Por Verónica Torres Lizama
Ciudad de México, 19 mar. (AMEXI).- “Nash” (como quiere que le llamemos) es una de tantas mujeres que son parte de las estadísticas de maltrato por parte de su pareja. Todo empezó con amor intenso, pero después siguieron los golpes.
La violencia económica y verbal ya eran el pan de todos los días; nunca se imaginó que un embarazo no planeado sería el motivo para conocer la ira de quien fue su pareja durante años.
“La violencia inicia al momento en que yo estoy embarazada. Su primera reacción fue felicidad, pero de un día para otro fue enojo. Nos fuimos a su casa y ahí empezó la violencia, tanto económica, como física y verbal”, cuenta a Amexi sentada en una banca del parque, recordando aquellos momentos.
Con las manos temblorosas, quizá de enojo o impotencia, continúa con el relato: “él tenía muchos episodios de ira, en una ocasión descubrí que tenía cosas con otra chica, es donde yo lo confrontó y él se pone muy agresivo y nos saca de su casa a las dos de la mañana, a mí y a mis hijas”.
La voz entrecortada delata las lágrimas que se empiezan a acumular en su garganta, respira hondo, endereza su postura y sigue contando su historia: “la primera violencia la viví en 2021, a él no le importaba que estuviera mi hija escuchando, incluso, recuerdo mucho un episodio de una discusión que tuvimos (…) me azotó contra el piso, en la madrugada me dio un fuerte dolor abdominal y me montó en la moto y me llevó a urgencias, ahí me dejó con los gastos y con una cirugía”.
Vivió dos años de violencia familiar
Ella pretendía sólo alejarse de su agresor y olvidar lo que pasaba en su vida, pero una mañana al cumplir con lo requerido por el juez, llevó a su hija al Centro de Convivencia Familiar de Ecatepec, para que la niña pasaba tiempo con el padre.
Ese día, el agresor quiso arrebatarle a su hija de los brazos, un video que se hizo viral en redes sociales quedó como evidencia del hecho, ahí toda su familia sufrió violencia, su padre fue arrollado por una camioneta, ella fue golpeada por su “cuñada” y su madre, espantada, quería recuperar a su nieta.
“Lo que sucedió el 28 de enero de este año, afuera del Centro de Convivencia de Ecatepec, nos dejó marcados a todos. (…) de repente veo cómo viene sobre mí esta persona (refiriéndose al padre de su hija); yo traigo a mi hija en brazos, me la arrebata, él acompañado de su familia me golpean, yo intento regresar y me cierra la puerta el Centro de Convivencia”.
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Nash recuperó a su hija en el Ministerio Público, después de demostrar que ella tenía la guarda y custodia de la niña.
Entre sollozos y dolor dice que ya no tiene miedo de enfrentar a su atacante, luego de ver la violencia y los traumas que su hija está acumulando, “no puedo permitir que siga este abuso, es una violencia la cual se está ejerciendo sobre mi hija para dañarme a mí directamente, pero el daño se lo está llevando ella, psicológicamente ella está muy dañada. Ella, tan pequeña, me dice que jamás quiere tener hijos o casarse, y yo le digo que también hay hombres buenos”.
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Luego de suspirar, aclara su voz e invita a las mujeres a no dejar que la violencia llegue a sus vidas, “es un gran error callar, porque permitimos que siga avanzando la violencia y ahí es donde podemos ser una cifra más y eso es lo que hay que detener. Es el momento de ser escuchadas”.
Por último, Nash sabe que la violencia contra las mujeres es una situación que debe detenerse, así que, con claridad y convencimiento, dice: “nadie te pega y te regala una rosa al rato, perdón lo siento”.