En el marco de la celebración de la Semana Santa, la iglesia católica aseguró que este es un tiempo de reflexión y espiritualidad, por lo que invitó a los fieles “a profundizar en el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo”.
En el Semanario Desde La Fe, la iglesia católica abundó que el camino, que va desde el Gólgota hasta la tumba vacía, plantea preguntas vitales: ¿Qué muere en nosotros? ¿Qué necesita resucitar? ¿Cuáles son nuestros sepulcros personales y colectivos?
¿Qué es un sepulcro?
Abundó que un sepulcro, tradicionalmente un espacio físico, puede manifestarse en formas más sutiles en nuestra vida cotidiana. Hoy, muchos sepulcros se presentan como indiferencia, rencor y miedo. Como sociedad, cargamos con sepulcros colectivos que no transmiten fragancias de mirra, sino que huelen a abandono, injusticia y dolor.
La violencia, que se multiplica en nuestras calles y hogares, se convierte en uno de estos sepulcros oscuros. La violencia intrafamiliar, a menudo silenciada por vergüenza, es un espacio donde la dignidad, el respeto y el amor mueren día a día, afectando especialmente a niños y mujeres. Estas heridas profundas deben dolernos como un cuerpo social.
La polarización también contribuye a nuestros sepulcros, dividiendo comunidades y familias. El diálogo se vuelve escaso y la escucha, casi una virtud perdida.
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— Desde la fe (@DesdeLaFeMx) March 2, 2025
La descalificación nos hace vulnerables
La descalificación prevalece sobre el encuentro, enterrando así la posibilidad de construir un futuro juntos. La pobreza, la corrupción y la exclusión de los más vulnerables, como migrantes y ancianos, son signos de muerte en una sociedad que se dice mayoritariamente cristiana.
Sin embargo, la Semana Santa no se detiene en la muerte. En palabras de Jesús: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” (Jn 11, 25-26). Esta afirmación nos ofrece una esperanza renovadora.
Debemos rodar la piedra de nuestros sepulcros
Como Iglesia, ciudadanos y hermanos, “somos llamados a rodar la piedra de nuestros sepulcros. Debemos romper el silencio ante la injusticia, sanar las heridas con gestos de ternura y construir puentes donde hay muros”.
“Es fundamental devolver la voz a quienes han sido silenciados y resucitar la esperanza en medio del caos”, acotó el Semanario.
Por último, Desde la Fe hicieron “una invitación a todos a que esta Semana Santa no pase desapercibida. Aprovechemos estos días santos para cuestionarnos sinceramente sobre nuestros sepulcros”.
“Este es el primer paso hacia la construcción de una sociedad más esperanzadora y compasiva, capaz de sanar sus heridas”, concluyó.
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