza, utilizando abordajes, agua a presión y otras tácticas para detener las embarcaciones.
En esa operación se detuvo a la mayoría de los barcos y sus tripulantes. Al menos se detuvo a 41 de 42 embarcaciones; solo un barco, “Mikeno”, logró acercarse momentáneamente a las aguas de Gaza, según reportes.
Tras la captura, a los detenidos los llevaron primero al puerto de Ashdod, y luego a la prisión de Ketziot (Ktziot), en el sur del desierto de Negev, cerca de la frontera con Egipto, un penal de máxima seguridad.
Se calcula que los participantes pasaron al menos seis días incomunicados antes de que México confirmara gestiones diplomáticas. “Llevamos seis días incomunicados, no sé qué ha pasado”, comentó Ledesma durante la llamada desde su detención.
Entre el alivio y la exigencia
El caso de Ernesto Ledezma y los otros cinco mexicanos demuestra la gravedad de lo que denuncian los activistas: detenciones en aguas internacionales, tratos abusivos en prisiones israelíes y una larga espera diplomática para su liberación. Su regreso representa un triunfo del activismo consular y la presión mediática, pero también deja en evidencia cuánto cuesta emitir un llamado humanitario en zonas de conflicto.
Ledezma, en su llamada, resumió: “estamos bien … pero fue un caso de secuestro … no respetaron ni siquiera el trato a personas de la tercera edad”. Su relato, plantea preguntas urgentes sobre los límites de la acción humanitaria en medio de guerras y bloqueos.