Como quizás el lector y la lectora de esta columna saben, el 25 de julio pasado por la noche los medios sinaloenses y nacionales daban a conocer el asesinato del multimillonario, cacique universitario, exrector de la UAS y próximo diputado federal del PRI por la vía pluri Héctor Melesio Cuén Ojeda.
En un primer momento, la Fiscalía de Sinaloa había dicho que parecía ser que Cuén murió en la Clínica Cemsi Chapultepec después de recibir cuatro balazos en las piernas tras un asalto fallido en una gasolinera a la que llegó como copiloto a bordo de una camioneta Ford Raptor 2024. Sin embargo, dicha hipótesis ─que además constituye una de las primeras líneas de investigación─, formulada a partir del testimonio del chofer del vehículo, Fausto Ernesto Corrales Rodríguez ─hijo de Víctor Antonio Corrales Bugueño, exrector de la UAS, presidente estatal del Partido Sinaloense y uno de los principales cabecillas del cacicazgo cuenista─, comenzó a ser cuestionada mediante una investigación del medio local RíoDoce publicada el 5 de agosto (https://acortar.link/uShUEv), en la que se recabaron testimonios de los despachadores de las bombas, quienes aseguraron que nunca escucharon detonaciones de arma de fuego.
Luego, el día 10 de agosto, fue publicada la carta de Ismael “El Mayo” Zambada donde este, además de asegurar que Cuén era su amigo desde hace tiempo, afirmó que el exrector estuvo con él en Huertos del Pedregal ─lugar donde supuestamente lo secuestraron─ y que este último había sido asesinado ahí mismo, o sea, varias horas antes de lo que Fausto dijo en su declaración.
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Inconsistencias en la primera versión
Después, el 12 de agosto, la Fiscalía sinaloense dio a conocer los videos de la gasolinera que muestran que, efectivamente, los trabajadores no reaccionan ante el suceso como si se tratase de una agresión armada. No parecen escuchar detonaciones de arma de fuego o algo por el estilo (véase https://acortar.link/OBioNs).
Además, dos periodistas locales, Ismael Bojórquez y Marcos Vizcarra, de Río Doce y Revista Espejo, respectivamente, encontraron inconsistencias notables entre lo que ahí se mostraba y lo que Fausto había declarado a la Fiscalía. Una de las más importantes es que la camioneta en que supuestamente iban él y Cuén llega de sur a norte y no de norte a sur, como declaró inicialmente y como correspondería si en verdad hubiesen llegado desde el Condado San Francisco, de donde dijo que provenían.
Asimismo, en el video nunca se ve que Fausto y Cuén sean quienes van en la cabina de la camioneta y, como dato curioso, todo el ataque donde se habrían disparado cuatro balazos ocurre en tres segundos o menos y solo se escucha algo así como una detonación. Otro aspecto extraño es que Fausto haya decidido llevar a Cuén a la clínica privada Cemsi y no la más cercana en Humaya. Bojórquez, en una transmisión de Aristegui Noticias, dijo dos cosas, primero “uno de los dos (la Fiscalía o Fausto) mintieron” y, posteriormente, “yo pienso que Fausto está mintiendo en su declaración” (https://acortar.link/eytAku).
El cuerpo de Cuén no debió incinerarse
El 15 de agosto, la Fiscalía General de la República, que atrajo el caso debido al escándalo mediático nacional, corroboró en un comunicado oficial los testimonios de tres trabajadores que estuvieron presentes en el hecho: “no refieren haber escuchado disparos”, y, además, se identifican anomalías en la necropsia pues no se establecieron correctamente signos que permitirían saber con precisión en qué momento perdió la vida Cuén. Hay sospechas de que ya estaba muerto cuando ingresó a la clínica. Aparte tenía un fuerte hematoma en la cabeza, y además la Fiscalía de Sinaloa le permitió a la familia Cuén Díaz incinerar el cuerpo, algo que no se debió hacer en un caso de homicidio (véase https://acortar.link/DkRU4e).
Eso abre dos preguntas: primero, ¿por qué se permitió esto? (la Fiscalía Estatal es la responsable en última instancia) y, segundo, ¿no tenía esta poderosa familia asesoría legal en ese momento que los orientara respecto a la importancia de no incinerar un cuerpo para el esclarecimiento de un asesinato? La fiscal de Sinaloa, Sara Bruna Quiñonez Estrada, presentó su renuncia hace unos días, producto de estas graves inconsistencias.
