
LA RETAGUARDIA
Por Adriana Moreno Cordero
N
o es de extrañar que, en el Senado de la República, los senadores del PVEM, que coordina Manuel Velasco, hubieran votado a favor de la Estrategia Nacional de Seguridad Pública 2024–2030, que presentó la presidenta Claudia Sheinbaum, bajo el argumento de que ésta “representa un viraje claro hacia un modelo más eficaz, tecnológico y coordinado para combatir la inseguridad en el país”.
Lo raro es que la fracción parlamentaria del PAN en la Cámara Alta, cuyo coordinador es Ricardo Anaya, hubiera dado el beneficio de la duda a Morena y rémoras al otorgarles el voto a favor.
De inmediato, las suspicacias se desataron no sólo en el Senado. Muchos se preguntaron: ¿A cambio de qué los senadores albiazules dieron su brazo a torcer?
Los senadores de Acción Nacional, Francisco Ramírez Acuña y Agustín Dorantes Lámbarri, se vieron en la necesidad de dar una conferencia de prensa para explicar esta diríase inusual posición.
Según trascendió, en el seno de la fracción parlamentaria albiceleste se desató una acre discusión que tuvo tintes muy tensos, casi, casi de “gritos y sombrerazos”. De ahí resultó que, ante las diferencias, no todos los integrantes de la bancada votaran a favor de la estrategia enviada por la presidenta. Y, qué curioso, tan disciplinados que históricamente eran los panistas, ahora optaron por la libertad del voto legislativo, según ellos porque el PAN es un partido muy democrático.
Ni tardo ni perezoso, el senador Marko Cortés, una de las voces disidentes en este tema, anunció que, “con plena convicción y congruencia”, votaría en contra de la Estrategia Nacional de Seguridad que, al parecer, carece de metas bien establecidas. Y, si bien nunca se escuchó la frase de “abrazos no balazos” –para citar a un clásico–, en esencia, en el documento se halaga la nula estrategia en materia de seguridad que tuvo ni más ni menos que Andrés Manuel López Obrador, quien –como se recordará– hasta se pronunció por respetar los derechos humanos de los delincuentes.
“Lo haré porque las cosas en México, aunque el gobierno quiera evitarlo, van de mal en peor”, declaró el senador Cortés al anunciar su voto en contra. Y, efectivamente, ese rumbo toma el país en cuanto a la inseguridad. Si bien se ha hecho algo, como lo anunció al comparecer de forma privada en la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la Cámara Alta, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, en acciones que tendrían por objetivo restablecer la paz en todo el país, sin duda, el esfuerzo no ha sido suficiente.
Ahí está como ejemplo que la violencia se sigue extendiendo a lo largo y ancho del país, mientras esta errada y llamada cuarta transformación, ahora en su segundo piso, se ocupa más en ocultar casos como el de Teuchitlán y la ola de violencia que se sigue viviendo en Sinaloa.
Promesas difíciles de cumplir para los senadores
A modo de justificación y un tanto cuanto nervioso, el senador Dorantes Lámbarri explicó: “No debe haber mezquindad. No debemos poner las visiones políticas partidistas sobre el interés común, que es que todos pongamos nuestras capacidades para construir la mejor estrategia de seguridad y, en este caso, logremos garantizar la tranquilidad de las familias mexicanas en todo estado de la República”, y desde luego, pocos le creyeron eso del interés común.
No tiene desperdicio lo dicho por el senador priista Miguel Riquelme sobre este mismo tema. En su alocución destacó: “Porque el país requiere una estrategia de seguridad basada en la verdad, en la justicia, en la coordinación real entre los tres niveles de gobierno, en la capacidad operativa de las instituciones civiles y, sobre todo, en el respeto a la dignidad humana, y como la Estrategia Nacional de Seguridad presentada por el Gobierno Federal no soluciona nada, sólo administra el desastre que se vive todos los días en las calles del país”.
Mientras, en el Patio del Federalismo y sin que nadie se los pidiera, los citados legisladores de Acción Nacional hicieron una promesa que suena difícil de cumplir: “Eso sí, vamos a seguir siendo una oposición propositiva, proactiva y responsable, pero también crítica. No podemos dejar de ver el elefante sobre la mesa”. ¿Será?
Ya se disipará la duda sobre por qué una parte de los senadores del PAN cedió ante el oficialismo.
MUNICIONES
Y hablando de inseguridad, se ratifica que Tabasco dejó de ser un Edén. Ayer, Luis Alberto Rivera Rivera, secretario técnico del ayuntamiento de Nacajuca y militante del Partido del Trabajo, fue ejecutado cuando iba a un evento de entrega de patrullas con el alcalde Roberto Ocaña Leyva.