Miedo del cuenismo a la reforma de la Ley Orgánica de la UAS
Mientras todo esto pasaba y las versiones se iban modificando conforme se revelaban más cosas, distintos periodistas locales en Sinaloa que son muy conocidos por apoyar a la familia Cuén Díaz y al PAS ─que Melesio Cuén creó en 2012 a través del uso clientelar de la UAS y la violencia extrema que ejercía en dicha institución─ han ido haciendo diferentes malabares para, por un lado, tratar de negar la relación que el cacique tenía con “El Mayo” y, por otro, continuar con la narrativa de que las autoridades de la UAS son perseguidas políticamente y que los procesos legales que hay en su contra debido a su presunta responsabilidad en el desfalco de más de 700 millones de pesos a la institución sean retirados a través de la presión mediática y callejera.
Algo más que el cacicazgo cuenista quiere evitar es que se dé la reforma a la Ley Orgánica de la UAS, que le otorgará el voto universal a la comunidad universitaria para que elija autoridades.
«Alaracas subversivas»
El miedo que el cacicazgo cuenista tiene a esta reforma es tal que Alfonso Carlos Ontiveros Salas ─un oscuro abogado, exsecretario de Seguridad Pública de Culiacán, acérrimo defensor del cuenismo y exfuncionario universitario─ hace algunos días escribió en su muro de Facebook: “aparecen alaracas subversivas vociferando que los tiempos de la reforma universitaria habían llegado. Solos se delataron. Las investigaciones deben ir hasta esos grupos que han pretendido desestabilizar a la UAS” (sic).
O sea, Ontiveros, ladinamente, insinúa que el sector democrático de la UAS es responsable del asesinato. Hay trabajadores de la UAS que se han comunicado conmigo en estos días y me han informado que presuntamente la dirigencia del PAS los está presionando a ir a homenajes póstumos del cacique, así como que se preparen para movilizarse en exigencia de que los procesos legales y la reforma sean detenidos. La amenaza, como siempre, es que tienen que colaborar con el proyecto externo o, de lo contrario, serán despedidos.
Las hijas de Cuén
A nivel mediático la absurda campaña del “Cuén mártir y perseguido político” ha sumado a figuras como el emecista Gibrán Ramírez Reyes, quien desde hace algún tiempo está en la nómina de la Facultad de Ciencias Sociales UAS, Mazatlán, ganando más de 30 mil pesos.
No queda claro qué hace ahí. Gibrán es un buen ejemplo de cómo los opinólogos al servicio del cacicazgo mienten descaradamente: ha dicho que una hija de Cuén ─no especifica cuál─ era una maestra en la universidad que ganaba “un salario de poco más de mil pesos por esa actividad” (https://acortar.link/Xu6EZ7), cuando en realidad las hijas del cacique, Angélica María Cuén Díaz y Mónica María Cuén Díaz, antes de renunciar a sus puestos en la UAS por escándalos de corrupción, eran directoras nivel B y C, y ganaban $40 mil 354 y $50 mil 445, respectivamente (información revelada a partir de la investigación que la UIF ordenó contra la familia https://acortar.link/EQX8mG).
Intento de perpetuar el cacicazgo
Los Cuén Díaz y la dirigencia del PAS tienen, además, columnistas en distintos medios de relevancia nacional que están generando mucha confusión. Lo que están tratando de hacer es, por un lado, embrollar el asunto y, por otro, presionar con la narrativa de victimización para que los dejen seguir apoderados de la UAS en paz. Se trata de perpetuar el cacicazgo a como dé lugar. Tomando esto en cuenta, no hay que perder de vista algo importante: este enredo de versiones inicia con la declaración de una persona, Fausto Ernesto Corrales Rodríguez, y se complejiza a partir de algo que nadie esperaba que apareciera en escena: la carta de “El Mayo”.
Fausto, ¿obligado a declarar que fue in intento de robo?
Hay que tener mucha perspicacia en esta cuestión, más conociendo al cacicazgo cuenista, que, como he dicho durante muchos años en distintos medios de comunicación, se especializa en hacer montajes (https://acortar.link/STV7K5): es posible que Fausto haya recibido de la dirigencia del cacicazgo la indicación de declarar que fue un intento de robo de camioneta en la lógica de que la Fiscalía de Sinaloa, bajo presión mediática, difundiría que tiene una línea de investigación en ese sentido, formulada con base en dicha declaración, pero que una vez trascendida a medios de comunicación, quedaría solo como la hipótesis de la Fiscalía y no como lo que en realidad es: un constructo hecho con base en la declaración de Fausto, es decir, del hijo de uno de los principales cabecillas del cacicazgo universitario cuenista.
Al ser revelados los videos, tal como los hechos se desarrollan ahí, dicha hipótesis sería ridiculizada, puesto que se ve a un sujeto descender de la motocicleta e ir a la puerta del copiloto como si fuera un ataque dirigido. Así, el cacicazgo diría en medios de comunicación: “¿Ven que el gobierno dijo que fue un asalto? ¡Pues es mentira!, el video muestra que al maestro Cuén lo mataron en un ataque directo, eso es prueba de la persecución política y de las consecuencias del discurso de odio en nuestra contra. ¡Ya basta!”.
La carta de «El Mayo»
Sin embargo, los dirigentes del cacicazgo no contaban con, al menos, dos cuestiones: que a “El Mayo” Zambada y a su abogado Frank Pérez ─con el visto bueno de las autoridades estadunidenses─ se les ocurriría publicar una carta con detalles tan específicos sobre la relación del capo con el cacique y sobre las circunstancias de la muerte de este último; y que los trabajadores de la gasolinera declararían primero a medios de comunicación y después a la FGR que no escucharon ninguna detonación durante los hechos.
Algunas personas se han preguntado: “¿Y si a Fausto Corrales lo amenazaron para decir la versión que dijo?”, sin embargo, dicha suposición es inverosímil si tomamos en cuenta que su padre, Víctor Antonio, como presidente estatal del PAS, lejos de emprender una campaña democrática nacional denunciando amenazas en ese sentido ─como se esperaría que inmediatamente hiciera un padre con los recursos políticos que tiene Víctor─, se ha mantenido haciendo política desplegando comunicados que reivindiquen el “orgullo (de) continuar con el legado de nuestro líder, Héctor Melesio Cuén Ojeda” (https://acortar.link/uuxD9Y), o sea, tratando de lavarle la cara al cacique.
La fiscal de Sinaloa debe ser investigada
Claro, aquí solo expongo especulaciones mías. Aunque ahí están algunos datos concretos interesantes. Como lo mencioné antes, esclarecer todo esto se dificulta porque la familia Cuén Díaz se apresuró a incinerar el cadáver y porque Sara Bruna Quiñonez Estrada se los permitió; por cierto, el enrarecimiento de las cosas ya ha generado que la opinión pública en Sinaloa se pregunte si la exfiscal no es parienta de la viuda de Cuén, Angélica María Díaz Quiñonez, aunque no hay nada confirmado. Sara Bruna debe ser investigada.
Si todo esto es un montaje, uno de los grandes misterios es cómo llegó el cuerpo de Cuén a la clínica Cemsi, Chapultepec. La FGR tendrá que volver a interrogar a Fausto y reconstruir a través de videovigilancia y seguimiento de geolocalización tanto de la camioneta como de los celulares de Fausto y Cuén cuáles fueron sus movimientos y comunicaciones el 25 de julio. De momento, según escribió en Reforma la columnista Peniley Ramírez (https://acortar.link/KZBsAk), la FRG ya confirmó que Cuén sí estuvo el 25 de julio en el sitio y a la hora que “El Mayo” refiere en su carta.
La ejecución de José Ricardo y Martín García Corrales
Por si todo esto fuera poco, el 17 de agosto fueron encontrados ejecutados José Ricardo y Martín García Corrales en el municipio de Elota, en Sinaloa. Ambos eran identificados como miembros de una estructura criminal en el estado. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos ofrecía 4 millones de dólares por Martín (https://acortar.link/GMkiEe). Los dos eran hermanos de Sonia Estela García Corrales, coordinadora nivel D de la extensión Potrerito de la prepa UAS La Cruz y presidenta del Comité Directivo Municipal PAS Elota. Como lo dije en mi columna anterior, estos nexos fueron utilizados para intimidar y amedrentar a opositores democráticos dentro y fuera de la UAS.
Independientemente de todo esto, los procesos legales para que se haga justicia en torno al desfalco a la UAS deben avanzar. El proceso de reforma a la Ley Orgánica también. El sector democrático de la UAS, que con mucha valentía y audacia ha impulsado durante las últimas semanas consultas ciudadanas sobre la reforma a la Ley Orgánica UAS, debe seguir en esa dirección. Por cierto, este primer ejercicio democrático tuvo una muestra inicial de mil 822 participantes; el 97.2 % dijo estar de acuerdo en que se puedan elegir al rector y directores mediante el voto. La consigna debe ser ¡Nunca más una universidad-partido!, ¡Nunca más un cacicazgo en la UAS!, ¡Sursum Versus!